La joven Elena Martín dirige, escribe y protagoniza la que podría ser la secuela espiritual de «Las amigas de Àgata»
Hace dos años, cuatro estudiantes de la Universitat Pompeu Fabra, Laia Alabart, Alba Cros, Laura Rius y Marta Verheyen, supervisadas por Isaaki Lakuesta, dieron una agradable sorpresa presentando el filme conjunto «Las amigas de Àgata». En él, la joven protagonista que da nombre al título, experimentaba un cambio emocional en el momento en el que desarrolla un extraño desarraigo de sus amistades del instituto para sentirse tentada por la gente que compone la vida universitaria a la que está a punto de acceder. La joven protagonista de esta historia estaba interpretada por Elena Martín, otra chica procedente de la misma escuela cinematográfica. Dos años después, ella misma dirije, escribe y protagoniza «Júlia Ist», un filme que a todos los aspectos, nos parece un salto evolutivo necesario a la primera, tanto a nivel temático como técnico.
Descubrimiento
Júlia es una chica catalana de familia acomodada que decide iniciarse en la aventura universitaria del erasmus. En sus primeros compases, de carácter reposado y naturalista, encontramos los conflictos que genera una decisión de tal calibre. Observamos como se deteriora una relación con su novio ya dañada de antes, así como las preocupaciones propias de una madre instantes antes de iniciar la partida. También las problemáticas de sus primeros días en la ciudad de Berlín, donde estudiará Arquitectura durante un año. Sin acusarse en exceso el problema idiomático, será la relación en las clases con el profesorado o con su primera compañera de piso los primeros palos de ciego que experimentará la protagonista antes de adaptarse al nuevo espacio. No obstante, si bien la timidez inicial y la sensación de verse descolocado se hacen muy patentes en sus primeros compases, no tardará en hacerse con la ciudad y sus gentes, sabiendo unir la vida universitaria y la vida lúdica a la perfección con las mismas personas. Así pues, la cinta de Elena Martín nos refleja este periodo desde distintas estaciones, deslizando pinceladas seleccionadas que nos dejan entrever a la perfección la evolución y el crecimiento interior de su protagonista a partir de distintos episodios de su vida que se suceden en la capital alemana. Un renacer de la juventud que alejado de ataduras, se siente libre de experimentar con el sexo, las relaciones y bucea en la noche berlinesa. Encontramos un relato apasionado donde sentimos los problemas de una joven que se centran únicamente en su experiencia en el extranjero, su relación con los estudios y sus amigos y todo lo que ello implica con las personas con la que sigue manteniendo contacto en su ciudad de origen.
En última instancia, «Julis Ist» guarda relación con el final de «Las amigas de Àgata». En el filme de 2015 la protagonista se desligaba de sus amigas de instituto al sentirse atraída por un nuevo mundo universitario. Al finl de la cinta que hoy nos atañe el personaje principal sufre la vuelta a casa, y no solo en casa al perder la independencia, sino al reunirse de nuevo con sus viejas amistades, quedando más que palpable el hecho de que con quien realmente desearía continuar estando es con la gente con la que vivió su año de erasmus.
Tráiler de «Júlia Ist»: