Alfonso Cuarón dirige la obra maestra de la ciencia ficción del siglo XXI: Gravity. Una cinta en la que el 3D configura un espacio como nunca antes habíamos visto.
Reinvención de un género
Si realizamos un ejercicio reduccionista del cine a través de su historia, éste ha evolucionado en función de los avances técnicos que, a la postre, han condicionado determinantemente la forma en la que concebimos cada obra. En este sentido, la cinematografía ha demostrado una constante inquietud manifestada en ambiciosos logros tecnológicos como consecuencia de la insaciable mercadotecnia. Reinventarse o morir. El acomodo no es una opción en un negocio tan competitivo y en el que, desgraciadamente, el talento no lo es todo. De este modo, encontramos diferentes fórmulas que han supuesto un mayor atractivo, y reclamo, para un espectador cada vez menos indulgente y con una decreciente capacidad para quedarse boquiabierto ante lo que la pantalla le ofrece como consecuencia del bombardeo de imágenes al que nos exponemos a diario, ya sea a través de nuestros queridos smartphones, los televisores o el ya indispensable ordenador. Un continuo flujo de imágenes, y de información, a nuestro alcance y que nos suministra todo lo que necesitamos, incluso cine, lo que ha conllevado que no pocos cinéfilos prescindan de acudir a una sala para ver una película que tienen a un puñado de clicks. Y gratis en la mayoría de los casos a pesar de la excelente oferta de pago. No es de extrañar, por lo que para intentar revertir este aberrante declive cultural, las productoras más pudientes apuestan por el desarrollo de la que parece ser la penúltima revolución cinematográfica: el 3D. Y prueba de ello es el interés que despierta en directores como Steven Spielberg, Ang Lee, Martin Scorsese o James Cameron. Una técnica que ha encontrado en la ciencia ficción su género a explotar a través de la orfebrería visual más espectacular posible y que juega con las posibilidades que plantea todo aquello que nos resulta desconocido e incontrolable o que carece de explicación, siendo el espacio su patio de recreo predilecto. Desde que el cine es cine, se registran títulos que han dirigido su mirada hacia el cosmos tomando como punto de partida la visionaria y popular obra de George Méliès: Viaje a la Luna (Le Voyage dans la lune, 1902). Película iniciática para una tendencia que ha trazado un recorrido que incluye a algunos maestros que han contribuido, gracias a su visión del espacio y de la ciencia ficción, a la revisión de un género que cuenta con títulos icónicos como 2001: Una odisea en el espacio (2001: A Space Odyssey; Stanley Kubrick, 1968), Alien, el octavo pasajero (Alien; Ridley Scott, 1979), La guerra de las galaxias (Star Wars; George Lucas, 1977 – ) y, por supuesto, la serie Star Trek (íd; Gene Roddenberry, 1966). Conviene citar estos títulos a la hora de introducir Gravity porque todas ellas han aportado distintos conceptos a un espacio que nuestro imaginario asocia, de forma aprehendida, a una realidad ficticia vinculada a alienígenas, ruidosas explosiones y armas futuristas. Sin embargo, el trabajo de Alfonso Cuarón se aparta de toda provocación referencial para reinventar un género, crear un estilo, asentar el 3D como apoyo narrativo y como contundente potenciador de la imagen y filmar así una obra maestra que ya es un hito del cine espectáculo.
Una experiencia sensorial nunca antes vista
Antes de abordar cualquiera de los puntos fuertes de Gravity, deberíamos subrayar el necesario pacto que se establece entre película y espectador. Comprendo que resulte divertido desmoronar castillos de naipes y verificar que, efectivamente, Superman no podría volar si recurrimos al rozamiento del aire, la atmósfera y la goma de sus calzoncillos. O que es imposible clonar dinosaurios siguiendo la lógica aplicada en Jurassic Park (íd; Steven Spielberg, 1993) o que a 140 km/h no se puede viajar al pasado en un Delorean. Dejemos que se diviertan. No todo vale, pero tampoco es justo apuntalar una crítica negativa en fundamentos puramente científicos y es que, desde cierta arrogancia, alguna crítica recrimina que su apuesta por acercarnos el espacio patina al no ser científicamente riguroso con los cálculos orbitales. Indudable pero en caso de ser cierto, lo desconozco, aunque no debe suponer ninguna traba para el perfecto realismo (recordemos el concepto pacto) que desprenden los fotogramas que constituyen una experiencia sensorial nunca vista hasta la fecha. Resulta ofensivo ser tan inquisitivo con minucias.
