El tercer largo de Stéphane Demoustier es un thriller cargado de intensidad que mantiene pegado a la butaca al espectador durante sus 95 minutos. El sentido de la justicia es ambivalente y juega con un final revelador en el que todxs somos inocentes hasta que se demuestre lo contrario. Una oportunidad para la debutante Guersu que brilla por su actuación contenida dejando un papel para la posteridad que será el referente en futuros judiciales.
La trama sigue la vida de Lise Bataille (Melissa Guersu), después de ser acusada de homicidio un par de años atrás, cuando es puesta en libertad judicial (brazalete electrónico inclusive). Ahora tiene 18 años y su vida se ha visto lo suficiente trastocada como para ser juzgada tras pasar la noche en casa de su mejor amiga: una fiesta, alcohol, música y adolescentes con las hormonas revolucionadas. ¿Qué podía salir mal? El caso de Lise destruye a la familia Bataille, una familia de clase media-alta en la que el pilar básico es Céline (Chiara Mastroianni), la madre, ~ vemos que al principio de las vistas ella no aparece en escena ~ que no sufre tanto como Bruno, (Roschdy Zem) el padre y el más apegado de los dos a su hija. Ninguno de ellos duda de la inocencia de su hija, (¿qué padre no lo haría?) pero Jules (Paul Aïssaoui-Cuvelier), el hermano, se pregunta si Lise va a ir a a la cárcel. La verdad como tema principal en un drama en el que prevalece lo tecnológico, así como la pérdida de los valores culturales en la sociedad moderna, que se da a través de la mirada de varios personajes en distinguidos entre los juicios.
Una historia que comienza con una secuencia de arresto en una playa francesa y en la que seguidamente se produce una elipsis de dos años (en tiempo interno) no defraudará a un público afín al género judicial. El drama original está basado en el libreto original de Gonzálo Tobai («Villegas»). Ahora se estrena en España «Amie, Amant, Meurtrière?» (2019) de Stéphane Demoustier, haciendo alusión a los derechos de una joven cuya vida da un giro de 180º al ser la única acusada en un caso que el juzgado trata con cierta indiferencia. Tras ver una filtración cargada de contenido sexual en el que se ve a Lise haciendo una felación a Nathan (Mikaël Halimi). La única relación que une a ambos es la que relativamente viene impuesta por la educación: compañeros de clase (cuyo reto era ver quién sacaba la nota más alta en matemáticas).
«Acusada» (2018) es la mencionada cinta del título, (libremente basada en un caso mediático que revolucionó a medio mundo en 2007) cuya inspiración proviene del caso Knox, tiene una trama de sobremesa, más simpática y personajes basados en estereotipos del género. Llegó a presentarse en varios festivales intencionales (Venecia). A diferencia de esta no hay falsos culpables. El realizador argentino no juega con la solución final y el veredicto se hace explícito. En esta ocasión «La chica del brazalete» apela a «ese» brazalete que retiene a Lise en su hogar, epicentro de un perímetro circular de tan solo 500 metros. Algo memorable de esta nueva mirada es la secuencia final en la que Lise se libera (de una pena de 15 años de cárcel) con un fantástico gesto (el de quitarse el collar del cuello y atárselo al tobillo, en el cual se encontraba el brazalete) de su collar mirando al frente, con la mirada contenida y la cámara pegada a su espalda. Una revisión (con matices, ya que ese «nuevo» brazalete no es más que una indicación de su futuro) que no dejara indiferente a nadie, de eso seguro.
Frases destacadas:
- Abogada general: ¿Diría que usted, señorita Bataille, es lo que consideran una chica «chica fácil»?
- Lise: ¿Por qué no preguntan a Nathan si es un chico fácil también?
- Abogada de Lise: Decidme, ¿Qué sabemos nosotros de los jóvenes de 16, 17, 18 años? […] De sus fantasías […] Estarán juzgando, no tomando decisiones»