La propuesta argumental del nuevo trabajo de Fernando Colomo titulado La banda Picasso nos lleva a Ceret, 1911. Pablo Picasso y Georges Braque están pintando codo con codo en una casa solariega en compañía de Manolo Hugué y Fernande Olivier, la amante de Pablo. La noticia que en primera plana muestra el Paris-Journal les hace estallar de risa: «La Gioconda ha sido robada del Louvre». Pero la siguiente noticia, un telegrama en clave firmado por su amigo Guillaume Apollinaire les hiela la sangre: «El Barón ha robado el corazón de la Madonna ¡Volved!». Unos años antes, Guillaume había presentado a Pablo a un atlético joven cuya vida disoluta le había inspirado su obra Las aventuras del Barón d’Ormessan. El Barón, al enterarse de la fascinación que unas estatuas prerrománicas ejercían sobre Pablo, decidió robarlas y luego vendérselas a un precio ridículo. Aquellas estatuas serían la inspiración del primer cuadro cubista, Las señoritas de Avignon. Un enloquecido Guillaume le cuenta cómo el Barón, animado por el ejemplo de las estatuas, ha decidido robar algo más: La Gioconda, por ejemplo. Pablo es español, Guillaume, ruso-polaco y el Barón, belga. Y la prensa habla de «una banda internacional llegada a Francia para desvalijar nuestros museos».
Las expectativas del espectador sobre el trailer y la campaña publicitaria van implícitas al hecho de sacar la entrada y sentarte en la sala oscura, y por supuesto jugarán a favor o en contra del film, pudiéndose convertir en el principal problema. En términos generales es una película amable, sencilla, sin grandes pretensiones. Se deja ver. Juega un poco en la liga del trabajo de Allen, Midnight in Paris. Ese es el referente más certero al que podemos apelar sin desvelar realmente la base dramática de la cinta. Colomo construye una hipótesis, que no realidad, sobre el nacimiento del cubismo y las rocambolescas situaciones periféricas que ayudaron a su generación. Así por el film pasarán personajes de la talla de Henry Matisse, Leo Stein, Gertrude Stein y un largo etc. Se aleja por completo del terreno del biopic y hace una comedia más o menos resuelta sobre este movimiento pictórico, albergando en algunos momentos cierta dosis de irónica sobre el simbolismo y su origen, con marcados aires afrancesados (incluyendo la banda sonora de la que destacamos su tema central L’as tu vue) y con diálogos muy elaborados a la vez que medidos.
L’as tu vue- Banda sonora original
Ahora toca la advertencia, esto no es una comedia de enredos o una cinta de robos, para nada. Ese fue, mi problema. Todo fue como la seda hasta el momento en que te han presentado la banda y su creación. A partir de ahí, uno esperaba que surgiera la gestación del robo y los motivos, y claro, eso nunca llegó. Imaginad, uno sentado esperando a que pase algo, y Colomo contándote otras aventuras, que están bien, pero que en resumidas cuentas eran otra película distinta a la que me esperaba.
Frases destacadas:
Max Jacob: Rimbaud es demasiado simbolista.
Guillaume Apollinaire: ¿Quién tuvo la idea de pintar a la gorda?
Manolo Hugué: Te presento a George Braque todo un dandy proletario.
Henry Matisse: La sensación aparece primero y la figura después.
Guillaume Apollinaire: El miedo es la puerta del placer.
El Barón: Toda acción tiene su justo castigo.
Calificación: 6