Mar. Mar 19th, 2024

Se estrena la última de las nominadas a la mejor película en los próximos Oscars (que se celebran el domingo), dirigida y protagonizada por Denzel Washington.

Sinopsis

«Fences» es la historia de Troy Maxson, un trabajador del sistema de alcantarillado de Pittsburgh de mediados del siglo XX, que una vez soñó con una carrera de profesional del béisbol, pero que era demasiado mayor cuando la primera división del béisbol empezó a admitir jugadores negros. Se esfuerza por ser un buen marido y padre, pero su sueño truncado de gloria le corroe, y le lleva a adoptar una decisión que amenaza con destrozar a su familia. Se trata de la adaptación de la obra teatral de Wilson ganadora del Premio Pulitzer, escrita por August Wilson. La película está protagonizada en los principales papeles por Denzel Washington, Viola Davis, Jovan Adepo, Stephen McKinley Henderson, Russell Hornsby, Mykelti Williamson, y Saniyya Sidney. Aspira a cuatro estatuillas doradas este próximo domingo. Aquí tenéis dos opiniones contrapuestas.

En contra

Denzel Washington inauguró una calmada y convencional carrera como director en 2002 con “Antwone Fisher”, la cual continuó en 2007 con “The great debaters”. Casi una década después, abandona su fijación por las historias basadas en hechos reales en su tercera película tras las cámaras, en la que lleva al cine una obra de teatro de August Wilson que él mismo interpretó en Broadway en 2010, por la que tanto él como Viola Davis, también coprotagonista del filme, fueron candidatos a los premios Tony. Ahora ambos están nominados a los premios Oscar, así como el guion póstumo adaptado por Wilson (que falleció en 2005), y la propia película, en una edición de los galardones caracterizada por un carácter racial tras las críticas del pasado año, con la inclusión de cintas tan insustanciales como la tópica y bienintencionada Figuras ocultas. Pero también en este contexto nos encontramos sorpresas como la revelación Moonlight, o la misma “Fences”, filmes que, a pesar de contar con protagonistas a los que su raza les ha llevado a adoptar un carácter concreto, tratan problemas y relaciones que podría darse en ámbitos más amplios.

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La fuerza del texto original de Wilson, que retrata las vicisitudes de una familia media normal de noroeste estadounidense, nos hace intuir que los problemas de “Fences” no le vienen de base, sino la culpa de que no funcione a nivel cinematográfico es de Washington, lo que vuelve a dejar de manifiesto la dificultad habitual de dirigir e interpretar una adaptación del teatro a la gran pantalla. El mejor ejemplo de ello puede ser “Hamlet” (1996) de Kenneth Branagh, en la que el artista británico realizaba una completísima revisión de la tragedia de Shakespeare, pero su interpretación era esperpéntica y el proyecto acababa haciendo aguas por la falta de capacidad para delegar. En el caso que nos ocupa, Washington realiza un filme que no aporta absolutamente nada a nivel técnico o visual, sin apenas cambios de escenarios más allá de la casa donde viven los protagonistas, quedando los escasísimos intentos de trasladar la acción fuera de la misma muy forzados. Tampoco hay más que unas mínimas elipsis entre las largas y muy marcadas escenas, aun cuando serían necesarias para dejar respirar tanto la narración como el guion y desarrollar una evolución dramática que tarda demasiado explotar y que, cuando lo hace, es de manera muy brusca.

Por otra parte, la actuación de Washington, que suponemos es parecida en su intensidad a la que hizo sobre las tablas, aquí queda muy afectada: su arrogante personaje, un hombre duro incapaz de ofrecer cariño, no da lugar a los silencios, rellenando cualquier espacio de cargantes soliloquios que alguien debería haberse encargado de ajustar para el cine. La omnipresencia del actor convierte la película así en un vehículo que no tiene  más razón de ser que el autolucimiento, a pesar de que es Viola Davis quien mejor se aclimata al terreno, devorándose a Washington en escenas como la de la confesión del protagonista. Por tanto, estamos ante un trabajo sobrio en cuando a ambientación, pero que satura con exacerbados diálogos, y una artificialidad generada por la sucesión frases y momentos trascendentes.

