Mar. Mar 19th, 2024
Fotograma de la película Hereditary

El terror llama a nuestra puerta en una de las películas más sugerentes y perturbadoras de los últimos años.

Desde hace ya algún tiempo, cada año los fans del cine de terror se topan con la que se vende como «la película más aterradora del año». Estas opiniones tan glorificantes suelen originarse en los festivales de cine, donde es muy fácil dejarse llevar por el calor del momento y la sororidad que se genera en esos ámbitos. Pero el verdadero reto llega cuando esas cintas consiguen hacerse un hueco en la cartelera, donde deben competir con un público normalmente menos experimentado pero a su vez menos influenciado por ese tipo de opiniones. Ya ha ocurrido con «La bruja» o con «It follows«, obras cuyas pretensiones se alejan bastante de lo que uno esperaría ver en unas multisalas y que bastante poco tienen que ver con las producciones de Blumhouse o el universo de James Wan.

«Hereditary» se podría situar perfectamente dentro de ese montón de películas cuya máxima aspiración es sugerir en vez de mostrar, dejando que la inquietud penetre poco a poco en el espectador sin que éste se de cuenta. Lo que ha conseguido Ari Aster con su primer largometraje es digno de ser aplaudido y recordado durante mucho tiempo.

Cosas extrañas comienzan a suceder en casa de los Graham tras la muerte de la abuela y matriarca, que deja a su hija Annie (Toni Collette) en herencia su casa. Annie Graham, una galerista casada y con dos hijos, no tuvo una infancia demasiado feliz junto a su madre, y cree que la muerte de ésta puede hacer que pase página. Pero todo se complica cuando su hija menor (Milly Shapirocomienza a ver figuras fantasmales, que también empiezan a aparecer ante su hermano (Alex Wolff).

Pesadillas muy reales

La película se alza como una rara avis entre sus contemporáneas por varias razones. La primera de ellas es que Ari Aster (también guionista) tiene muy clara la historia que quiere contar y, además, las sensaciones que quiere que sienta el espectador. «Hereditary» es el descenso a los infiernos de una familia que va acumulando tragedias sin parar, y si a esto le sumamos los antecedentes psiquiátricos y los traumas del pasado de nuestros protagonistas, es inevitable intuir que lo peor sólo está por llegar. Aster juega a confundir a sus personajes y alterar su percepción de la realidad, lo que da lugar a escenas donde la tensión podría cortarse con un cuchillo. El drama familiar funciona como base para desarrollar una historia que comienza como un insólito periodo de duelo que va condicionando las acciones de los miembros de la familia, especialmente los de Annie.

La atmósfera enrarecida y plagada de imágenes simbólicas nos harán dudar de si todo lo que ocurre es real o producto de la imaginación de la familia. El misterio que se oculta detrás de las apariciones y los sucesos insólitos se mantiene hasta prácticamente los últimos minutos, donde un poderoso y agobiante clímax será el encargado de dejarnos con muy mal cuerpo.

Las dos horas que alcanza el metraje no se perciben como excesivas, ya que el tiempo que invierte Ari Aster en desarrollar a sus personajes y las dinámicas que surgen entre ellos son muy importantes para que esta ansiada tensión se produzca. Puede que la trama nos sorprenda más o menos, pero es indiscutible que ésta se mantiene fiel a sus principios. El director también apuesta por una carencia casi absoluta de jumpscares y sustos a traición, aprovechando los encuadres y la puesta en escena (arropada por una sobresaliente fotografía) para que sea el espectador quien encuentre el elemento perturbador en el plano. Las partituras de Colin Stetson juegan un papel crucial aquí, apostando por melodías sencillas y asonantes que cobran muchísima importancia durante el primer acto del filme.

La culpa es de la abuela

Toni Collette se alza con uno de los grandes papeles de su carrera. Exigente y complejo, en el que sería muy fácil caer en la exageración como una madre paranoica e histérica, pero que por suerte aquí consigue resultados merecedores de todos los premios posibles. Algo similar ocurre con la prometedora Milly Shapiro, quien da vida a un personaje muy cercano al de otras niñas perturbadoras que ya hemos visto docenas de veces en películas de terror, pero aportando los matices suficientes como para quedarse en nuestros recuerdos.

Los papeles masculinos de «Hereditary» son los menos atractivos de ésta, ya que han sido concebidos como simples obstáculos para nuestras protagonistas, pero Alex Wolff nos regala una más que sólida interpretación como vehículo expresivo de todo lo extraño que acontece en la casa. La traumática relación de Peter con su madre es uno de los pilares básicos de la historia y consigue darle una dimensión asombrosa a su personaje. Gabriel Byrne, por otra parte, tiene que conformarse con ser la típica figura masculina que abunda en este tipo de historias: escéptica y contraria a la voluntad de su cónyuge, con apenas matices que le hagan destacar.

Difícilmente Ari Aster podrá superar lo que ha conseguido en «Hereditary«, porque lo que ha logrado es tan difícil y tan meritorio que será casi imposible tener unas expectativas realistas ante su siguiente proyecto.

Frases destacadas de «Hereditary»:

  • Joan: «You didn’t kill her. She isn’t gone.»
  • Annie: «My mother was a very secretive an private woman.»
  • Charlie: «Who’s gonna take care of me?»
  • Joan: «Sometimes I can swear I can feel them in the room.»
  • Annie: «Don’t you ever raise your voice at me, you little shit! I am your mother!»

Trailer de «Hereditary»:

Por Imanol De Frutos

Graduado en ESCAC y montador de profesión. Siempre hambriento de ficción.

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