El romance entre dos jóvenes con síndrome de Williams es la base de “Gabrielle”, un cuento de buenas intenciones pero de fácil resolución.
Gabrielle es una joven de 22 años que sufre el síndrome de Williams, pero ello no le impide tener unas inmensas ganas de vivir. Todos los días disfruta de su mayor afición, el canto. Es en las clases de coro donde conoce a Martin, otro joven que sufre la misma enfermedad mental. Desde entonces se establece entre ellos un vínculo especial que va más allá de una simple amistad. Pero sus respectivos familiares, llenos de prejuicios, no ven con buenos ojos una relación entre dos personas dependientes. Gabrielle hará todo lo posible para luchar a contracorriente y demostrar a los demás y a sí misma que es capaz de amar y de sentir como cualquier otra persona. A partir de ahí empezará su búsqueda por la igualdad y por la independencia, con la esperanza de vivir un amor “normal” junto a Martin.
Luchando por la dignidad
Galardonada con el premio del Público en el Festival Internacional de cine de Locarno, a mejor actor en el festival de cine de Gijón, y seleccionada para representar a Canadá en la anterior edición de los Oscar como mejor película de habla no inglesa son tres de los numerosos reconocimientos que ha logrado “Gabrielle”, la nueva promesa del cine independiente canadiense. Una película con intenciones muy loables: normalizar la relación de amor entre dos personas con enfermedades mentales. Un cine así siempre es bienvenido. Louise Archambault, directora y guionista del film, hace una película comprometida y honesta, que habla sobre la dignidad, la independencia y las diferencias entre las personas “normales” y las “discapacitadas”. Está claro que existen, ¿pero eso impide a una persona dependiente poder disfrutar del amor? Esa cuestión parece la génesis de este proyecto, que también destaca por la maravillosa interpretación de la propia Gabrielle Marion-Rivard, quien contagia su rabiosa alegría de vivir en cada fotograma de la película. Archambault, consciente de ello, se vale de la cámara en mano para captar la vida cotidiana de la protagonista, a quien sigue en todo momento. Eso, unido a la gran presencia de la música (casi se puede catalogar a “Gabrielle” como un musical), aporta un tono relajado y alegre a la película pero con pequeños momentos trágicos, alejada del dramatismo fácil al que muchos autores habrían sucumbido abordando una historia de este calado, llena de situaciones aparentemente potenciales para lo lacrimógeno.
Todos los cuentos terminan igual
Otro de los personajes protagonistas de la película es Sophie, la hermana de Gabrielle que acaba de venir de la India. El motivo de su visita es recoger a su hermana y llevársela al país asiático. Pero sus planes cambiarán cuando se entera del amor que Gabrielle siente por Martin. A través de Sophie conocemos el punto de vista de quienes tienen que cargar con la enorme responsabilidad de cuidar a personas dependientes. Y es su personaje el que se enfrentará al mayor dilema de la historia, llegando a la conclusión de que la sobreprotección impide a su hermana vivir como el resto. A partir de ese momento Sophie se convierte en la mayor cómplice de Gabrielle, ayudándola en su lucha contra los prejuicios de la sociedad. Sin embargo, y aquí comienzan los problemas, a medida que los conflictos van desarrollándose la película empieza a transitar por caminos previsibles y ya vistos. Pero es en la resolución de las tramas cuando “Gabrielle” termina cayendo peligrosamente en lo cómodo y lo fácil. Finalizan los títulos de crédito y no queda muy claro cómo los familiares han podido aceptar tan fácilmente la relación de amor entre Gabrielle y Martin, cuando han estado durante toda le película recelosos. El fulminante y condescendiente desenlace da la sensación de que Archambault ha querido apartar de golpe todos los problemas planteados en la historia. Es una lástima, pero las buenas intenciones no son suficientes cuando uno se queda con la necesidad de ver más desarrollo y profundidad en una entrañable y prometedora historia de amor.
Frases destacadas de «Gabrielle»
- Sophie: “Gabrielle está enamorada”
- Gabrielle: “Quiero ser normal, como todos. Soy adulto y quiero actuar como un adulto”
- Sophie: “Se quieren. Todo el mundo merece estar enamorado”
- Madre de Gabrielle (a Sophie): “Siempre he querido que tuvieras hijos” / Sophie: “Cuenta con Gabrielle para ello” / Madre: “Gabrielle no…” / Sophie: “Pues ella quiere”
- Gabrielle: “¿Y Martin? ¿Dónde está Martin?”