Takashi Miike, el director de “13 asesinos” regresa con “Hara-Kiri: La muerte de un samurai”, una obra en la que nos demuestra su madurez como creador y no teme cambiar de registros al igual que lo hizo en su día Woody Allen con “Match Point” y nos demuestra su valentía como narrador y creador de imágenes tan poderosas como contundentes, que se quedan grabadas en la retina del cinéfilo como si hubieran sido esculpidas con una katana. Esta vez ha retomado su alianza con el guionista Kikumi Yamagishi, con el que trabajó en el 2001 en “La felicidad de los Katakuri”, para trasladar a la pantalla grande la novela escrita por Yasuhiko Takiguchi.
El relato se centra en Hanshiro, un samurái sin recursos, que con el fin de morir dignamente solicita llevar a cabo un suicidio ritual en la residencia del clan Li, liderado por Kageyu. Este intenta hacerle desistir de su idea contándole la trágica historia de un joven ronin, Motome, que poco tiempo atrás había llegado a ese lugar con las mismas intenciones. A pesar del impacto que provocan en él los espeluznantes detalles del destino de Motome, Hanshiro persiste en su decisión de morir con honor. Cuando llega el momento de practicarse el hara-kiri, realiza una última petición: desea ser asistido por tres tenientes de Kageyu que, por una extraña coincidencia, se encuentran ausentes.
La trama plantea diversos temas como por ejemplo, qué debe hacer una sociedad en tiempos de paz con los guerreros, máxime si encima no hay recursos para toda la población y vivimos momentos de crisis económica donde los padres acaban criando a los hijos de sus vástagos. Como todos bien sabemos en tiempos duros financieros llevan a las personas desperadas a que tomen medidas contundentes y vayan en contra del gobierno establecido, que como siempre vive disociado e ignora lo que le pasa al pueblo llano.
De esta manera Miike con esta historia hace un aparente cambio en su filmografía y se adentra en el territorio del drama y la crítica social. Además, en un alarde de complejidad nos cuenta una hermosa historia de amor entre Motome y Miho, que os enternecerá y así sus fieles seguidores buscarán venganza y sangre, que es el motor real de su largometraje, y no os defraudará.
Eso lo ha conseguido gracias a uno de los productores más valientes que existen en la industria cinematográfica, hablo del británico Jeremy Thomas. Puede que haya producido más de cinco películas de culto, por ejemplo: consiguió que David Cronenberg llevara a buen puerto “El almuerzo desnudo”, que Bernardo Bertolucci hiciera “El último emperador”, que Nagisa Ôshima hiciera esa rareza titulada “Feliz Navidad, Mr. Lawrence” o que Jerzy Skolimowski filmara esa increíble película que es “El grito”. Y ahora puede sumar otra más a su gran lista.
El realizador japonés nos ofrece una película de fuerte aroma teatral, pero lo que es un aparente inconveniente lo solventa con inteligencia al poner en juego todos los recursos cinematográficos que tiene a su disposición. Podemos empezar hablando de su poderosa banda sonora que exuda dolor y violencia firmada Ryûichi Sakamoto, que entiende perfectamente el objetivo propuesto: elevar la inquietud y contundencia de las imágenes. Para ello no dudará en usar unos acordes minimalistas, mezclando elementos orquestales y tecnológicos. Por eso, el gran alarde de este genial compositor lo encontramos sin duda en el tema creado para la secuencia de la premonición de la muerte, en él sólo usa instrumentos de percusión y os prometo que os hará vibrar en la butaca. Y podemos finalizar esta lista de aciertos con el uso correcto en la selección del tamaño de los planos en cada momento y la situación de las elipsis en momentos muy concretos para darle la agilidad necesaria a la narración, porque esta vez sólo tenemos una gran escena de acción.
Por todo ello creo que no exagero si digo que “Hara-Kiri: La muerte de un samurai” nos brinda lo mejor del cineasta nipón, donde nos demuestra su valentía e inteligencia al crear un filme crudo de amor, descarnado, con diálogos e imágenes cargadas de violencia implícita, que os mantendrán en la butaca deseosos de venganza. El filme se estrenará el 17 de agosto.
Frases destacadas:
Motome: Apelando a mi honor he venido a hacer una petición.
Kageyu: Este evento es un ritual poco común.
Omodaka: Ya podéis cumplir vuestro deseo de cometer suicidio.
Kageyu: La palabra de un guerrero es sagrada.
Omodaka: Clavárosla y giradla.
Hanshiro: Ciertamente se trata de una historia lamentable.
Hanshiro: Estas ropas son adecuadas para un samurai empobrecido y sin amo.
Hanshiro: El shogun usa los hombres a su antojo.
Miho: Un médico no podemos permitírnoslo.
Hanshiro: Motome había vendido su espada para salvar a su familia.
Calificación: 9
Dios mío, aunque esté basada en una novela, al menos mencionad que es un remake de una obra maestra de Masaki Kobayashi (1962) que recibió el premio del Jurado en el Festival de Cannes de 1963…
http://es.wikipedia.org/wiki/Harakiri_%28pel%C3%ADcula_de_1962%29
PENDEJOS EL HARAKIRI SE HACE CON UNA DAGA NO CON UNA KANTANA
A ver KuKiKULO que es un recurso literario de lo imágenes esculpidas con una katana, no queriamos decír que los hara kiris se hicieran con ella.