Mar. Mar 19th, 2024
Fotograma de Invitación de Boda

Ligera tragicomedia costumbrista sobre las relaciones paternofiliales con el conflicto israelí-palestino como telón de fondo.

La filmografía de la realizadora palestina Annemarie Jacir mantiene una temática constante: analizar la universalidad de las relaciones interpersonales bajo la influencia de un conflicto tan particular como es el israelí-palestino. En su último trabajo, “Invitación de boda”, que podremos disfrutar a partir de hoy en selectas salas españolas, Jacir retrata la relación paternofilial entre Abu y Shadi, católicos palestinos residentes en Israel interpretados por Mohammed Bakri y Saleh Bakri (padre e hijo tanto dentro como fuera de la pantalla). Juntos, deben entregar en mano las invitaciones de la boda de su hija/hermana. Shadi trabaja de arquitecto en Italia y no volvía a casa desde hacía mucho tiempo. La visión del mundo que Shadi obtiene al residir fuera de Israel choca con el estilo tradicional de su padre. Estas tensiones generacionales es el caldo de cultivo perfecto para desarrollar una comedia ligera, bienintencionada e irónica pero agradable que nos acerca a nosotros, europeos ajenos al día a día en aquellas tierras, de una forma amena las costumbres y vicisitudes de un pueblo tan plural.

Fotograma de Invitación de Boda

Una road-movie por Nazaret

En “Invitación de boda”, todo se desarrolla en un día. Desde que recogen las invitaciones en la copistería hasta que anochece, padre e hijo pasan las horas conduciendo por las laberínticas calles de Nazaret o en casa de familiares y amigos. Por exigencia del guion, Jacir se encorseta en un ciclo repetitivo de escenas coche-visita-coche-visita abocado al aburrimiento narrativo. Sin embargo, como ya hiciese Jim Jarmusch en“Flores rotas” (2005), Jacir planifica cinematográficamente cada escena de forma diferente enriqueciendo su visionado. Esto, junto a la fluidez de los diálogos y la increíble química entre los actores protagonistas, hace que la cinta no se torne repetitiva y tediosa. La realizadora hace este bucle un torbellino de situaciones donde comedia y drama se contrapuntan constantemente y dando pie a decenas de temas diferentes como la incompetencia del gobierno, la falta de ascensores, la presencia de la religión, los convencionalismos sociales, la homosexualidad, la normalización de la violencia o, por supuesto, la relación entre israelíes y palestinos. Todo ello en un perfecto equilibrio que no cae ni en el dramatismo exagerado ni en la comedia pueril, a pesar de que, sobre el papel, muchas circunstancias dan pie a ello.

“Invitación de boda” destaca justamente por ser muy equilibrada. Un adjetivo que habla muy bien de la destreza de Jacir como directora pero que, por otro lado, al tratarse de una cinta costumbrista, no haya nada que llame la atención lo suficiente como para que su recuerdo permanezca en nuestra retina por mucho tiempo. En definitiva, el último trabajo de Annemarie Jacir es un correcto ejercicio cinematográfico muy disfrutable a la par de enriquecedor desde el punto de vista cultural. La química entre Mohammed y Saleh Bakri es insuperable y permite a Jacir cimentar el clímax de la cinta en un diálogo entre ellos dos. Y es que contar con un padre y un hijo que mantengan su parentesco en la ficción (como Meryl Streep y Mammie Gumer en “Ricki” (Jonathan Demme, 2009) o Isabelle Huppert y Lolita Chammah en Barrage” (Laura Schroeder, 2017)) es un diamante en bruto que, en buenas manos como las de Jacir, brilla con luz propia.

Frases destacadas:

  • Abu: “Imagínate que tu hermana viviera con Firas antes de casarse.”
  • Shadi: “A las ratas les encanta tu ayuntamiento.”
  • Shadi: “¿Organización política? Era un club de cine.”
  • Abu: “Que pena que los primos ya no se casen.”

Tráiler de “Invitación de boda”:

 

 

Por Pablo Lujan

Doctor en Biología Celular por la Universidad de Heidelberg. Compagino la ciencia con mi otra gran pasión: el Cine.

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