Mar. Mar 19th, 2024
Crítica de "La doncella"

Park Chan-wook acierta con “La Doncella” en confrontar sus fascinantes excesos con la intriga palaciega en un relato trepidante

Primera película de época de Park Chan-wook, el cineasta coreano regresa con «La doncella» (esto dijimos de ella a su paso por Cannes) a su país natal tras su aventura hollywoodiense con “Stoker” (2013) y el cortometraje italiano “A Rose Reborn” (2014). Lo cierto es que el aclamado realizador de obras tan populares y notables como “Oldboy” (2003) o “Simpathy for Lady Vengeance” (2005) parece comenzar un proceso evolutivo necesario tras la fallida “Thirst” (2009), que ya mostraba preocupantes síntomas de sobrecarga y redundancias de estilo y temas. Con “Stoker”, Chan-wook consiguió trasladar su personal y fascinante estilo a una esfera como la americana donde, sin embargo, parecía no convivir de forma orgánica. Refugiándose de nuevo en su país, el cineasta logra dar un nuevo y positivo paso en esta segunda etapa de su carrera.

Imagen de "La doncella"

Otro tiempo, mismas obsesiones

El planteamiento de época (principios del siglo XX), una Corea rendida ante el dominio japonés, obliga a situar todos los motivos visuales y temáticos del coreano dentro de una sociedad mucho más reglada y comedida. Lejos de verse perjudicado por estas cadenas históricas, la película y Chan-wook salen muy favorecidos con este juego. Utilizando el sexo, la violencia y la pasión como principales motores del relato, la contención social dota de contraste y fascinante sabor sublime a los momentos en los que la trama se permite excederse y exagerar. Por tanto, estamos ante un retrato de época rabiosamente moderno y excitante, donde la contención de los sentimientos acaba siendo un fantasma estallado en mil pedazos para descubrirnos un mundo sórdido, lleno de morbo, lujuria, traiciones y maldades.

Imagen de "La doncella"

Con una estructura muy similar a la legendaria “Rashomon” (Akira kurosawa, 1950), la historia narrada contiene y oculta, sin que nos demos cuenta, otras partes clave que se irán mostrando, progresivamente, hasta tener el relato completo. Todo se estructura en relación a cuatro personajes, una bella mujer rica, la Señorita Hideko, interpretada de forma fría, misteriosa y atrayente por Min-hee Kim; Sook-Hee, su inocente doncella de alcoba, estafadora de profesión y algo enamoradiza (Tae-ri Kim); el falso Conde Fujiwara, interpretado por Jung-woo Ha cual mezcla perfecta de aristócrata y gánster de poca monta; por último, está el tío Kouzuki (Jin-woong Jo), aficionado a la literatura erótica, la tortura y, sin duda, el personaje más excéntrico de la película.

Imagen de "La doncella"

Los 145 minutos que dura la película se hacen escasos ante tal trepidante narración acompañada de una historia llena de giros y revelaciones, unos personajes atrayentes y un fascinante poderío visual. Chan-wook se aprovecha de los ropajes, la ambientación de época y el castillo donde todo sucede para desplegar una estética muy poderosa, de colores fríos y voladores movimientos de cámara que acaban por traer otro matiz a la película, el comic. De esta forma, el relato de traiciones palaciegas se transforma en continente de un comic del exceso en el sexo y la violencia, todo manchado de un desvergonzado sentido del humor. De esta forma, se obtiene el último y más dificultoso matiz de “La doncella”, su declarada amoralidad. Su relato, por algunos entendido como feminista, por otros como misógino, no es más que un artefacto de morbos y pasiones (más algunas degeneraciones) destapadas que se sirve del sadismo (nos referimos a la figura del Marques de Sade no, únicamente, al tan manido término) para dinamitar la sociedad en la que nos sitúa.

Disfrute sin conciencia, buena o mala

Imagen de "La doncella"

En una (más bien en varias) escenas, un personaje mira lo oculto a través de un agujero en la pared, deseoso de ver lo que hay al otro lado. Como cualquiera, al oír un ruido, huye hacia una posición más disimulada que le permita excusarse de su incorrección voyeur. Todo lo que ocurre en el nuevo relato de Chan-wook se declara oculto, amoral y, por ello, irresistible. El coreano, sin embargo, lejos de asustarnos con un ruido, abre una ventana en lugar de un pequeño orificio y se  encarga de que no volvamos la vista de ello. Las enseñanzas del Marques de Sade y “La doncella” son bastante similares, sus intenciones, idénticas. Aparcar la moral a un lado, la sociedad y sus reglas, el cine y sus reglas, lo correcto y sus ataduras; todo para dejarse llevar y disfrutar. La nueva obra de Park Chan-wook juega según estas reglas, bordeando los límites del exceso y el ridículo, todas tan debatibles y reprochables como, finalmente, fascinantes y rabiosamente entretenidas.

Frases destacadas de “La doncella”

  • -Señora Sasaki: A nuestra señorita le gusta leer mucho, comparado con la mayoría de gente rica.
  • -Sook-Hee: ¿Es hermosa?
  • -Señorita Hideko: Todos dicen que no soy tan hermosa como mi madre.
  • -Tío Kouzuki: La serpiente es el límite.
  • -Señorita Hideko: Con este aspecto tú también pasarías por una dama.
  • -Señorita Hideko: ¿Qué quiere un hombre realmente? Lo que quiero decir es… en la noche de bodas…
  • -Señorita Hideko: ¿Has hecho esto antes?
  • -Sook-Hee: No, en absoluto, mi amiga me lo enseñó.
  • -Sook-Hee: Ella no sabe nada acerca de las cosas que ocurren entre un hombre y una mujer.
  • -Lectura de libro por la Tía de Hideko: Eventualmente, Kim Yeon se quitó la ropa. Ximen Qing observa cuidadosamente las regiones inferiores de la mujer. No había una sola hebra de cabello, tan hermosa como una joya. Sus nalgas tan firmes como un tambor, y tan suaves como la seda. Con un solo toque, ella llegó al orgasmo. El semen exuda fragancia de vino, como el terciopelo rojo arrugándose hoja tras hoja, condensándose como una gota de rocío.

Trailer de “La doncella”

Por Rafael S. Casademont

Graduado en Comunicación audiovisual. Estudiante de postgrado con camino doctoral, estudios en cine. Cortometrajista a veces, más cinéfilo que cineasta. Loco del cine checo, amante del cine japonés, de Charlie Chaplin y de todo lo que me haga disfrutar y sufrir en una sala de cine.

Un comentario en «“La doncella” y la fascinación amoral»

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