Eric Lavaine regresa a las carteleras españolas con una comedia sustentada en un trío, donde una bella mujer tendrá que decidir entre dos príncipes.
Locas aventuras en el mercado de la soltería
Juliette es una mujer que duda sobre y ante todo, es incapaz de tomar una decisión. Tras varios años de relación, Cedric hastiado por su comportamiento decide abandonarla, engrosando la larga lista de parejas que ha tenido: Benoit, Pierre, Julien, etc. A sus cuarenta años se ve soltera e incapaz de tener una relación estable. Tras dos meses de su última pareja sus mejores amigas deciden buscarle un hombre que se amolde a su particular personalidad, y nada mejor que hacerlo por Tinder. Así acaba conociendo a Paul y a Étienne, dos hombres totalmente diferentes, agradables y con su carisma. Lo malo es que nadie puede decidir por Juliette, y finalmente tendrá que tomar una decisión vital ella sola.
¿Quieres ser mi mujer? Puede que esta sea una de las preguntas más trascendentales en la vida de una persona. La incapacidad del personaje principal para tomar las riendas de su vida hace que esta interrogante se convierta en la piedra angular de un guion que sigue todos los preceptos de la comedia romántica estadounidense. Eric Lavaine, director de grandes éxitos galos como “Barbacoa de Amigos” o “Vuelta a casa de mi madre”, sigue usando su rentable fórmula para traernos una vistosa comedia de enredos, ciertamente alocada y totalmente amable. En este caso, el realizador francés sigue todos los postulados de las comedias formadas por Garry Marshall.
El amor es ciego
Este largometraje hará las delicias de los espectadores mayores, lo tiene todo. Lavaine rentabiliza las localizaciones parisinas creando bellas postales, donde la luz y el color adquiere una gran relevancia. Usa grandes temazos comerciales para ilustrar las vacilaciones de Juliette. Sirva como ejemplo, el filme abre con el mítico tema de R.E.M. «Everybody hurts» y cierra con «Paradise» de Coldplay, de tal forma que es imposible salir del visionado sintiéndose mal. La indecisión crónica de Juliette es fuente de multitud de situaciones cómicas, unas más físicas y otras verbales. Todo hay que decirlo, unas más logradas que otras. Lo cierto, es que el director sabe dosificar y procura que no se le venga abajo el ritmo.
Consigue, además, crear un dulce cuento de hadas moderno, con ciertas reminiscencias a la cenicienta zapato incluido, donde la protagonista tendrá que apostar entre dos apuestos príncipes: un banquero o un cocinero. Así llegamos al talón de Aquiles del argumento. De la misma manera que quién no querría acostarse con Robert Redford por un millón de dólares en “Una proposición indecente”, cuando no vacilaríamos en hacerlo gratis. En este caso, Juliette tiene a dos hombres maravillosos, luego realmente no tiene que decidir en ningún momento, porque no pierde en cualquiera de los dos escenarios. Los dos son guapos, son maravillosos, y parecen no tener defectos. Pero, como habíamos decidido ir a verla para sentirnos bien disfrutando de un caramelito dulce, pues para qué plantearnos otros dilemas.
Frases destacadas:
- Juliette: “Llevo 40 años siendo incapaz de tomar la más mínima decisión”
- Juliette: “Aquel día, el 7 de julio de 1992 tomé mi primera y única decisión. A partir de ese momento dejé que mi padre decidiese siempre por mí”
- Juliette: “Si quisiera suicidarme no sabría elegir cómo.”
- Gilles: “Tinder es para echar un polvo”
- Juliette: “Los números me tranquilizan. Dos y dos ¿son?”
- Etienne: “Discúlpame, me encantan los chistes malos.”