Mar. Mar 19th, 2024

El retorno de Mel Gibson, antaño director de gran talento, se torna de manera dolorosa como una de las peores películas del año con diferencia.

Mel Gibson ha destacado siempre como un héroe de acción, de esos que además saben actuar, no solo en ese tipo de género si no también apostando por papeles de carácter más dramático. También tiene una carrera como director que si no le ha colocado en el primer nivel ha sido por las pocas veces que se ha puesto tras las cámaras. En 20 años apenas hemos podido ver tres películas dirigidas por él. Pero su prestigio en este campo no es despreciable. Tras arrasar en los Oscar con la épica “Braveheart” (1995), pasaron casi diez años hasta que decidió contar la historia de las últimas horas de Jesucristo con grandes dosis de violencia en “La Pasión de Cristo” (2004), para acto seguido entregarnos una de las mejores películas de aventuras de los últimos años “Apocalypto” (2006).  Pero sus comentarios y actitudes hacia ciertos sectores de Hollywood le relegaron de las pantallas hasta que poco a poco ha conseguido abrirse un hueco de nuevo, primero como actor, y finalmente atreviéndose a colocarse de nuevo detrás de las cámaras, esta vez con “Hasta el último hombre (Hacksaw Ridge)”, una cinta bélica que prometía bastante.

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Drama de cartón piedra

El resultado final, sin embargo, es desolador, entregando Gibson una de las películas más despreciables del año. Es difícil pensar por dónde empezar al enumerar los numerosos problemas que arrastra la cinta. Se nos relata la historia real de Desmond Doss, un objetor de conciencia que quiere participar como médico en la Segunda Guerra Mundial pero sin ni siquiera tocar un arma debido a su condición y para ello, el guion divide la cinta en dos mitades claramente diferenciadas. La primera se centra en la parte dramática en la que vemos a Doss y a su familia, así como su alistamiento en el ejército y los problemas que le conlleva su mentalidad. En este apartado todo resulta absolutamente falso, cada personaje, cada diálogo… todo entra dentro del tópico más vergonzante y exaltado, contando así la historia de la manera más rancia y pomposa posible. Por lo tanto solo queda esperar a que comience la parte bélica propiamente dicha para esperar que la película remonte el vuelo.

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Una «Gibson Movie»

Pero es triste comprobar cómo aún empeora más. No solo por el empeño que tiene de hacer de la violencia más extrema de la guerra un espectáculo circense, con una exageración que haría enrojecer al mismísimo Michael Bay, sino sobre todo por lo hipócrita que se muestra Gibson a la hora de afrontar la cinta. Doss realizó un acto indudablemente heroico y es una figura lo bastante interesante como para dedicarle una película, pero su doble moral hace que no pueda quitar ninguna vida, y sin embargo no tienen ningún problema en que el resto de sus compañeros lo hagan, algo bastante cuestionable. Pero el director, como él, glorifica la guerra, con su exaltación patriótica (todos los estadounidenses de la película tienen buen corazón aunque sean unos maltratadores, mientras los japoneses resultan ser unos traicioneros) y su retrato esperpéntico de la odisea del protagonista, glorificado hasta el extremo y jamás cuestionado. Una cinta que hace apología del pro-belicismo más conservador mientras eleva a los altares la figura de un (supuesto) pacifista no puede funcionar jamás.

Y es que Mel Gibson nunca ha tenido la sutileza como una de sus virtudes, pero en sus anteriores trabajos, toda ese extremismo era utilizado para aportar a las historias que contaba una fuerza arrolladora y un aura mística, tanto en lo narrativo como en lo visual, que hacía que uno no pudiese apartar los ojos de la pantalla mientras clavaba las uñas en la butaca. Sin embargo en este nuevo trabajo su labor técnica resulta de lo más vulgar, tal vez por querer contar una historia más cercana con un carácter “realista”, pero carece de la vibrante planificación de sus anteriores trabajos, contando además con una fotografía saturada de anuncio de televisión y una banda sonora de Rupert Gregson-Williams que parece sacada directamente de las típicas músicas de los años 90, bastante cándida, preciosista e intrascendente. La película solo sorprende cuando se apaga la música, se deja de utilizar la cámara lenta, y la batalla se muestra cruenta y realista, casi documental. El único momento que puede disfrutarse antes de volver a la triste realidad, que es que Gibson parece haber retrocedido unos veinte años en su saber hacer cinematográfico, y eso solo hablando de lo puramente técnico.

