Mar. Mar 19th, 2024

En su nueva obra, Matías Piñeiro reflexiona sobre el acto de dudar como característica inapelable del ser humano.

El cine del realizador argentino Matías Piñeiro siempre se ha movido más por el plano experimental que por el narrativamente clásico o comercial. Y con su última película, “Isabella«, no pretende salirse del camino. La cinta esta protagonizada por sus dos musas, María Villar en el papel de Mariel, una actriz obsesionada por interpretar el papel de Isabella en la obra “Medida por medida” de Shakespeare, y Agustina Muñoz en el papel de Luciana, una actriz que en su momento rechazó interpretar el papel que Mariel tanto ansía.

Esta es una sinopsis muy somera de la parte más tangible del filme, porque “Isabella” es más, mucho más. Piñeiro ha construido una obra arquitectónica de diferentes niveles. Por un lado las pulsiones de Mariel. La necesidad de interpretar a Isabella que debe compaginar con su trabajo dentro de la maquinaria de la industria teatral para poder dar de comer al hijo que espera y que, por tanto, le sume en un mar de dudas. Por otro lado la obra de teatro que está preparando. Una obra de vanguardia cimentado sobre los conceptos del color y con el tema de la duda como eje central de la trama. Luego tenemos al propio personaje de Isabella y lo que representa dentro de la obra de Shakespeare, que dialoga directamente con las vicisitudes de las protagonistas. Y por último la película en si misma. Un puzzle complejo narrativamente no lineal cuyo motor sintáctico es más la reflexión sobre la tesis del filme (el acto de dudar) y generar diferentes sensaciones que su teorema evoca, que la historia en per se. A su vez, Piñeiro enfrenta todos estos niveles entre si construyendo un trasunto de escalera de Escher en el que da gusto perderse.

Y para dar sentido a esta amalgama el director argentino huye de las normas cinematográficas establecidas como ya hizo el teatro de vanguardia que representa en el filme, haciendo todavía más inevitable el esfuerzo del espectador para seguirle. Los planos se repiten aportando pequeños pero necesarios cambios. Todo suena a monótono y cíclico, todo suena a conocido, pero, aun así, la sensación de avance es inevitable. Además, la coherencia visual se rompe con planos preciosistas contrapuestos a planos deliberadamente irregulares y estilos marcadamente diferenciados.

Isabella” es muy rica tanto en forma como en fondo sin dejar de aparentar sencilla en su superficie. Una obra de difícil de entrar que deja una sensación irremediable de no haber llegado a todos sus rincones o incluso de no saber a ciencia cierta si el mensaje que se extrae es el pretendido por el autor o uno personal y subjetivo. Sin embargo, la nueva cinta de Matías Piñeiro es, ante todo, una película estimulante.

Frases destacadas:

Mariel: “No, no actúo. La escribí y ayudo con la escenografía.”

Luciana:“Creo que hay algo del texto de Isabella que se me está metiendo en los nervios.”

Trailer de “Isabella”:

Por Pablo Lujan

Doctor en Biología Celular por la Universidad de Heidelberg. Compagino la ciencia con mi otra gran pasión: el Cine.

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