Mar. Mar 19th, 2024
el nuevo trabajo de Naomi Kawase

La realizadora nipona regresa con un filme que bucea en los mecanismos del duelo, la empatía y la belleza de la imagen.

Explorando la perdida

Naomi Kawase se forjó en el género documental. Fue Cannes el gran impulsor de esta cineasta. En 1997 le dieron la cámara de oro a la mejor ópera prima por “Suzaku”. En el 2007 con “El bosque del luto” recibe el Gran Premio del Jurado en Cannes. De esta manera el certamen francés la erige como un referente en el cine de autor. Con Aguas tranquilasconvenció a la crítica pero no al jurado, no consiguiendo ningún galardón. Un año después consiguió cautivar al gran público con su célebreUna pastelería en Tokio. Y este año ha conseguido un nuevo galardón con “Hacia la luz”.

Lo nuevo de Kawase obtuvo el premio del jurado ecumenico de Cannes

La evidencia nos demuestra que la realizadora nipona se mueve en la delgada línea que separa el cine de autor, más personal, con la comercialidad más rotunda. Nos demostró sus capacidades con su anterior trabajo, y con este va un paso más allá. Esto no es ni bueno, ni malo, siempre y cuando uno salga satisfecho del visionado. Ahí radica un elemento esencial del cine: el subjetivismo. Kawase sigue enarbolando la bandera del existencialismo japonés como en sus anteriores trabajos. En esta ocasión lo hace a través de dos curiosos personajes: Nakamori, un reputado fotógrafo que está perdiendo la vista, y Misako, la autora de audiocomentarios para la exhibición de películas para invidentes. El objetivo de su trabajo es que el espectador invidente pueda imaginar la escena gracias a sus descripciones. A través de ellos intenta bucear en lo que nos hace humanos. La fragilidad de la memoria o la aceptación de las desgracias, esa ceguera impuesta.

La comunión del cine de autor y comercial

Leox Carax en su célebre Holy Motorsexploraba lo efímero de la belleza, desde una perspectiva profundamente autoral. Kawase también lo explora en este nuevo largometraje que tiende a lo más comercial. “Hacia la luz” posee una narración clásica, aunque fuerza una falsa estructura circular para darle más empaque. Algunos lo podrán ver como un artificio, lo cierto es que el resultado está cargado de ternura. La realizadora nipona va atrapando poco a poco al espectador gracias a la aterciopelada voz de la actriz Ayame Misaki. A ello debemos sumar la embriagadora banda sonora firmada por Ibrahim Maalouf. Sus acordes de piano y su bella fotografía se convierten en el perfecto gancho para hacerse con el gran público. Finalmente, Kawase consigue crear una tensión sexual entre los dos personajes que poseen personalidades opuestas. Nakamori le descubrirá a Misako los factores limitantes de la ceguera y su canon de belleza. La evolución de su arco queda perfectamente descrita en la complejidad que adquieren los audiocomentarios que acaba escribiendo para el filme.

Es un ejercicio de metacine

“Hacía la luz” es dulce, tierna y delicada. Es un gran ejercicio de metacine donde la carga autoral es patente, y brinda al espectador momentos muy bellos donde queda patente que la gran fuerza del cine radica en la luz, el color y el sonido. Lo cierto es que ha cautivado al jurado ecuménico de Cannes, ahora queda ver si se gana el favor del gran público, y tiene muchas bazas para conseguirlo, sobre todo entre los aficionados al cine más talluditos.

Frases destacadas:

  • Misako: “Intentaré corregir los elementos invasivos
  • Nakamori: “Es mi corazón
  • Misako: “Nada es más bello que lo que desaparece ante tus ojos
  • Misako: “Sacamos una foto para no olvidarlo
  • Nakamori: “El fotógrafo es como un cazador que tiene al tiempo como presa

Trailer oficial de “Hacia la luz”

Por Alfredo Manteca

Periodismo UCM. Cinéfilo y cinefago compulsivo. Crecí con Kubrick, Hitchcock y Cronenberg.

Un comentario en ««Hacia la luz»: la belleza de la perdida»
  1. Me he emocionado al leer la crítica de esta película, la perdida sea del orden que sea siempre es traumática, creo que voy a gastar los euros en ir a visionarla porque últimamente me llama mucho la atención las bandas sonoras y a veces cierro los ojos solo por escuchar los acordes de la melodía. Será por que empiezo a perder el oido

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