Mar. Mar 19th, 2024

«Identidad borrada» estaba dispuesta a arrasar, y sin embargo se diluye en el olvido

Estaba «Boy erased» («Identidad borrada») preparada para ser una de las películas más laureadas del año 2019. Sus opciones a los Oscar eran claras con un reparto encabezado por el siempre estupendo Lucas Hedges («Manchester frente al mar») y con unos progenitores de la categoría de Nicole Kidman y Russel Crowe, en liza por la estatuilla dorada.

No sólo tenía posibilidades por su plantel ni por su equipo técnico o artístico. Se trataba de la segunda película de Joel Edgerton, el actor, director y guionista australiano creador de «El regalo». Además la película por fin se dignaba a hablar de las famosas terapias llamadas de reconversión de adolescentes homosexuales, haciendo hincapié en la actualidad de América a través de la adaptación de un famoso libro que contaba con testimonios reales. Es decir, lo tenía todo, y sin embargo, conforme los sindicatos fueron olvidándola sus opciones se fueron difuminando y la película fue condenándose poco a poco al olvido. Y eso nos ha pasado a nosotros, que a pesar de las criticas en general alabándola, al menos en España, la película nos ha provocado más bien tedio y decepción.

Podríamos argumentar como razón principal que la historia no está lo suficientemente desarrollada, que no profundiza lo que nos gustaría en el conflicto emocional que supone enfrentarse a la sinrazón, el poder por la fuerza y la injusticia contra lo que se siente. Pareciera como si el guionista hubiera decidido contar la historia en varias escenas cumbre, como si el desarrollo emocional de los personajes no fuera necesario. Se nos cuenta el conflicto de Lucas Hedges a través de grandes momentos de su juventud, claves para entender su dolor, pero nos perdemos sin los detalles. No le vemos enfrentarse a las noches de decepción, de soledad, no le vemos recordando a sus padres, no le vemos queriendo besar a un compañero, no le vemos con sus miedos ni sus idas de olla si no es en los hitos de su existencia.

Quiero pensar que una película sobre esta temática da para mucho más que «Identidad borrada», voy a hacer mías unas palabras de mi amigo Nestor Juez (Celuloides en remojo) para hablar de los Goya de los últimos años, que premian a las películas por sus temáticas, independientemente de si tienen calidad o no. «Identidad borrada» se ha quedado fuera de los Oscar y aunque un poco ambiguos en sus elecciones, esta vez sí que tiene lógica: El centro de una cinta, su núcleo, lo que se cuenta, carece de la emoción que debería tener. Emociona pero únicamente porque es emocionante la historia de cualquier chaval que haya sobrevivido a esas horripilantes terapias, pero no por su historia personal en sí.

Tiene algunas secuencias logradas y varios cameos importantes como el de Xavier Dolan y Troye Sivan (cantante), como dos jóvenes que se encuentran en el mismo centro que el protagonista o el propio Joel Edgerton que hace el papel del líder adulto y mentor del grupo. Troye Sivan por cierto compone una preciosa canción para la película que lleva por título Revelation y que se encuentra entre lo mejor de la propia cinta.

Nada que reseñar de su dirección ni de su puesta en escena. Una decepción en toda regla que desearíamos de corazón que nos hubiera gustado tanto como al resto.

Tráiler de «Identidad borrada»:

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