Mar. Mar 19th, 2024

Combates cuerpo a cuerpo, persecuciones en moto y batallas a tiro limpio es lo que nos brinda un Will Smith por partida doble en su nuevo trabajo.

Lo que cuesta jubilarse

Ang Lee regresa con un superlativo espectáculo de efectos especiales para contarnos la historia de Henry Brogan, un perfecto asesino a sueldo, que tras cumplir 51 años decide poner fin a su carrera profesional matando a un terrorista que va en un tren de alta velocidad a casi 300 km/h. Tras su retirada del servicio activo, Jack Willis, un amigo suyo le cuenta que realmente la víctima era un biólogo molecular que trabaja para una subdivisión de la inteligencia estadounidense a las órdenes de Clayton Verris en un proyecto secreto llamado «Géminis». En su búsqueda de la verdad le acompañarán Barón, otro amigo suyo de toda la vida, y Danny Zakarweski, la agente asignada por la CIA para vigilarle. Pero esto no será tarea fácil porque Junior, una versión más joven de Henry, tiene como misión acabar con ellos.

Jerry Bruckheimer es un productor con un claro sello de identidad. En la temprana “American Gigolo” (Paul Schrader, 1980) sentó las bases de un tipo de cine que se consolidaría con la producción de “Top Gun” (Tony Scott, 1986), que tiene pendiente de estreno su secuela. Las características básicas son un uso instrumental de la banda sonora de la que siempre surge algún tema para el recuerdo, bien sea «Call me» o «Take my breath away». Una fotografía sumamente esteticista. Una cámara que es pura energía y nervio, y por supuesto, espectaculares escenas de acción salpicadas con diálogos ingeniosos, como por ejemplo “El último boyscout”. A partir de ese momento, sus filmes son adrenalina pura y el resto de las consideraciones son secundarias. Sin embargo, Ang Leeha mostrado un giro paulatino en su carrera. Comenzó con un cine donde sacaba el jugo a los personajes con auténticos dilemas morales, como esa joven pareja gay que vive en la Gran Manzana y se enfrentan a su realidad en “El banquete de bodas” (1993), o ahondaba en los problemas familiares en “Comer, beber, amar” (1994) y, para el recuerdo, siempre nos quedará esa joya que es “La tormenta de hielo” (1992) donde diseccionaba el mundo de las parejas. A partir de “Tigre y león” todo eso quedará atrás y los efectos especiales se irán poco a poco apoderando de sus tramas. Efectos que largometraje a largometraje han ido revolucionando poco a poco la industria del séptimo arte. El punto de equilibrio podríamos marcarlo en “La vida de Pi” (2012) donde el personaje central hace un viaje interior para acabar descubriendo su auténtico yo arropado de unos novedosos efectos. Pues bien, ahora con “Géminis” nos situamos en las antípodas de esta idea, quizás sea por el peso específico de una persona tan potente como Jerry Bruckheimer. A este productor le da igual la verosimilitud y la coherencia de los personajes, y como no puede ser de otra forma, esto marcará el designio de esta apabullante cinta de acción y ciencia-ficción.

Drama versus acción

Pasemos por alto que un clon es una copia tuya tanto en el plano físico como psicológico. Esto es totalmente inverosímil porque dos gemelos criados con los mismos padres tienen personalidades distintas, siempre hay matices que los diferencian. Pero pase. Lo malo es el giro psicológico de Junior, que resulta del todo increíble. Esta no es la primera vez que un actor interpreta a dos personajes que resultan ser gemelos o copias. Para el recuerdo del espectador quedará “Inseparables”, obra magna del cine fantástico firmada por el gran David Cronenberg en 1988. Obviamente, Will Smith no es Jeremy Irons, y su rostro es incapaz de dejar traslucir los supuestos tormentos que anidan en su alma. Tampoco los ordenadores son capaces de llegar a matices y registros que sólo un gran actor puede hacer. Lo decimos porque la versión joven de Henry es una versión digital, no es un Will Smith rejuvenecido. Lo cierto, es que mejora lo visto en la franquicia “Star Wars” con Peter Cushing o Carrie Fisher, sin duda alguna.

Como viene siendo habitual en el género desde el principio de siglo, estos largometrajes de acción te llevan por medio mundo, de tal forma que tendremos espectaculares escenas en localizaciones de lo más turístico como Savannah, Cartagena de Indias o Budapest, todo para finalmente regresar a casa donde tendrá lugar el enfrentamiento final a la par que descubran todos la escalofriante verdad. Merece la pena ver este filme en 3D, Lee consigue que el espectador se sumerja por completo en las escenas de acción.

Los estadounidenses tienen un dicho: «El cielo es el límite». Está claro que Bruckheimer y Lee lo intentan rebasar. Todo con el sano objetivo de que el público olvide sus problemas cotidianos una vez compre la entrada. Lo malo es que Lee marca y subraya los dilemas éticos de los personajes, de tal forma que acaba creando tiempos muertos narrativos, al no integrar las sorprendentes secuencias de acción con la vertiente más dramática, con lo que acaba lastrando el resultado final.

Frases destacadas:

  • Henry Brogan: “Hoy he tenido suerte.”
  • Henry Brogan: “Mi alma está herida. Quiero paz.
  • Henry Brogan: “Tener miedo es bueno, significa que estás atenta.
  • Dormov: “Clayton Verris está jugando a ser Dios con el ADN
  • Danny Zakarweski: “Es el espejo en el que no quieres mirarte.
  • Baron: “Uno no se da una paliza a si mismo dos veces en dos continentes todos los días”
  • Junior: “Mi oscuridad eres tú
  • Clayton Verris: “Intento convertirte en un hombre. Debí clonarme a mí mismo.

Tráiler oficial de “Géminis”

Por Alfredo Manteca

Periodismo UCM. Cinéfilo y cinefago compulsivo. Crecí con Kubrick, Hitchcock y Cronenberg.

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