Guerin abarca la pasión, el amor y el deseo desde la hermenéutica. Cine para pensar la Literatura y la vida.
El otro cine español
Lejos del alcance del interés gran público que generan películas impulsadas en grandes festivales de clase A y premios de la Academia como “Truman” o “La novia”, se encuentra otro cine español que también llega a nuestras salas. Algunos desde la sencillez de Jonás Trueba con “Los exiliados románticos”, otros buscando nuevas formas de expresión como Rodrigañez con “El complejo de dinero”, y un pequeño número con propuestas más extremas como “Transeúntes” de Luis Aller, la cual podéis ver de manera gratuita hasta el día 31 de diciembre en la web del festival Márgenes online. En este último grupo cabría incluir a José Luis Guerín, quien siempre nos ha sorprendido con propuestas complejas como esa búsqueda incesante de plasmar el devenir del tiempo en un momento concreto que es “En la ciudad de Sylvia” (2007) y esta nueva propuesta premiada con el Giraldillo de Oro en Sevilla “La academia de las musas”.
Resulta complejo organizarse una idea clara del pensamiento vertido en esta película con un solo visionado. A modo de retazos temporales, nos marca diferentes diálogos e interlocutores, incluso distintos espacios, en los que se desarrolla la lucha intelectual que trata de plasmar mediante el lenguaje el sentimiento que nace con la vida. El filme deja entrever ideas, sentimientos, filosofías. Es difícil sacar una reflexión uniforme, vivimos un continuo devenir fragmentario que se desarrolla del mismo modo que los grandes temas trascendentales de la existencia, quizás por ello será mejor organizar la crítica del filme en diferentes ideas o reflexiones que nacen de ella. Aunque sin duda, las opiniones que genere el largometraje en cada espectador serán totalmente distintas, porque se trata de la discusión en la que se hace imposible concretar una verdad absoluta, dejando retazos de verdades subjetivas totalmente intercambiables según el público.
Círculo hermenéutico
En pleno siglo XXI, un profesor y sus alumnos y alumnas siguen debatiendo y extrayendo el significado que nace de la forma del Canto V del Infierno de La divina comedia de Dante. Paolo y Francesca caen en los pecados de la carne al leer la tentación de Ginebra quien besa a Lancelot. La literatura preexistente renace en sus conciencias al leer la novela artúrica, por lo cual sufren un éxtasis amoroso que es fruto tanto de sus propios deseos como del condicionamiento literario. Y en un plano real, que es el presente del relato fílmico que hoy abordamos pero el cual a su vez no deja de ser una ficción orquestada por José Luis Guerín, tenemos seres humanos que se interrogan, que buscan una explicación tanto teórica como práctica de la relación que guarda la Literatura con la vida y quienes condicionan sus sentimientos, como Francesca, al peso de la tradición literaria europea.
Lancelot du Lac
Fue con “Lancelot du Lac” (1974) del francés Robert Bresson con el filme que Guerin se interrogó sobre las maneras que hay de abarcar un relato. Parece contradictorio pues que la figura del profesor, quien sin duda es quien más dialoga en el filme erigiéndose como un guía para sus alumnos y amantes, rechace un trabajo precisamente por sus formas. Su comportamiento conservador abre un interesante debate sobre si el contenido debe primar. Y es difícil que el espectador no se moje en las propuestas de la concepción artísticas, y por ende vital, del funcionamiento de las pasiones humanas. Es totalmente complicado no posicionarse a favor o en contra de las diferentes opiniones, casi siempre inteligentemente expuestas, sobre cual es el camino correcto que debe seguir cada uno de sus personajes para alcanzar sus objetivos.
Cristales
Muchas secuencias de este largometraje el cual está rodado en digital y desde un estilo casi cercano al falso documental, se toman desde los cristales de diferentes ventanas, de un coche, de un hogar o de un hotel. Vislumbramos siempre un reflejo, una interacción, tanto con el entorno como con el propio Guerín. Parece como si se quisiese evidenciar la existencia de un espacio exterior, pero a su vez filtrar la imagen por medio de la cámara, como si nos avisaran del artificio en el que nos encontramos.
Frases destacadas:
- Mujer del profesor: “El amor es un invento de la Literatura. Es lo peor que se ha inventado. Solo causa frustración en las mujeres”.
- Profesor: “El amor y el deseo es un invento de los poetas”.
- Profesor: “Somos prisioneros del lenguaje. Del lenguaje no se sale”.
- Profesor: “Yo estoy aquí para sembrar dudas. No verdades”.
- Juan: “Tus palabras hacia a mi son más bellas que las mías hacia ti”.
- Profesor: “Si no tuviéramos la poesía que nos salva, seríamos muertos ambulantes”.
El cine puede sorprender aún. Actores más que creíbles viven en el contexto del análisis literario. Una temática en apariencia poco atrayente para el común de los mortales resulta, si le das la oportunidad, profunda y superficial, trascendente y banal. Curiosisimo curso téorico practico sobre el amor en un curiosismo formato cinematográfico