Una secuela tardía que consigue conservar la esencia de su predecesora sin olvidarse del público más joven.
Cada vez es más frecuente en las grandes producciones de Hollywood encontrarse con secuelas que pretenden ser una revisión de éxitos pasados más que continuaciones directas de las historias ya conocidas. En una industria donde los presupuestos son cada vez más abultados y vende más un título conocido que el nombre de una estrella, es comprensible (aunque tal vez no muy sano) que los grandes estudios quieran apostar a lo seguro y recurrir a la nostalgia cuando necesitan seguir a flote. Pero esto no necesariamente quiere decir que vayamos a caer en un bucle interminable donde acabemos viendo la misma película una y otra vez, también puede ocurrir que esta continuación o revisión caiga en las manos adecuadas, en un equipo que tenga buenas ideas que aportar y que al mismo tiempo justifiquen la existencia de una obra a simple vista innecesaria. «Jumanji: Bienvenidos a la jungla» es una de esas películas.
Spencer (Alex Wolff), después de haber sido pillado por hacerle los deberes a un compañero de clase, es castigado junto con otros tres alumnos de su instituto que han cometido faltas dispares. Deben cumplir su castigo en el sótano del instituto y es allí donde encuentran una vieja consola junto con el cartucho de un videojuego cuyo título reza: «Jumanji». Spencer y sus compañeros quedarán atrapados dentro del videojuego, por lo que deberán cumplir las tareas que se les encomienden si quieren conseguir salir con vida de él.
Espíritu aventurero constante
Jake Kasdan («Sex Tape. Algo pasa en la nube«) firma esta divertida película de aventuras en la que nuestros cuatro protagonistas deberán unir fuerzas para conseguir completar la misión que les ha sido encomendada: devolver la gema robada de la Estatua del Jaguar para que así la tierra de Jumanji recupere su orden natural. Aunque la ambientación y los personajes sean distintos a los que pudimos ver en 1995, ya que han pasado más de 20 años y ahora el famoso tablero de madera ya no es tal, sino algo más contemporáneo, lo cierto es que la película consigue que el espíritu ligero e irreal de su predecesora se conserve prácticamente intacto. Las normas básicas se mantienen, por lo que el cuarteto protagonista deberá respetar unas reglas a la hora de superar los distintos niveles del juego al mismo tiempo que tienen en cuenta las distintas habilidades y debilidades que poseen sus avatares, todas ellas complementarias entre sí.
La película muestra unos claros signos de autoconsciencia, llegando incluso en ciertos momentos a alcanzar la parodia, no hacia la obra original, sino hacia las mecánicas propias de los videojuegos, algunas de las cuales siguen vigentes hoy día. Gran parte de los gags se fundamentan en esas limitaciones jugables y técnicas (personajes que repiten sus frases una y otra vez o que únicamente hacen caso al héroe, por ejemplo) que consiguen adaptarse con éxito al lenguaje cinematográfico, lo cual da como resultado un ritmo ágil y que no se anda por las ramas. Por otra parte, la dinámica entre sus personajes protagonistas y cómo interactúan ellos con el mundo de Jumanji es otra de las claves en el humor del film, lo que conlleva que en contadas ocasiones haya alusiones y bromas más aptas para un público más adulto que aun así no llegan a estropear el conjunto.
Diversión asegurada
Dwayne Johnson encabeza un reparto de estrellas muy variado y con el que se le nota muy cómodo, lo que permite al ex-luchador de wrestling mantener intacta su vis cómica, la cual ya pudimos apreciar en «Baywatch: Los vigilantes de la playa» (Seth Gordon, 2017) o «Dolor y Dinero» (Michael Bay, 2013). Kevin Hart y Jack Black interpretan papeles a su medida y que funcionan muy bien como alivios cómicos, especialmente Black, quien por cuestiones de guión que no voy a desvelar debe alejarse bastante de su registro habitual. Karen Gillian es uno de los pocos rostros femeninos que encontramos en la cinta y afortunadamente da vida a un papel que se encuentra a la altura de las circunstancias y que tiene más de un momento de lucimiento equiparable al de su compañero Johnson. Bobby Cannavale es el elegido para dar vida al principal villano de la película y, aunque su función sea la de únicamente complicar la misión de los protagonistas, consigue aprovechar su presencia en pantalla para transmitirnos una intimidante interpretación y cierto carisma gracias a una serie de habilidades sobrenaturales que posee su personaje.
«Jumanji: Bienvenidos a la jungla» consigue mantener intacto el legado de «Jumanji» (Joe Johnston, 1995) y es una clara muestra de que con un buen guión que entienda a sus personajes y un apartado visual a la altura, se puede conseguir una película cuyos méritos no dependan exclusivamente del fan service. Los que recuerden con cariño la película de Robin Williams pueden respirar tranquilos.
Frases destacadas de «Jumanji: Bienvenidos a la jungla»:
- Ruby Roundhouse: «Why am I wearing half a shirt and short shorts in the JUNGLE?»
- Moose Finbar: «I got a backpack on! You don’t get in water with a backpack, everybody knows that.»
- Profesor Shelly Oberon: «NO! I’m an over-weight middle-aged man. Wait a second. Where’s my phone?»
- Martha: «Are you gonna help, or are you too pretty?»
- Dr. Smolder Bravestone: «This is a video game, which means we have special skills.»