Mar. Mar 19th, 2024

A diferencia de Hirokazu Koreeda, Sanders explora en clave de comedia los invisibles lazos que unen a personas que no se conocen para generar una familia.

Reformar la vida

Pete y Ellie son una pareja que no pueden tener hijos y deciden adoptar. Pete tiene claro que quiere ser padre y no abuelo de su hijo, por eso eligen a una adolescente. Lo que no saben es que tiene dos hermanos más, por ese motivo y en un acto de generosidad deciden acoger a los tres hermanos. En tales circunstancias ambos adultos deben esforzarse, un poco más, para dominar el arte de la paternidad que les lleve a convertirse en una familia.

Sobre esta básica premisa, Sean Anders y John Morris construyen en clave de comedia una historia que, a priori, llama la atención del espectador. Pete y Elli son dos personas que en su vida profesional les gusta coger una casa antigua y la remodelan para venderla. Hacen de algo viejo y caduco, algo nuevo y bonito. Son optimistas por naturaleza. Saben ver la belleza en la fealdad. Eso les hace tener un ojo especial sobre la realidad. Ese es el gran gancho de esta historia y que la hace totalmente verosímil. Como a partir de tres personas rotas, intentan crear un núcleo familiar. Obviamente, eso es algo más complejo que rehabilitar una casa, y es ahí donde Anders rebusca en sus experiencias personales, y en la de otros padres adoptivos, en torno a este asunto para hacer más real las divertidas desventuras de esta pareja que busca la armonía.

Basta ya de dramones

Acierta de pleno al optar por la comedia, porque dramas sobre la adopción el séptimo arte está repleto. El arco de los personajes y sus relaciones están bien definidas. Mark Wahlberg y Rose Byrne hacen un buen trabajo, además, se aprecia la química entre el realizador y el actor estadounidense. Hay que destacar a dos actrices que, a pesar de tener un papel secundario en la historia, están estupendas interpretando a las trabajadoras sociales. Nos referimos a Octavia Spencer y Tig Notaro. Obviamente, los tres personajes que crean una amalgama entre estos dos grupos de adultos son los tres niños objeto de la adopción. Son sumamente divertidos los tres actores Julianna Gamiz, Gustavo Quiroz e Isabela Moner, dan vida a tres niños con personalidades y edad muy distintas. Es más, de ahí surge más una situación cómica. Otras son totalmente herederas del mejor cartoon de la Warner, como la secuencia de la cena y las patatas fritas.

El punto flaco del filme es la irrupción de la madre biológica. Es totalmente innecesaria, porque había en el horizonte argumental otros matices dramáticos que se quedan en el tintero, y que hubieran encajado mejor con la deriva de los personajes en la tesis final de la película: ¿De qué está hecho el lazo que nos convierte en una familia a personas que carecen de un hilo de consanguinidad? A pesar de todo, Anders sabe dotar de un buen ritmo a esta comedia que bucea en las cosas importantes de la vida.

Frases destacadas:

  • Pete: “No somos padres perfectos, pero creo que tenemos un don para esto”
  • Pete: “¿Por qué gruñe? No sé qué hay que hacer. Eso no lo vimos en clase.”

Tráiler oficial de “Familia al instante”

Por Alfredo Manteca

Periodismo UCM. Cinéfilo y cinefago compulsivo. Crecí con Kubrick, Hitchcock y Cronenberg.

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