El nuevo trabajo de Nolan está dividiendo a crítica y público. Eso se ha notado en nuestra redacción donde hay diversas opiniones sobre «Interstellar».
Dado que Videodromo ya ha publicado una crítica libre de spoilers, me permito la libertad de escribir este artículo mencionando momentos concretos de la película. Advertidos quedáis aquellos que os adentréis sin haberos visionado las dos horas cuarenta minutos de su metraje.
Después del primer trailer de «Insterstellar» me entraron bastantes ganas de ver la película. No soy uno de los fans acérrimos de Nolan, ni mucho menos. Me parece que «Memento» se encuentra muy sobrevalorada, que la trilogía de Batman, si bien excelente, se pone demasiado en las cumbres (sobre todo su tercera película, teniendo en cuenta que además, es posiblemente Batman Begins la mejor de las tres) y que la mejor película de su filmografía, «El truco final», no se valora como se debería.
Ayer vi «Interstellar» en el cine… y salí de la sala bastante cabreado. Y esto es algo que no me suele pasar, normalmente salgo aburrido o decepcionado (o maravillado, aunque en contadas ocasiones), pero pocas veces cabreado. Y si lo sentí en esta ocasión es porque me sentí engañado. Pocas veces me ocurre, pero por primera vez me sentí engañado porque me habían vendido que iba a ver una película y después acabé viendo otra.
Cabe destacar que durante una parte del metraje, me aburrí. Toda la segunda hora de la película, con el planeta de las olas, la muerte de Doyle, la «pelea» para ver a que otro planeta ir, toda la parte de Matt Damon… me aburrió mucho. Lo único que me entretuvo durante ese momento fue la escena en la que Cooper ve los mensajes que le ha mandado su hijo durante los años, y luego el de su hija. Eso es lo único que me resultó relativamente interesante de esa hora, el resto… escenas rescatadas de mil otras películas ya.
Podría entrar a hablar de qué no me gustó del argumento, de cómo muchas cosas no tienen sentido, pero hay gente que lo ha hecho mejor que yo, por ejemplo aquí y aquí. Pero, sin embargo, muchas de las cosas que no me gustaron fueron decisiones de dirección/guión/producción. Según veía el largometraje me daba la sensación de que, cuantas más películas hace Christopher Nolan, más se olvida de lo que significa dirigir. Las decisiones que tomaba como director hace 10 años con Barman Begins eran bastante mejores que las que toma hoy en día, parece que según su aventura con los estudios y blockbusters continúa, su capacidad de dirección disminuye. Algo que se ve claramente cuando se ponen en línea sus últimos cinco filmes. Desde «El truco final» hasta «Interstellar», cada película es peor que la anterior y las decisiones que toma en ellas siguen ese mismo patrón.
Desde las posiciones de cámara (¿por qué tuve que ver más de 100 veces el mismo plano de la cámara «sujeta» al fuselaje de la nave espacial cuando es un plano estéticamente horrible y todo es CGI?), hasta el ritmo de montaje en el primer acto. Y eso sin entrar en el uso excesivo (una vez más) de la ya cansina música de Hans Zimmer o la necesidad constante que tiene de verbalizar todo lo que ocurre en su película. «Te digo una cosa, te la muestro y luego te la vuelvo a decir» es posiblemente el eslogan que los hermanos Nolan tienen encima de la pantalla del ordenador cada vez que se enfrentan a la escritura de un guión.
Y, sin embargo, todo esto son cosas a las que ya estoy acostumbrado. Si ese hubiese sido mi problema con «Interstellar», del cine hubiese salido únicamente decepcionado. Como estaba hasta los últimos veinte minutos del metraje. Hasta que me enfadé. Porque lo que hizo que mi sangre enervase fue:
INTERSTELLAR SE MUEVE DE LA CIENCIA FICCIÓN A LA FANTASÍA COMO SI FUESEN SÓLO UNA.
Y eso no funciona así.
Soy ultra fan de la ciencia ficción. Me trago todo lo que sea Ciencia-Ficción, me encanta, es mi género favorito. Pero, necesito que por lo menos se comprometan a él. Sé que muchas veces lo que se considera ciencia ficción no lo es tanto. Y cuando voy a ver una película al cine, no me espero ver un relato de Asimov (ojalá), sé que estaré más cerca de soft sci-fi que de hard. Pero está bien.