El 3D como catalizador emocional
Gravity es la extensión lógica de todas las cintas mencionadas pero siguiendo la estela de méritos visuales, y sobre todo técnicos, como los ejecutados en Avatar (íd; James Cameron, 2010) o La vida de Pi (Life of Pi; Ang Lee, 2012) tomando de este modo el 3D como algo imprescindible para mostrar el espacio como un personaje vivo e interactivo en el que el espectador se convierte en partícipe con la introducción de sucesivos encuadres subjetivos. El 3D trabaja también por la generación de empatía y modulación de nuestros sentimientos ante la fragilidad humana expuesta a un universo inquietantemente silencioso, desconocido y sin límites que nos arroja a la más profunda desorientación. Deriva con la que evocan, Alfonso y Jonás Cuarón, reflexiones metafísicas y emocionales que no por ser arquetípicamente positivas resultan menos efectivas u honestas. Y esta es la apuesta de Gravity. Construir, a través de su simplicidad minimalista, un producto de intachable fuerza visual maximalista que encuentra como asideros la adrenalina y la trascendencia existencial. Idea que nace en ese majestuoso plano secuencia de aproximadamente 20 minutos en el que se presentan las intenciones de una sencilla historia desarrollada en un survivor espacial de impecable factura en la que la coreografía de sus secuencias transmiten una amenaza palpable para unos personajes bien perfilados. Sandra Bullock y George Clooney son dos astronautas que tratan de volver a la Tierra tras un accidente en una misión rutinaria. Esa es la sinopsis, no hay más. Una premisa que no cuenta con mayor complejidad y que su simplista libreto podría descompensar su mensaje y sus intenciones sustentadas en la trascendencia (Clooney) y el desamparo (Bullock). Los Cuarón demuestran inteligencia al dosificar el pulso de su asfixiante virtuosismo sirviéndose de contrapuntos que desarrollan una historia de supervivencia sincera. Como ya hiciese Rodrigo Cortés en la sobresaliente Buried (íd; 2010), Gravity presenta un atípico thriller en el que lo estético resulta hipnótico y lo dramático no chirría.
Vitalismo al servicio del espectáculo
Conviene detenerse más allá del volumen de los intachables efectos especiales y su fastuosa orquestación. Cuarón perfila la inmensidad del universo (miedo) como amenaza para un ser humano insignificante y personificado en una, poco nociva, Sandra Bullock que viaja a la deriva física y emocional. Además, de la de proporcionar un intachable divertimento, el realizador mejicano se preocupa también a la hora de escribir una reflexión vitalista acerca de la muerte y de nuestra capacidad de reacción ante las hostias que nos da la vida como, por ejemplo, la muerte de una hija. Un proceso que abarca posiciones fetales y que culmina con una oda a lo orgánico en el que el ser humano es capaz de renacer tras una experiencia traumática.
El tiempo fijará la meritoria trascendencia de Gravity dentro del entretenimiento audiovisual.
Impresionante. Coincido en que la ciencia ficción requiere de un pacto, que no todo puede ser verosimil, si no no entrariamos al trapo de grande obras maestras como Blade Runner o Alien. Tras leer la crítica tengo muchísimas más ganas de verla, me dejaré los dólares e iré a verla en 3D. Ya te conteré.
