Mar. Mar 19th, 2024
Foto de familia que poco tiene que ver con la realidad

Ruben Östlund hace de la nieve el escenario perfecto para hablar de las distancias emocionales en «Fuerza mayor».

La cámara no engaña

Una familia decide pasar unos días en la nieve para estrechar lazos, ya que el padre, Tomas (Johannes Kunhke) siempre está trabajando y no tiene tiempo para su mujer, Ebba (Lisa Loven Kongsli) e hijos, Harry (Vincent Wettergren) y Vera (Clara Wettergren). El primer día resulta maravilloso. Sin embargo, al segundo día, una avalancha amenaza con sepultar el restaurante en el que se encuentran y Tomas, al verse en peligro, huye despavorido en vez de tratar de ayudar a los suyos, abriendo una grieta en el núcleo familiar que no se cerrará fácilmente.

Entre las muchas virtudes de la película de Ruben Östlund habría que recalcar el uso de la cámara y el espacio. Ya desde las primeras escenas se percibe un aire de incomodidad entre los miembros de la familia: La cámara los muestra subiendo montaña arriba y la distancia entre unos y otros parece excesiva, los personajes se quedan solos en pantalla en más de una ocasión, las conversaciones se resumen a respuestas frías y monosilábicas… y esto todo antes de que la avalancha tenga lugar, dejando claro que la grieta terminaría creándose antes o después y que las acciones de Tomas solo la han adelantado.

La familia se lava los dientes, cada uno a lo suyo

Nada es aleatorio en “Fuerza mayor”

Desde la atronadora música que se funde con los cañones de nieve, a ese cumpleaños que ocurre de fondo mientras los protagonistas discuten y al silencio en las escenas en las que Ebba esquía sola… todo está perfectamente hilado y tiene su lugar en “Fuerza mayor”. De la misma forma, todo se ve atraído al problema de la familia protagonista, ya sea por una simple frase (“Has dicho que te preguntabas que habría hecho yo en una situación así”, le reprocha Matts (Kristofer Hivju) a su pareja mucho después de que ella haya pronunciado esta frase), o por una conversación que da vueltas y vueltas hasta encontrarse ante el mismo veneno. Los propios niños reaccionan utilizando la distancia ante algo que perciben que puede cambiar sus vidas. Y Tomas se hunde cada vez un poco más en el agujero que él mismo ha cavado, todo esto de un modo brillante y sin fisuras, lo que llevó a «Fuerza mayor» a ganar el Premio del Jurado en la pasada edición del Festival de Cannes, el Giraldillo de oro (mejor película y mejor guion) en el Festival de Sevilla y el premio a la mejor película de habla no inglesa en los Critics Choice Awards, entre otros.

Es curioso, por lo tanto, que en la última media hora, “Fuerza mayor” decida dar un giro no demasiado contundente al asunto, desinflándose en cuestión de dos escenas y un par de decisiones un tanto desconcertantes por parte de uno de los protagonistas en un fallido intento de lograr un círculo perfecto en el argumento. Se termina la película y al espectador le asaltan unas cuantas preguntas para las que sabe que no va a encontrar respuesta. Las conclusiones propias son otra avalancha de la que tocará hablar al salir del cine.

Mats y Tomas se toman un descanso en la nieve

Frases destacadas de “Fuerza mayor”:

  • Ebba: “¿Y no traes a tus hijas a esquiar?”
    Señorita: “Estoy descansando de ellas.”
  • Ebba: “Nosotros estamos aquí porque Tomas trabaja demasiado y queremos pasar cinco días en familia.”
  • Ebba: “¿Es eso una avalancha?”
    Tomas: “Sí, pero está controlada.”
  • Vera: “¿Dónde está papá?”

Por Aitziber Saldias

Filóloga, escritora, traductora. El cine y las series de TV no son un hobby, son una necesidad.

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