El primer largometraje de Antonin Peretjatko es una delirante road movie que critíca la situación económica homenajeando al Godard de finales de los sesenta.
Hector (Grégoire Tachnakian) y Pator (Vincent Macaigne) son dos histriónicos parisinos que se pasan las horas en cafés charlando sobre mujeres, existencialismo y poesía. A simple vista, estos bohemios decadentistas parecen representar la versión cómica del personaje interpretado por Jean-Pierre Léaud en “La mamá y la puta” de Jean Eustache. Sin embargo Hector y Pator no tienen novia estable ni interminables filas de amantes esperando ser seducidas. No están interesados en el juego de la conquista, más bien conciben el amor como una religión que sólo los franceses comprenden y practican. La veneración de Hector por las mujeres le lleva a enamorarse perdidamente de Truquette (Vimala Pons), la mejor amiga de su compañera de trabajo Charlotte (Marie-Lorna Vaconsin). Hector y Pator urden un plan sencillo para que las chicas caigan en sus brazos. Truquette y Charlotte aceptan pasar las vacaciones con ellos, pero la estrategia pierde su efecto cuando Bertier (Thomas Schmitt) también se apunta al viaje.
Deseando amar
El 14 de julio es el fecha con la que se inician oficialmente las vacaciones de verano en Francia. Después de la celebración de la fiesta nacional, Paris se vacía. Los habitantes de la capital gala toman sus coches en familia o en pareja para huir cuanto antes de esa ciudad que pronto invadirán los turistas. El primer largometraje de Antonin Peretjatko da comienzo el día de esa festividad, con unos personajes que emprenden un viaje delirante por la Francia campestre sin saber por qué huyen. El amor o la búsqueda de éste es el motor que pone en marcha la trama de “La chica del 14 de julio”. No obstante ese inexplicable e incesante deseo de amar surge de una carencia compartida por los protagonistas. Peretjatko afirma en su manifiesto cinematográfico que dicha insuficiencia afectiva nace de la absurdidad diaria en la que viven los franceses por culpa de la crisis económica.
La ironía godardiana
“La chica del 14 de julio” denuncia la cotidianidad caricaturesca de las vidas de las víctimas del Estado Francés. Para llevar a cabo dicha crítica, Antonin Peretjatko recurre al humor grotesco del Jean-Luc Godard de finales de los sesenta. Ese sarcasmo plagado de conciencia social planteado en “Weekend” o “2 o 3 cosas que sé de ella” transmite el mismo mensaje que cualquier drama social, pero de forma más directa. Si en “Weekend” hallamos a un matrimonio burgués que viaja en coche al campo para escapar de la violencia surgida de la constante lucha de clases parisina, el propósito que origina la road movie de Peretjatko es casi idéntico. Los cuatro protagonistas de proclamada ideología comunista coquetean desde el principio con la idea de llevar a cabo una nueva Revolución Francesa. Su anhelo se expresa a través de las claras insinuaciones al nostálgico Mayo del 68, a Guy Debord, las guillotinas de juguete o la aparición de referentes pictóricos como La libertad guiando al pueblo de Eugène Delacroix. No obstante, aunque parezca que “La chica del 14 de julio” despierte una propaganda agitadora contra el gobierno francés, el cineasta propone una esperanzadora solución para erradicar el malestar de sus protagonistas. A diferencia de Jean-Luc Godard, los idealistas personajes de Antonin Peretjatko resuelven la problemática materialista a través del hallazgo del amor.
Frases destacadas de «La chica del 14 de julio»:
- Truquette: “¡La guillotina cuesta 40€, no, 50€, no, 60€!”.
- Charlotte: “No puedes quedarte siempre en mi casa. ¿Y si encuentro a un novio?”.
- Hector: “Mi chica era como una estatua griega del periodo jónico”.
- Hector: “Me he vuelto loco por una chica”.
- Hector: “Hay chicas que olvidas y otras que por culpa de un libro, un aroma, una canción, nunca las olvidas”.
- Pator: “Si vamos a un ritmo burgués la policía no nos va a parar”.
- Doctor Placenta: “Los turistas de julio han empezado a atacar a los turistas de agosto”.
- Hijo del Doctor Placenta: ¡El país entero está dormido! ¡ Francia, despierta!
- Truquette: “No quiero ponerle les cuernos a Hector. No quiero parecerme al presidente de la República”.