Sofía Pérez Delgado

A favor

Es especialmente habitual en las adaptaciones cinematográficas de obras de teatro que nos encontremos con películas tremendamente estáticas, poco visuales y repletas de diálogos. Es algo que muy pocos directores consiguen quizá no evitar pero sí disimular, como podría ser el caso de «El desafío: Frost contra Nixon» (Ron Howard, 2008). Ocurre con historias que aprovechan los cambios de espacio, el lenguaje visual y la puesta en escena para que la experiencia no se convierta en una retahíla de diálogos y soliloquios antinaturales. Desgraciadamente Washington no consigue evitar que su película disimule los síntomas típicos de una adaptación teatral, pero aun así aprovecha como buenamente puede la historia que tiene entre manos para que ésta sea conmovedora y cruel a partes iguales.

Quizás lo más interesante de todo sea ver cómo sus protagonistas consiguen dar vida a los personajes y hacer que éstos parezcan reales para espectador, como es el caso de Rose, interpretada por la excelente Viola Davis, quien aquí consigue hacer suya la película en casi todas las escenas gracias a su contención y a su química con el resto del reparto. Denzel Washington encarna al que sería al personaje más difícil de todos, Troy Maxon, un padre de familia que lleva dieciocho años a la deriva como recogedor de basura tras haber perdido la oportunidad de dedicarse profesionalmente al béisbol. Es un personaje al que es fácil odiar y amar a partes iguales, ya que tiene motivos suficientes para estar amargado con la vida, pero la forma de sobrellevarlo entra en conflicto con otros personajes (normalmente con Rose) y, como consecuencia, con el espectador. Cabe mencionar el estupendo trabajo de Mykelti Williamson, quien interpreta a Gabriel, el hermano pequeño de Troy. Un personaje totalmente quebrado a causa de la guerra y que sin apenas esfuerzo puede provocar alegría y tristeza en cuestión de segundos.

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Casi todo el reparto de «Fences» es excelente porque sus personajes les permiten lucirse, y aunque casi todos giran en torno al de Troy Maxon, lo cierto es que la mayoría brillan con luz propia y poseen su propia personalidad y motivaciones, como es el caso de sus dos hijos: Lyons y Cory.Lyons es el hijo mayor y el artista, al mismo tiempo es el que más claro tiene que hay que estar lejos de la casa de su padre todo lo posible para no meterse en líos. Cory, el hermano pequeño, es el más complejo de los dos y es quien intenta siempre escapar de la sombra de su padre y al mismo tiempo conseguir su aprobación. Una historia ya de sobra conocida pero contada con una efectividad ejemplar.

«Fences» es el ejemplo perfecto de cómo hacer una adaptación casi literal de un libreto originado en otro medio y lenguaje y conseguir que funcione. Aunque muy probablemente pase desapercibida en la inminente ceremonia de los Oscar, no sería de extrañar que diese la sorpresa en alguna de las categorías a las que está nominada. No es la mejor en su género, pero sí que es consecuente con su trama y con sus personajes y en ningún momento intenta hacerse pasar por lo que no es. Es toda una demostración de fuerza interpretativa por parte de sus actores protagonistas que merece la pena verse en pantalla.

Imanol de Frutos Millán

 

Frases destacadas

  • Troy: «Todo el mundo puede conducir un camión»
  • Troy: » Hay mucha gente que cree que no puede tener algo mejor»
  • Lyons: «Solo me dedico a mi música porque es mi única forma de vivir en este mundo»
  • Troy: «Si mi hermano no tuviera una placa de metal en la cabeza, yo no tendría un cubo para mear ni una ventana para tirarlo. Y tengo 53 años…»
  • Troy: «No quiero que sea como yo. Quiero que se aleje de mi vida todo lo que pueda»
  • Rose: «El mundo está cambiando y tu no puedes verlo»
  • Troy: «No eres más que otro negro de la calle para mí»

Trailer de «Fences»

Por Redacción Videodromo

Noticia redactada por el cuerpo de la redacción de Videodromo. Videodromo nació en diciembre del 2005 con el ánimo de dar a conocer todo lo relacionado con el mundo del cine, la televisión y el mercado DVD y Blu-Ray™.

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