James Wan (Insidious, Saw) construye una efectiva historia de terror totalmente previsible pero que consigue mantener la tensión y satisfacer el extraño placer de sufrir viendo una película.
Los ingredientes con los que parte son: una casa encantada, un sótano, una familia feliz y una pareja de exitosos parapsicólogos en una época en la que lo paranormal aspiraba a ser una ciencia.
Expediente Warren: Historias convergentes
La línea estructural de la película cuenta con dos historias paralelas que acaban necesariamente encontrándose.Por un lado nos muestra la historia de una familia real, los Perron, que se trasladan a una idílica casa en el campo buscando una vida mejor para sus cinco hijas. Allí vivirán aterradoras experiencias que no aportan nada nuevo a las ya vividas en otras muchas casas encantadas de otras muchas películas del género, pero que mantiene ese equilibrio justo de creciente tensión que no se llega a desencadenar y donde la sugerencia prima sobre lo explícito. En la línea que ya nos mostrara en Insidious, nos introduce en una incertidumbre que no da respiro y que supone el auténtico éxito de la película. A ello contribuyen unos magníficos actores, en especial el papel de la madre, encarnada por Lili Taylor a quien ya vimos en trance parecido en La Guarida (1999).
En la otra historia nos cuenta las investigaciones llevadas a cabo por el matrimonio Warren. Pese a los intentos de maquillarlos con un carácter científico, un altruismo desinteresado y una bonita historia de amor que nos los haga un poco más simpáticos, aportan la explicación absurda, estilo Poltergeist de Spielberg pero sin su sentido del humor, que más valía que cualquier historia de posesiones y espíritus demoníacos tratara de evitar. Ese contraste entre lo que realmente son y cómo quieren que los veamos hace que sus personajes resulten contradictorios e increíbles, de forma que ni los esfuerzos de los dos actores que les interpretan, Vera Farmiga (La Huérfana) y Patrick Wilson (Insidious), consigan salvarles.
Por tanto no hay nada nuevo en su desarrollo ni en la línea argumental, una familia con problemas de fantasmas; unos especialistas cuyas soluciones, a pesar de los tintes pseudocientíficos, recurren al catolicismo más oscuro (fuente necesaria para las explicaciones demoníacas que se precien) y un enfrentamiento al que saca su máximo partido. Todo ello magníficamente ambientado en el comienzo de los setenta, de los que no podía faltar la música, como los Donovan o este fantástico tema de The Zombies, “Time Of The Season”, que consiguen relajar los pocos momentos en que la película nos permite respirar.
The time of the season-The zombies
http://www.youtube.com/watch?v=oc7b62El_fk
Consigue todo lo esperado en una película de terror
A pesar de la simpleza de la historia y su poca originalidad Wan demuestra su gran habilidad para transmitir un ambiente asfixiante y terrorífico que no decae en ningún momento. No necesita más. El perfecto manejo de la imagen y las luces, de los planos, de las pausas, la atmósfera de tensión que crea y la interpretación de los actores que explota al máximo, consigue todo lo esperado en una película de terror psicológico que no requiere de grandes efectos especiales ni técnicos. Lástima que desvaríe en su desenlace con un exceso innecesario, quizá la factura lógica de carecer de una buena historia.
Frases destacadas de Expediente Warren:The Conjuring:
Ed Warren: “A veces un embrujo es como pisar un chicle, te lo llevas donde vas”
Periodista: “¿Por qué no queman todos estos objetos?”
Ed Warren: “Es mejor mantener el genio dentro de la botella”
Isa Perron: “¡Para ya Nancy! Deja de tirarme de los pies, estoy intentando dormir”.