Merece la pena ir a un IMAX a verla, lo digo en serio. Espero que coincidamos, no como con Pacific Rim 🙂
Aún no la he visto, cuando la vea daré mi correspondiente crítica ante la misma pues me considero un gran fan de las películas de ciencia ficción. De todas formas sólo escribo para señalar lo acertado del «pacto» entre espectador y película, sin embargo me da pena que en su día la película de Star Trek: Into Darkness, fuese tan criticada precisamente por dichos «fallos irreales» en lo referente a la física y la gravedad. En fin, una lástima y sigamos recalcando el hecho de que dicho «pacto» debe estar siempre presente, en todas y cada una de las películas que comprenden el género, tan poco comprendido y valorado, como es el de la ciencia ficción.
Creo que has dado en el clavo. Es muy importante ese pacto, aunque no todo vale, como subrayo en el texto. Me alegra comprobar que hay seguidores de la ciencia ficción que comprenden y aceptan ese pacto.
Es una película formidable. La imagen y el sonido (o su ausencia) casan perfectamente. Y qué ritmo; te da la sensación de haberte pasado casi toda la película conteniendo la respiración.
Otra cosa: es breve, especialmente en relación con lo que actualmente se estila. Y mejor así. Alargarla no la mejoraría.
En cuanto a lo del pacto entre película y espectador… eso se da siempre. Cada película, al asumir su pertenencia a un género o categoría, tiene que cumplir un pacto, que en muchos casos es preexistente.
Si una peli pretende, como es el caso, pertenecer al mismo género que 2001, implica que no caben los disparates físicos. Esta peli en ese sentido tiene pequeñas pifias, pero se les puede pasar por alto sin mayor problema, porque por contra respeta las reglas del juego en un noventaytantos por ciento. En este caso, las leyes de la física gravitacional. Y encima con gran belleza, emoción y suspense.
El caso de la última de Star Trek (por alusión) no cuela, pues vulnera el pacto preexistente por las anteriores entregas de la saga. Star Trek no es ciencia ficción «hard» como 2001 o como Gravity. Ni siquiera ciencia-ficción soft como por ejemplo Sunshine. Es una mezcla de ciencia ficción y fantasía con su propio marco referencial. Las dos últimas lo vulneran en múltiples aspectos como ya en su día se comentó.
JMongil y Mr Pinacho, ya he visto ayer la película y creo que el film de Cuarón nace con vocación de realismo, así que me cuesta encuadrar este film en el género de ciencia ficción, por ese pequeño detalle por su vocación realista.
Si la vemos desde esa perspectiva la lectura de la película es el drama de dos astronautas que luchan por salvar sus vidas, al igual que otros filmes como Apollo XIII.
Y si aceptamos este punto de partida, el film y sus pifias son para hablar un rato. Por ejemplo, nuestros protagonistas cambian de órbita como yo me hago una marcha por el campo. O resisten la fuerza de la inercia del movimiento sin que pierdan los brazos en el camino. En fin, que si, que no aburre, pero de ahi a que esto sea lo mejor del universo , en fin. Máxime si partimos de la base que no estamos ante un film de ciencia ficción. Esto no le llega a Kubrick ni a la suela del zapato, aunque su plano secuencia de apertura del film es maravilloso.
La comparo con 2001, no por temática ni por sus pretensiones antropológicas y filosóficas, sino por el grado de realismo que persigue en las escenas espaciales.
Desde ese punto de vista pefectamente asumible, Gravity no es ciencia ficción (como Apolo XIII), porque no hay muestra gran cosa que sea futurista, salvo la estación china, que sale completita, mientras que por ahora está en fase embrionaria.
En la peli los astronautas no cambian de órbita, salvo al final. El guionista se toma una licencia criticable al ubicar todos los chismes en la misma órbita, y encima, cada uno a la vista del siguiente. Así que aunque las dimensiones son de bastantes miles de kilómetros, aquello parece la M-40.
Lo de los brazos arrancados… no sé. No recuerdo ninguna secuencia en la que sufrieran un tirón excesivo como para eso.
