Llega a nuestras pantallas la representación de una historia real, una mala película al más puro estilo americano.
El cine de catástrofes y supervivencia tal y como se hacía en los 90 y a primeros de los 2000, con ese aire “bigger than life” y esos dramas directos al corazón llenos de personajes bondadosos, parecen no tener cabida en el panorama actual, y aun así, de vez en cuando nos siguen llegando algunos productos con estas características, cintas desfasadas que, si bien hace años podrían haber sido un gran éxito y haber cosechado incluso premios, hoy pasan sin pena ni gloria por la cartelera con notables excepciones. Mucho de eso hay en “Héroes en el infierno” (2017), el último trabajo de Jospeh Kosinski, que se aleja por primera vez de la ciencia ficción aparatosa con las muy discutibles “Tron: Legacy” (2010) y “Oblivion” (2013) para contar la historia real de un grupo de bomberos que intentaron contener el incendio de Yarnell Hill en 2013.
Poco que contar
Había cierto interés en ver como Kosinski, hasta ahora un estupendo artesano visual al servicio de guiones mediocres, se desenvolvía en un ambiente más realista y de acción como son los incendios en zonas boscosas. Sin embargo, y aunque parecía que íbamos a asistir a una historia llena de tensión y acción sobre profesionales combatiendo el fuego, lo que nos encontramos es ante la historia de unos profesionales que, por más que el tratamiento lo intente, se aleja de las cotas de épica y heroicidad que se pretende transmitir y se nos ofrece un drama a medio gas sobre familias del sur estadounidense. En ese ambiente más íntimo Kosinski se desenvuelve con una vulgaridad nada destacable, más allá de algunos planos generales logrados. Al final no se puede evitar la sensación de que la historia no daba para el tipo de película que los responsables querían hacer.
Héroes y esposas
Y eso simplemente en el terreno visual y temático, ya que, si entramos en el guion en sí y en los personajes, nos encontramos ante una colección de tópicos vergonzantes y un tono neo liberal que se refleja de manera bastante clara en el machismo galopante que sobrevuela de manera sorprendentemente tan clara el filme y que impacta que llegue en este un momento en el que Hollywood es tan susceptible con estas cuestiones. Triste es ver a una actriz de la categoría de Jennifer Connelly, o incluso a una Andie McDowell algo desaparecida últimamente, someterse como simples floreros, aunque el guion se empeñe en darle un falso protagonismo y una fuerza que siempre están supeditadas a sus compañeros de reparto, hombres fuertes, rudos, valientes y buenos de corazón aunque al principio puedan parecer unos cretinos con la cara de grandes actores de la cara de Josh Brolin, Miles Teller, Jeff Bridges o Taylor Kistch, entregados en lo que solo se puede considerar como un desperdicio de talento. A su alrededor, hay rock & roll y música country, barbacoas, abnegadas esposas… todo lo que se puede esperar de un buen americano.
Lo mejor que se puede decir con todo es que la película se las arregla para aun así resultar moderadamente entretenida durante sus largos 130 minutos, sobre todo cuando la historia se centra en el personaje de Teller y su historia de superación. Por lo demás, una cinta que no solo resulta rancia y desfasada, sino que incluso fracasa como exaltación heroica. No parece simple casualidad que haya sido un fracaso en taquilla en USA a pesar de lo mucho que intenta agregar todos los tópicos patrióticos.
Frases de la película
- «Será como el fin del mundo.»
- «Me siento como ese oso en llamas.»
- «Sois héroes.»