Por eso, lo que me enfada no es el hecho de que la ciencia mostrada en «Interstellar» no haya por donde cogerla, como bien ha puesto en manifiesto Phil Plait en su artículo en Slate Magazine, sino que en un momento de la trama se olvide de la ciencia.
«Interstellar» comienza como un filme de Ciencia Ficción y su tercer acto es una total fantasía. Y esto es inaceptable.
Cuando ves una película hay dos primeras cosas que haces: asumes el mundo que se te presenta y das ciertas licencias creativas. En este caso, por ejemplo, asumimos el mundo desde el principio: futuro cercano, el mundo se muere, naves espaciales y agujero negro. Nos intentan explicar todos estos hechos de forma científica, basados en hechos y argumentos científicos, ergo Sci-Fi. Independientemente de que esta ciencia sea correcta o no, la demostración hacía el espectador (que en muchos casos será incapaz de determinar hasta que punto la ciencia mostrada tiene coherencia) lo es.
La licencia creativa que aceptamos, por ejemplo, es la explicación que se nos da desde el principio de que el agujero de gusano ha sido puesto por «ellos» por una entidad de cinco dimensiones. Es algo que asumimos porque sabemos que en algún momento se explicará de mejor forma y tendrá una coherencia científica y narrativa.
Sin embargo, en el tercer acto cruza la barrera de género, algo que se puede hacer desde el principio y no al final. Incluso en «El truco final» también ocurre, porque pasamos, gracias a Bowie y su Nikola Tesla, de una película que creíamos de época a convertirse en ciencia ficción. Pero esto sucede poco después de la mitad de la película y no sirve como una solución a la trama, sino que de hecho, la hace avanzar, genera problemas y va un paso más allá.
No sucede así en «Interstellar», donde, en el momento en el que Cooper cae en el horizonte del agujero negro, todo se convierte en una fantasía. No hay base científica que apoye ninguno de los hechos que suceden en ese extraño bucle dimensional. La explicación es levantar las manos y decir «bueno, es que nadie sabe qué sucede dentro de un agujero negro, así que…». Ese argumento no es sólido ni suficiente, sobre todo cuando llevas dos horas tratando de demostrar que la base de los hechos que suceden en tu película es la ciencia. Es un engaño al espectador y a la narrativa de tu propia creación. Se podría considerar traición.
Y cualquier que viese esa imagen de McConaughey cayendo por el pasillo de colores se acordaría de «2001, una odisea en el espacio» (Stanley Kubrick, 1967). Pero estamos hablando de dos casos totalmente distintos. ¿Son los dos Ciencia Ficción? Habría que discutirlo, pero el simple hecho de cómo se nos presentan ambos largometrajes desde un inicio hace que este momento sea distinto para el espectador. «Interstellar», desde el inicio, se intenta presentar como hard science-fiction. Los primeros veinte minutos de «2001» son simios alrededor de un fuego hasta que encuentran un monolito imposible de haber sido construido por ningún ser terráqueo.
¿Veis por donde van los tiros, no?
Teorías como la de que Cooper está muerto solventan el problema del traspaso de Ciencia Ficción a Fantasía, pero si el personaje está muerto, ¿dónde está el interés de mostrarte 20 minutos de película en la que creemos que está vivo? El hecho de que esta teoría fuese probable diría más de los Nolan como guionistas que de la historia en sí.
Mi problema con «Interstellar», no es tanto la gran paradoja final que se crea (los humanos del futuro nos salvan, pero cómo se salvaron ellos en primera instancia) sino el hecho de que cambia de género a género en el tercer acto para solventar sus problemas narrativos. Y eso no se puede permitir.
Puedo salir del cine aburrido, maravillado, decepcionado o quizá emocionado. Pero nunca debería salir del cine engañado. No hay nada peor que eso.
Y Interstellar lo ha conseguido.
Enhorabuena una vez más, Nolan. Has logrado que sintiese algo que nunca había sentido en una sala de cine antes.
Ciencia-FICCIÓN.
El término lo dice todo. 🙂