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El reparto encabezado por Andrew Garfield parece dejarse llevar por esa bola de bochorno que se va creando según avanza la cinta. Un jarro de agua helada para los que esperaban con ansia el regreso del Gibson realizador, que no solo se muestra intrascendente e incluso molesto como creador visual, si no que realiza una película de ética deleznable y contradictoria con aire fascistoide y ultracatólico. Al menos “La Pasión de Cristo” era coherente consigo misma y una delicia para los sentidos. Ni Homer Simpson, que en aquel capítulo de la serie animada ayudaba al bueno de Mel a terminar una película que estaba rodando de la manera más estrambótica y terrible posible, habría parido un engendro de estas características.

Frases de la película

  • «En tiempos de paz, los padres entierran a sus hijos. En la guerra, los hijos entierran a sus padres.»
  • «Es usted libre de ir al campo de batalla sin una sola arma para protegerse.»
  • «‘Por favor Dios, ayúdame a encontrar uno más.»

Trailer de «Hasta el último hombre (Hacksaw Ridge)»

5 comentarios en ««Hasta el último hombre (Hacksaw Ridge)», vergüenza ajena»
  1. No estoy de acuerdo en ninguna de las partes de la crítica. NO EXAGERA la violencia de la guerra, sino que incluso la realidad supera a veces con creces la ficción. Nl habléis de ello si no habéis estado en un frente de guerra. Y no exalta los valores de la misma, sino que refleja la opinión que la gente tenía en tiempos de la Segunda Guerra Mundial sobre el ejército y el sentimiento de la patria. Por otra parte la doble moral del soldado está perfectamente plasmada en la película dado que está BASADA EN HECHOS REALES, por si no lo habíais tenido en cuenta. Y por otra parte, qur vosotros penséis que es un fracaso de película no significa que todos piensen como ustedes. Pues el 100℅ de las opiniones que han llegado a mí han calificado la película como excelente y emotiva, y ha sabido reflejar con máxima fidelidad la valentía de un hombre que no quiso asaltar sus principios pero a la vez proteger a los suyos, poniendo en juego su vida si era menester.

    No intenten menospreciar este tipo de relato bélico, menos cuando la historia está basada en hechos reales y los mismísimos protagonistas en la realidad son los verdaderos directores de esta película. Además los únicos que están en condiciones de valorar el nivel de crueldad reflejada en la película respecto de la real, son los que se enfrentan realmente a ello, y no personas sentadas en una butaca que no saben nada sobre el tema.

  2. Es muy exagerada tu afirmación: «es una de las peores películas del año de largo»… Para mí, Mel Gibson ha sabido plasmar muy bien está historia basada en hechos reales y creo, desde mi humilde opinión, que ha transmitido muy bien el mensaje de esta película y de lo que representó este hombre, que las convicciones no son ninguna tontería y la importancia de defender tus valores. No soy cristiano, ni religioso siquiera, pero no entiendo ese «hate» hacia las películas trascendentales. Al fin y al cabo, son valores y ojalá pudiese llegar a defender los míos como ese hombre.

    Con la película he podido vivir la historia desde dentro, y no sólo eso, conocer al verdadero Desmond Dass. Para mí, al final es lo que importa. No los elementos técnicos y demás, que respeto la gente que critique eso porque es conocedora del tema… Pero de ahí, a decir que es una de las peores películas del año hay mucha distancia.

    Por cierto, «Praying» de la banda sonora me gusta mucho.

    ¡Saludos!

  3. Me han subido 7 dioptrías en cada ojo de lo mala que es. No hay por dónde pillarla. Solo le ha faltado meter tornados y tiburones para rematar la faena.

    Tenemos granadas de fragmentación que matan de forma selectiva (al prota le estalla en la cara y sale ileso).

    Tenemos cuerdas que soportan 50 hombres a la vez sin problema, y unos Japos que ni se les ocurre cortarla, ¡maravilloso!

    Tenemos el rescate de un soldado sin piernas al de un día y que no ha muerto desangrado, y a otro sin brazo, no problem bro! Aprietate aquí el trapo, pinchazo de morfina y arreglado.

    La escena en la que arrastra en una lona a un herido Sgt Howell ( Vince Vaughn) mientras dispara con un ametralladora de cargador INFINITO, aniquilando japoneses a pares y nones, hace que no sepas si estabas viendo realmente Tropic Thunder.

    Sin olvidar una artillería naval que produce desde explosiones enormes hasta leves fogonazos en el suelo, según le venga mejor al prota y por dónde vaya corriendo.

    Y de guinda una fotografía y planos de flipada suprema, al mas puro estilo Power Ranger, hacen una caricatura bochornosa de lo que seguramente fue un personaje digno del que hablar, y que se habrá retorcido en la tumba.

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