Fear and Desire es la ópera prima de Stanley Kubrick, que en un primer momento se tituló La forma del miedo. Sería el distribuidor de películas neorrealistas italianas en EEUU, Joseph Burstyn, que se encargó de su estreno comercial en salas el que le cambiara el título. Este tuvo lugar el 31 de marzo de 1953. Siempre calificó su primer largometraje como una mera película de aficionados, un pequeño trabajo de aprendizaje. Muchos estudiosos afirman que en ese primer trabajo, por muchas limitaciones que hubiera, se encuentra el embrión de lo que luego se convertiría en un gran cineasta, uno de los nombres imprescindibles que ha dado la historia del cine.
El origen de este proyecto es profundamente familiar ya que la producción corrió a a cargo del propio Stanley y su tío Martin Perveler, que poseía una cadena de drugstores y que le convenció para invertir en el proyecto 10.000 $ de la época. El film se rodó durante treinta días en el verano de 1951 en California. Su mujer en aquel momento, Toba Metz, realizó las funciones de script, y cuatro amigos suyos integraron el equipo técnico. Las disputas en el set de rodaje eran continuas. Al final Nathan Boxer que se encargaba del sonido fue despedido, y Toba tras la filmación acabó pidiendo el divorcio. Los problemas continuaron durante la postproducción. La banda sonora que el encargó a Gerald Fried requería de 23 músicos para llevarla a cabo. Tuvo que convocar a los actores en el estudio para coordinar los diálogos y la voz en off del personaje del teniente americano. Todo ello dilató el proceso de montaje, con lo que la película se encareció en 53.000 $ más. Por ese motivo realizó el documental Day of the Fight y The Seafarers, para sufragar ese exceso monetario.
El guión de Fear and Desire escrito por Howard Sackler nos cuenta como un avión norteamericano en plena guerra mundial es derribado tras las líneas enemigas, así su tripulación caerá en un bosque. El teniente Corby encuentra una salida al problema: construir una balsa para atravesarlo de noche sin ser visto descendiendo el cauce del río que lo cruza y de esta manera regresar a territorio aliado. El sargento Mac mientras vigila encuentra una cabaña a orillas del río y que posee una pista de aterrizaje, en ella reside un general enemigo con su pequeño batallón. De esta manera, los cuatro soldados se verán avocados a enfrentarse a sus miedos y deseos en el seno del bosque.
A veces lo imperfecto es bello, y eso le pasa a un cuadro, una escultura o a esta película. El propio Kubrick en este primer trabajo llevó el peso de la dirección de fotografía, montaje, producción y dirección. De esta manera, ya con su primer trabajo pudo tener el control completo de su obra. Posee una gran elaboración de planos, destacando sobre todo la composición. Hay momentos muy brillantes como cuando los soldados norteamericanos asaltan el interior de la cabaña durante la cena. Aunque no dudó en poner en práctica la sabiduría de los grandes maestros.
Así en la secuencia del bosque protagonizada por la chica y el soldado Sidney, Kubrick no duda en poner en práctica el efecto Kuleshov en el montaje, para los profanos en la materia añadir que se trata de un fenómeno del montaje cinematográfico demostrado por el cineasta ruso Lev Kuleshov durante los años veinte. En resumidas cuentas se trata de contraponer planos de tal modos que se obtiene una simbología. Para que lo podáis entender cómo funciona y qué debéis esperar durante el visionado os pongo un extracto de la entrevista realizada a Alfred Hitchcock por el periodista Fletcher Markle en 1964, donde nos explica fácilmente cómo funciona.
Alfred Hitchcock explica el efecto Kuleshov
Con Fear and Desire descubriréis un protoKubrick. Hay muchos detalles que lo entroncan con el resto de su filmografía. Para empezar, elige el género bélico como marco. Recordad que lo revisitó hasta en tres ocasiones más (Senderos de gloria, ¿Teléfono rojo?, volamos hacia Moscú y La chaqueta metálica). Siempre ha usado un texto como base de despiece del guión, en este caso encontraréis ciertos nexos con relato corto de Joseph Conrad titulado El corazón de las tinieblas. Una de las líneas argumentales accesorias versa sobre un tema que será recurrente, la locura, como por ejemplo en El resplandor o Eyes Wide Shut. En cuanto al reparto hay varias curiosidades. La primera es que el actor Kenneth Harp da vida a dos personajes de la misma talla, al teniente americano y al general alemán. Esto pasará en otras películas posteriores donde un actor dará vida a varios papeles, por ejemplo ¿Teléfono rojo?, volamos hacia Moscú donde el británico Peter Sellers, llega a interpretar hasta tres personajes distintos. Además, aparecerá un director famoso de cine entre el elenco de actores, en este caso le reserva el rol del soldado Sidney al que posteriormente se convertiría con los años en uno de los directores de moda de la Gran Manzana, nos referimos a Paul Mazursky. Os recuerdo que Eyes Wide Shut, Sydney Pollack era Victor Ziegler y Todd Field daba vida al pianista Nick Nightingale. Es como una casualidad fatal del destino, que la primera y última obra de un genial cineasta tengan tantos paralelismos.
Puede que las actuaciones de todo el reparto resulte excesiva al espectador de hoy en día, puede que sea derivado de sus experimentos con el efecto Kuleshov o porque intentara emular a sus maestros, como por ejemplo Sergei M. Eisenstein, al que todos recordaréis por haber realizado El acorazado Potemkin, o simple y llanamente porque todavía no sabía dirigir actores. Lo que si es cierto es que parte de la crítica atacó duramente la interpretación de Mazursky y no dudaron en etiquetarla como de esfuerzo torpe y pretencioso. Los resultados de la taquilla fueron desalentadores, a pesar que críticos de prestigio como Mark van Doren la calificaron de: “una fábula que transmite verdad, un cuento de hadas que pertenece a este mundo después de todo”, y acabó su reseña diciendo: “merece la pena estar al tanto del futuro de Stanley Kubrick”.
Joseph Burstyn falleció a los pocos meses del estreno y Kubrick luchó con todas sus fuerzas por retirar el film de la circulación, hasta el punto que supervisó personalmente la destrucción de los negativos. Menos mal que los laboratorios Kodak hacían de manera usual una copia para guardarla en sus archivos. En 1994, cuando las copias aparecieron por todos los lados Kubrick pidió a Warner Brothers que publicaran una carta con el siguiente texto:
“Fear and Desire es un fallido ejercicio de cineasta aficionado. Una rareza completamente inepta, aburrida y pretenciosa. La única lección que aprendí es que el dolor es un buen maestro.”
Por suerte para todos los cinéfilos el canal digital TCM estrenará en televisión este próximo domingo 27 de enero a las 22 horas el primer largometraje de un cineasta como el que sólo ha habido uno, que muchos emulan, copian y homenajean, pero que ha sido y es único en su especie. Disfrutadla, su visionado merece la pena.
Frases destacadas:
Narrador: En este bosque hay una guerra.
Teniente Corby: Las armas son más tentadoras que la comida.
Soldado Mac: Aunque estemos perdidos en el bosque, tratemos de ser civilizados.
Soldado Fletcher: La mitad de los problemas del mundo existen por las personas.
Soldado Mac: ¿Por qué tu vida es tan valiosa?
Soldado Mac: Acepto ir a la tumba si ese es mi destino.
El General: Esperando a morir.
Teniente Corby: Tenemos que volver a ser nosotros mismos.
Muy curioso. Desde luego, el carácter extremandamente perfeccionista de Kubrick se revela con esas ganas de borrar su propio pasado. Me alegro de que no consiguiera su propósito.