Leena Yadav nos propone en su tercer largometraje la lucha de varias mujeres por lograr la libertad en una representación algo falseada.
En sus dos anteriores películas,”Shadb” (2005) y “Teen Paiti” (2010), en la que trabajó con grandes como Ben Kingsley, Leena Yadav nos propuso en ambos casos historias profundas, en la que primaba la interacción profunda entre los distintos personajes. Ahora aborda un nuevo terreno con la lucha de las mujeres combatiendo por la libertad con “La estación de las mujeres”, afrontando su desafío más complejo hasta ahora.
Buscando la libertad
La cinta nos sitúa en Gujarat, un pequeño pueblo de la India. En ella viven cuatro mujeres, Bijli (Surveen Chawla), Rani (Tannistha Chatterjee), Lajjo (Radhika Apte) y Janaki (Lehar Khan). Todas ellas andan sumidas en la infelicidad ahogadas por el mando de los hombres y las tradiciones ancestrales de su lugar de residencia. Todas ellas quieren luchar para huir de su yugo y disfrutar del amor libre y la libertad.
El trasfondo de la historia y la lucha de estas mujeres por algo son cosas que tienen en común con “Sufragistas” (Sarah Gavron, 2015). La cinta se divide en dos partes diferenciadas: la primera se centra en la manifestación de los problemas de ellas, y la segunda en la reivindicación definitiva de los mismos, manteniendo en todo momento la lucha y la fe por conseguir sus objetivos.
En el caso que nos ocupa, Leena Yadav aparentemente no propone una manifestación tan radicalizada como planteó Gavron, sino que pone ante nuestros ojos una trama con un fondo mucho más emocional. Cada una de las mujeres manifiesta esa represión de un modo, ya sean maltratadas por sus maridos (obviamente impuestos y en contra de su voluntad), buscando salir de una vida que no les gusta o incluso manteniendo una relación a distancia aún intentando mantener de puertas para dentro esos valores tradicionales.
Sin duda son temas muy emocionales, y estos dos últimos puntos son los más representados y mejor interpretados del filme por Surveen Chawla y Tannistha Chatterjee, que probablemente les permita ser más conocidas en España junto al resto del reparto, que aunque raya a buen nivel (en especial por el lado femenino) está por debajo de ellas dos.
Una representación algo falsa
A diferencia de “Sufragistas”, que proponía dentro de una radicalización femenina una historia realista, “La estación de las mujeres” muestra varios momentos de la lucha por liberarse de la mano opresora del hombre una sensación de falsedad. Aunque ambos casos están basados en algo real (nuestro caso no se basa en un hecho concreto de la historia, sino en algo que pasa de verdad). El problema es que Yadav pinta algunas situaciones relacionadas con las mujeres de forma algo extrema, que llega a parecer irreal. La intención es buena y su propósito de denunciar el machismo en la sociedad india está logrado, aunque a veces se le “va un poco la mano” con la reivindicación.
Leena Yadav cumple con su propósito en “La estación de las mujeres” de denunciar algunos de los valores de la sociedad india. Sin embargo, la exageración de algunas situaciones hace que no acabe de brillar como denotan sus intenciones. Y es que a veces una buena intención no acaba de funcionar.
Frases destacadas de “La estación de las mujeres”
- Gulab: “Quiero una devolución si la chica es una mierda”
- KIshan: “Los hombres están en contra del progreso”
- Rani: “Debería decirle la verdad sobre quien soy en realidad”
- Lijjo: “Lo dulce que es en público y en casa es un monstruo”
- Rani: “Le he obligado a casarse con la chica. Le he arruinado la vida”
- Bijli: “No hemos nacido solo para parir”
- Rani: “Gulab, para aprender a ser persona, primero hay que ser humano”