Cuidadosa y hermosa en sus formas, demoledora y frustrante en su fondo. Cinta gallega que supone uno de los estrenos más humildes y a la vez estimulantes del cine español de este año
Basada en la novela homónima escrita en gallego por Manuel Jabois y editada en 2008, «La estación violenta» supone el debut en el largometraje de Anxos Fazáns. Un ejercicio en apariencia sencillo y modesto, pero que guarda en su humildad una rica gama de detalles que configuran y cimentan las bases de una cineasta de lo más prometedora.
El regreso
La cinta se abre con un prólogo donde encontramos a unos amigos de juventud disfrutando de una alocada noche en la playa. Un recuerdo que se prolonga en la memoria y que regresa ocho años después. El protagonista del filme, un periodista que malvive entre los indicios de una depresión no diagnosticada y las drogas, lidia con su frustración literaria sobreviviendo por las calles de Sanxenxo. Una vida monótona y estancada que sufre un cambio ante la irrupción de Claudia y David. Ella adopta una actitud cariñosa y acaparadora para con los demás, y a su vez, guarda una adicción a la heroína y revela la inmediatez de su futura muerte. Por otro lado, él se mantiene frío y distante, enamorado pero agotado, reacio a la vuelta a su tierra natal. Y es que ambos desaparecieron tras dejar sus carreras universitarias a medias sin decir nada y mudándose por distintas partes de Europa, regresando tan solo en los últimos momentos para buscar cicatrizar algunas heridas del pasado.
En este contexto, el reencuentro del trío se antoja incómodo, violento, obligado a entenderse por la insistencia de Claudia. Se les sumará además Daniela, hermana pequeña de David, una adolescente que aun no tiene muy claro que hacer con su vida. Se configurarán los cuatro como personas perdidas pero con inquietudes culturales, cinematográficas, literarias, musicales… La contrapartida al personaje de Dante, vejez induida por los estupefacientes, futuro cercano que de una u otra manera desearán evitar, aunque no siempre puedan alejarse de sus ofertas.
La fusión con el espacio
La grandeza de Fazáns como directora nacerá en la manera en la logra transmitir la sensación de soledad, desasosiego y miedo de sus personajes a partir de sus simbiosis con el espacio. Elemento primordial en la esencia misma de la concepción de este drama. Los silencios, los lloros, el sexo, la fragilidad de los cuerpos desnudos… Todo ello se entremezclará con la naturaleza del entorno, las rocas y las playas, las calles de la pequeña localidad. Pero también con el ambiente que nace de sus gentes. Encontraremos un mundo laboral profesionalizado, metaforizado en la figura de la locutora de radio que confía en el protagonista, pero también la alienación de una juventud que busca el alcohol y la música contestataria como válvula de escape de un presente poco esperanzador. Un sinfín de estímulos que beben a su vez de la situación en la que viven, y donde nuestros protagonistas se verán en la necesidad de combatir y tratar de organizar sus pensamientos con tal de darle un sentido o rumbo fijo a sus vidas.
Frases destacadas:
- «Me quedan tres o cuatro meses»
- «Ha dos tipos de yonkis, los que consumen a diario, y los que lo hacen de forma explosiva. Felicidades, tú eres de los segundos»
- «No quiero volver a verte»
Tráiler de «La estación violenta»: