Mar. Mar 19th, 2024

Alex Garland firma su ópera prima y para ello se adentra una vez más en el campo de la ciencia-ficción, y de la robótica para más señas, con «Ex Machina».

Alex Garland es un famoso guionista aquí en el Reino Unido. Ha escrito entre otras «28 días después«, «Sunshine» y «Dredd«. Es uno de los niños bonitos del cine de ciencia ficción a nivel mundial. Y acaba de hacer su primera película como director, «Ex Machina»una magnífica pequeña película que ataca de lleno a las bases de la creación de una nueva inteligencia artificial.

La historia es «sencilla»: Caleb (Domhnall Gleeson), un joven programador, es seleccionado para participar en un experimento relacionado con una nueva inteligencia artificial creada por Nathan (Oscar Isaac). Su rol: evaluar las cualidades humanas de esta inteligencia.

Cualquiera que lea este argumento quizá dudaría de la capacidad de la idea para dar juego para una película completa, pero sucede más bien lo contrario. Hay terreno de sobra. Porque donde Spike Jonze falló con su «Her«la película de Garlan prevalece. «Ex Machina» hace las preguntas adecuadas, las que Her se negaba a hacer porque era demasiado «complicado».

ex-machina 01

La lucha contra el test de Turing

El test de Turing es una prueba ideada por Alan Turing (ultraconocido ahora por «The imitation game«) para demostrar la existencia de inteligencia en una máquina. A día de hoy se le sigue considerando la prueba máxima a romper a nivel de la inteligencia artificial y se fundamenta en la hipótesis de que si una máquina se comporta en todos los aspectos como inteligente, entonces debe ser inteligente.

Así, la persona de prueba que ejerza como juez será expuesta a una máquina y a un humano, ambos cubiertos para que no pueda ver a ninguno de ambos. Este juez debe descubrir cuál es el ser humano y cuál la máquina. Los dos pueden mentir o equivocarse al contestar. Si el juez es incapaz de acertar en su decisión el test se habrá pasado.

Sin embargo, este test fue creado en los años 50, lo que implica que hay ciertos elementos que quizá están un poco desfasados. Hace varios meses saltó la noticia de que por fin una máquina había superado el test de Turing (noticia aquí). Pero muchos seguimos escépticos. Eugene había logrado hacerse pasar por un niño de 13 años, engañando a un 33% de los sujetos de prueba. Pero, en realidad, no se trataba más que de un bot cuyo propósito era, precisamente, superar el test. ¿Se puede considerar eso una inteligencia artificial?

Manuel Alfonseca, Profesor honorario de la Universidad Autónoma de Madrid, marca muy claramente cuál es la cuestión en esta medida: «Para saber si una máquina es más inteligente que un ser humano, tendríamos que ser capaces de saber si un ser humano es un ser humano. Los humanos sabemos que tenemos consciencia porque cada uno lo sabe de sí mismo. Pero mientras no podamos probarlo, tampoco podemos probarlo en las máquinas». (fuente y más sobre el tema en este artículo de Hoja de Router).

La clave no es la inteligencia en sí misma, sino la consciencia de dicha inteligencia y de uno mismo. Y precisamente, aquí es donde «Ex Machina» acierta y hace las preguntas adecuadas. Desde el primer momento se carga el test de Turing y plantea una alternativa. Nathan, presenta en primera instancia a su robot, Ava (Alicia Vikander) delante de Caleb. Cuando este le dice que así no funciona el test de Turing, que él no debería ver a la IA, Nathan lo tiene muy claro: «Si la cubriese, al oírla hablar pensarías que es un humano. No sirve. Lo que necesito es que la veas, que sepas que es un robot y que sin embargo sigas pensando que es humana».

ex-machina 02

Sexualidad, programación y el futuro cercano

«Ex Machina» nos presenta un futuro extremadamente cercano al nuestro. La casa de Nathan es totalmente inteligente, las cámaras y micrófonos de nuestros smartphones sirven para recaudar información de cada uno de nosotros. Incluso plantea que entendemos mal la capacidad de las herramientas de búsqueda en web, totalmente usadas para la monetización por Internet. «Su problema es que no se daban cuenta de que las herramientas de búsqueda web sirven no para saber cómo nos comportamos, sino por qué nos comportamos».

Y como realidad que existe en nuestro mundo, no puede negar nada de él. Al espectador (como a Caleb) se le pone constantemente la duda de si Ava funciona como lo hace por voluntad propia o por programación, o hasta que punto la programación es voluntad propia. ¿Imita comportamientos o los genera genuinamente? Y si son genuinos, hasta que puntos no son imitados.

La pregunta clave llega en lo que se refiere a su sexualidad. ¿Por qué darle sexualidad/género? Una inteligencia artificial no necesita de una sexualidad. Nathan difiere: La sexualidad es un ámbito incluido en el ser humano, ¿por qué negárselo? Además explica muchos de nuestros comportamiento. ¿Por qué iba sino una caja gris querer intercomunicarse con otra caja gris?

«Ex Machina» plantea todas las preguntas adecuadas, en los momentos oportunos. Y aunque un par de giros argumentales son bastantes previsibles, no te estropea la diversión. Sin embargo, hay que presentarse hacía ella de una forma muy racional, creo que este filme es una buena experiencia cuando te quieres enfrentar a algo que invoque un pensamiento crítico y te haga pensar sobre la moralidad y ética de la posibilidad de inteligencia artificial y de la tecnología en sí. Si quieres simplemente entretenerte, quizá esta película no sea suficiente, creo que es una película que exige una actividad por parte del espectador, algo derivado de que plantee ideas más complejas que HAL9000 o la V.I.K.I. de Yo, robot. Y sin duda, mayores aún que la Samantha de «Her» (que, en serio, creo que es muy superficial).

«Ex Machina» caé en algún cliché del género, pero la profundidad intelectual que muestra hace que todos esos se perdonen.

Y no nombra las tres leyes de la robótica de Asimov en ningún momento. Lo cuál es un soplo de aire fresco.

Por Arturo M. Antolin

Me dedico a hacer cine. A veces también escribo al respecto. Vivo exiliado en Reino Unido. España aún no sabe si ha ganado o perdido con ello.

2 comentarios en ««Ex Machina» y la reformación del Test de Turing»
  1. No está mal el análisis, aunque ya que solo elogias el guión y obvias las interpretación y otros aspectos cine filos, añadiré que los personajes son poco creíbles, caen en el patético cliché de los roles que interpretan villano poderoso, amante apasionado de gran inteligencia al principio y de absurdo necio al final y las temida femme fattale propia del género noir. El diseño de los diálogos está tan estudiado que las conversaciones resultan poco creíbles antinatural es, supongo que tienen las intención de que el espectador considere más humana a la máquina que a otros personajes. Tampoco me gusta que coquetee con algunas teorías sobre el tema de la ia para salir finalmente por peteneras y por último que de pronto aparezca con unos extraños poderes capaz de cortocircuitar el edificio es un giro argumental que honra al título Deux ex machine.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.