Drama social crudo, seco, sin maniqueísmos ni artificios
Acercarse a un género tan manido como es el cine social y más en una ópera prima puede resultar cuanto menos complejo. La búsqueda del realismo y la necesidad de articular un discurso sustentado en esa verosimiltud es una ardua tarea que puede acarrear maniqueísmos o guiones forzados. Lejos de todos estos defectos se encuentra el sorprendente debut de Belén Funes, una cinta que logra su objetivo desde la dirección de actores y la honestidad de su puesta en escena.
«La hija de un ladrón», es ante todo, un filme que explora el desamparo y la soledad. Seca y directa, la cámara de Funes se introduce sin cesar en el silencio de Sara, a quien da vida una más que inspirada Greta Fernández. Una chica de 22 años que sobrevive en una vivienda social, luchando por conseguir un trabajo que le haga olvidar la precariedad laboral. Separada de su padre (Eduard Fernández), quien acaba de salir de la cárcel, también del padre de su hijo bebé y sin poder tener consigo a su hermano menor, la existencia de esta muchacha se experimenta desde la angustia psicológica y el colapso emocional. Para ello, la cinta nos moverá por los distintos rincones del extraradio del área metropolitana de Barcelona. Conoceremos la realidad que viven miles de personas en riesgo de exclusión social acercándose al umbral de la pobreza. Un acercamiento que en ningún momento se muestra arbitrario o como una excusa para recrearse en lo peor sino que simplemente se sucede a medida que nos abrimos al estado emocional de Sara. El filme, iniciado realmente in media res, se centra en un capítulo de su vida, desde el regreso del padre de la cárcel hasta la resolución final del conflicto que guarda con él. Lapso de tiempo suficiente para explorar sus relaciones familiares y amorosas fallidas, sus amistades en ocasiones imperfectas y su ascenso laboral.
Todo ello es conseguido mediante un guion anclado en la realidad, donde todo se vive a flor de piel por la crudeza de la situación. El trabajo en la dirección de actores se antoja impoluto, dándole credibilidad a un drama bien articulado. Ayuda para todo ello la apuesta firme de su dirección. Fijando su mirada continuamente en su protagonista, siguiéndole de cerca para conocer todos los recovecos de su alma, intentando conocerla de la misma manera que ella intenta descubrise a sí misma. La ausencia total de banda sonora original nos ayuda a nos distraernos de lo realmente importante, de la construcción del personaje y sus circunstancia, del espacio en el que habita. Sin maniqueísmos y sin caer en la inverosimilitud, la debutante Belén Funes nos arroja un halo de realidad, una verdad incómoda que se padece en todas las ciudades de España.
Frases destacadas:
- «Es una pena que no quieras dormir conmigo»
- «No vuelvas a usar al niño como excusa»
- «Me voy a quedar sola»