Si de pifias hablamos (ojo espoilers). Aquí mencionan unas cuantas:
http://www.elmundo.es/elmundo/2013/10/10/ciencia/1381436778.html
La escena final es de traca. Ni ángulo de reentrada, ni leches. Pero aún así es tremendamente bello y emocionante. Por ello, Cuarón tiene mi perdón.
Me sorprende que una película tan formidable solo reciba peros cuando se acude a la opinión de astrofísicos y astronautas, mientras los cinéfilos hablamos de ella recurriendo a Kubrick y recalcando la tensión que logra. Me parece que eso lo dice todo.
De hecho hasta los astrofísicos reconocen el alto grado de realismo de la película.
Enumeran las pifias que han encontrado seguramente porque les han preguntado al respecto.
Acabo de llegar a mi casa de ver Gravity, por ello Alfredo estoy totalemente de acuerdo con tu valoración, esta película ni es ciencia ficción ni nada por el estilo, pretende ser una pseudo-aventura espacial para que nos pongamos en la piel de unos astronautas en una situación límite. He de resaltar que el film me ha parecido realmente decepcionante, quizás al hecho de las expectartivas que tenía. Una de las causas puede ser el hecho de que se han ido introduciendo elementos de forma forzosa y exagerada en lo referente a las contínuas situaciones límita vividas por estos personajes, amén de los «fallos» obvios resaltados por Alfredo y muy a pesar de ese «pacto» entre película de pseudo-ciencia ficción «realista» y espectadores. Por ello esta película se encuentra en tierra de nadie sin ya que no pertence ni al género de la ciencia ficción ni a una película de «realismo» espacial. En fin entretenida si, gran película desde luego que no. Mi nota, un 6,5.
Me dejo muy frío.
En efecto Botvin, creo que el film se mueve en una delgada línea roja y que tira más hacia el realismo que hacia la ciencia ficción, huelga decir que ni se me pasa por la mente el tema ciencia ficción hardcore. Está bien, tiene tensión como bien dice Alex Pinacho, pero, pero, nos falta trama. esto como el juego de la oca o como un videojuego, que vas saltando de pantalla en pantalla. Demasiada gloria para tan poca chicha. ¿O no Javi?
«Nos falta trama» Yo creo que eso responde a una necesidad preconcebida con respecto a la manera que tiene cada uno de concebir el cine, y en concreto esta película. Por desgracia, Gravity ha llegado (para muchos) muy inflada y verla con una mirada virgen o limpia es imposible. ¿Tendrías la misma opinión habiéndola visto en Venecia o en Toronto? Es evidente que no. Lo grandioso de Gravity es que parte de premisas simplistas para desarrollar un espectáculo visual que chorrea a cualquier producto (audiovisual) creado hasta la fecha. Cuarón profundiza lo justo y necesario para conceder protagonismo a otras cosas, querer dar la vuelta al calcetín me resulta absurdo e innecesario.
No creo que falte trama. Dos personas están al borde de la muerte. Y sus intentos por sobrevivir llenan más que sobradamente la hora y media que dura la película, casi sin apenas pausas.
No le hace falta nada más.
La adrenalina está bien, pero es como una montaña rusa: no le vas a sacar mucho más que eso. Con esto quiero decir que comprendo qué piensa la gente a la que «le falta trama». Es hora y media de coches de choques, que está muy bien, pero el más o menos profundo subtexto lo perdieron en Vietnam. No es que esté mal, no se pueden pedir peras al olmo, pero yo salí contento Y, además, sin que me apeteciese volver a verla, porque, bueno, ya me había pegado el subidón, ya ha quemado todas sus cartas (las sorpresas y giros, que solo impactan la primera vez porque ya te los sabes) y a otra cosa, mariposa.
Hay vídeos en youtube que van de lo mismo (movida grabada desde la 1ª persona) y que duran menos y no te dan la matraca ni con Dios ni con ñoñerías (las fotos de la familia) 🙂
Bien, en general una película que está bien.
Ah, y sí, entiendo a los que apuntan pasan de llamar a esto ciencia ficción y etiquetarla como una de AVENTURAS más que otra cosa. Y eso está muy bien, ¿eh? Aventuras en el espacio, MOLA.
Pero es que claro, el término «ciencia ficción» es tan laxo, así que si aceptamos que, con que sea más o menos «precisa» en su recreación de las físicas, y cuente una historia de ficción… pues es CIENCIA FICCIÓN HARD Y PURA Y DURA.
Pero entonces, cualquier cosa que sea CIENCIA y FICCIÓN sería ciencia ficción, no haría falta que estuviesen en el espacio, valdría con que se retratasen realidades científicas con corrección para ganarse el nombre.
Pero en ese caso, tendríamos que empezar a usar sintagmas larguísimos para definir bien, yo qué sé, los libros de Margaret Atwood, que son más ficción que ciencia, pero tiene ciencia, y de ahí lo de la ficción especulativa…
…pero claro, resulta que la ficción especulativa a veces parece un término sacado para no llamarlo «de ciencia ficción»…
…pero claro, luego va Carpenter y hace Fantasmas de Marte y joder, resulta que es un WESTERN, no una de ciencia ficción…
…¡AY! Qué dolor de cabeza.
Me alegra leer algo más que elogios huecos a esta película subida a un podium del que no merece ni una medalla de hojalata.
Tal vez el 3D sea la respuesta, pero si ésto es todo lo que tiene que ofrecer, bien podría ser un documental. Nos ahorraríamos ver a Sandra Bullock mostrar sus horas de gimnasio y múltiples operaciones de estética como único aliciente en su superficial interpretación (nada sorprendente, por cierto, nunca fue mucho más allá). Quizá lo mejor sea la rana tratando de salir a la superficie para mostrarle el camino de salida a nuestra «pobrecita» encerrada en el espacio.
Debemos de estar muy necesitados de ídolos para calificar a Cuarón de genio y muy escasos de imaginación para etiquetar esta película como obra maestra.
Yo siento lástima por la excelente oportunidad que el director ha dejado pasar para preguntarse por qué ni ante la inmensidad del espacio somos capaces de salir de nosotros mismos, nuestros tics y nuestro apego a la autoayuda barata.
Eso sí, se ha gastado 100 millones de dólares y eso da mucho caché. ¡Cuánto snobismo!
¡Oh! Papatya…ya que la menciona. Menudo error de bulto el del señor Cuarón, se curra mogollón todo y al final mete la pata en una simpleza. A ver, debería haberse decantado por RANA (agua dulce) o KELP (Alga marina) donde narices cae la maltrecha cápsula en un lago o en el mar. El animalico y la plantica no pueden convivir en el mismo ecosistema. Hablando de realidad. Y porque la película acontezca en el espacio no significa que sea Ciencia Ficción. Me gusta lo que apuntáis del término una de Aventuras en el Espacio. Es como KON-TIKI.
Reconozco que me he perdido entre las críticas. ¿Es la etiqueta el problema? ¿Errores científicos que no se ajustan al 100% de la realidad? Explíquenme qué es lo que querrían, ¿qué quitamos para introducir qué? Para aquellos que la película es fallida (?) que piensen en el propósito de Gravity y si realmente lo cumple.
No Alex. la síntesis es que a todos nos ha gustado, es muy entretenida, es realmente trepidante, no hay respiro alguno, pero fallitos posee. Y todo depende desde la óptica en que veas el filme. ¡Te ha sorprendido lo del Kelp y la rana!
Lo del kelp y la rana me parece casi irrelevante.
Aunque me figuro que Cope se habrá rasgado las vestiduras. Está bastante sensibilizado con esas pifias.
Y yo con otras, claro.
NI te imaginas, las tiene destrozadas. Nada más aparecer la rana ya saltó en la butaca. En efecto cada uno salta con las de su campo.