El debut de Juan Barrero en el largometraje de ficción es una fábula onírica sobre el rechazo a ser padre, que escapa del pudor convencional frente a la cámara.
La orquídea y el mosquito humanos
La ópera prima de ficción de Juan Barrero (“Entre el dictador y yo”) da comienzo con un inquietante plano fundido a negro, violentado por una voz en off danesa que relata la historia de atracción fatal entre una orquídea y un mosquito tropical. La narración hace referencia al hallazgo científico que Charles Darwin reveló durante su viaje a una misteriosa isla del Pacífico. Darwin anotó en su diario que una astuta planta sedujo magistralmente a un insecto para ser polinizada. Ciento ochenta años después, Juan (Juan Barrero) y Gala (Gala Pérez), los únicos protagonistas de “La jungla interior”, encarnan a la orquídea y al mosquito, representando la misma situación desde su condición humana.
“La jungla interior” es una historia de desamor entre una pareja, antes y después de enfrentarse a una dura relación a distancia. Juan parte cinco meses, con una expedición del National Geographic, en busca de la orquídea y el mosquito descubiertos por Charles Darwin; ambos presuntamente extinguidos según alegan los actuales biólogos. Sin embargo, el tiempo y los quilómetros físicos que los separan no son los verdaderos factores que hacen peligrar la estabilidad de la pareja. El motivo que inicia la destrucción de su feliz romance es el premeditado engaño de Gala que, como aquel vegetal decimonónico, anhela ser madre por encima de todo. Con una bella y onírica escena que para muchos espectadores resultará vulgar, dado la presencia de un primer plano de una eyaculación, el novel cineasta español pone de manifiesto el maquiavélico plan de la mujer, el cual sólo puede funcionar gracias a la ingenuidad de su presa.
Atestiguar una paternidad no deseada
La lúcida película de Juan Barrero, que tras presentarse en la Viennale se alzó con el premio Nuevas Olas del Festival de Sevilla, es un testimonio en primera persona de un proceso de asimilación de la noción de paternidad cuando ésta no es deseada. Por esta razón, todo el peso de la trama de “La jungla interior” se identifica con la vuelta a casa del protagonista. Juan, después de recibir la trágica noticia durante su estancia en Costa Rica, regresa junto a la futura mamá, es decir junto a alguien que no reconoce física y psicológicamente. Para poder entender la realidad a la que se enfrenta, Juan filma desde cierta distancia el último trimestre de embarazo de su novia, como si quisiera estudiar los movimientos de un peligroso animal en la jungla. La frialdad con la que ilustra el comportamiento de Gala en sus grabaciones se entiende desde la perspectiva de su rechazo a ser padre. No obstante, esa mirada impasible, casi científica, le permite mostrar sin pudor las deformaciones y alteraciones que sufre el cuerpo de cualquier mujer en dicha situación. Gala cree que Juan sólo puede verla desde el objetivo de la cámara porque siente un profundo asco hacia ella, pero en realidad ese dispositivo tecnológico no ejerce una influencia negativa sobre ellos, pues es el único elemento que les permite permanecer unidos a pesar de su conflicto de intereses.
Aunque expongan puntos de vista totalmente opuestos, Juan Barrero aprovecha al máximo el poder testimonial del cine para exhibir la gestación y el parto de una criatura al modo de Naomi Kawase en “Nacimiento y maternidad”. Si bien la directora japonesa exaltaba el noble deber de ser madre a través de la falta de pudor cinematográfico que tanto la caracteriza, Barrero conecta con ese rechazo por la intimidad frente a la cámara, incluso atreviéndose a exhibir un primer plano del nacimiento del hijo de Gala Pérez, como hizo Naomi Kawase con su propio bebé en la película citada.
El interior y el exterior de la jungla
El largometraje de Juan Barrero producido por Eddie Saeta, la compañía de Luis Miñarro, impacta visualmente tanto por los planos cerrados que el personaje masculino escoge para registrar el embarazo de Gala, como por los deslumbrantes exteriores de la jungla costarriqueña. La capacidad del director por descubrir paradisíacos paisajes vírgenes o captar estímulos accidentales de la fauna local se explica a través de su anterior formación como reportero del National Geographic. Su proceder a la hora de escoger y filmar los abruptos emplazamientos de su película resulta similar al excepcional afán documentalista de Werner Herzog, capaz de poner todo el rodaje en peligro por una simple toma en la jungla. A los ojos de Juan Barrero (del Juan director de “La jungla interior” y del Juan protagonista), la jungla verdadera, la del exterior, parece menos peligrosa que la jungla interior a la que se enfrenta la pareja: el hombre estancado en el pasado, la mujer mirando hacia futuro.
Frases destacadas de «La jungla interior»:
-Voz en off: El 5 de Octubre de 1835, Charles Darwin desembarcó en una pequeña isla volcánica del Pacífico que jamás ningún hombre había pisado antes.
-Voz en off: En su diario, Charles Darwin anotó la historia de atracción fatal entre una orquídea desconocida y un mosquito tropical.
-Voz en off: Ciento ochenta años después, una expedición del National Geographic ha regresado a la isla para averiguar si la planta y el mosquito sobreviven en algún rincón de la jungla.
-Voz en off: Juan no quiere volver a casa. Trata de comprender qué le ocurrió a Gala hace cinco meses.
-Gala: ¿No me vas a echar de menos en cinco meses? Es mucho tiempo.
-Juan: Yo no quiero tener hijos, Gala.
-Voz en off: Juan siente un creciente rechazo hacia su hija.
-Voz en off: Durante su viaje de vuelta, Juan se da cuenta de que no recuerda cómo era el rostro de Gala.
-Voz en off: Juan teme no reconocer a Gala y que su cuerpo no sea el mismo.
-Juan: ¿Por qué no abortaste, Gala? ¿No preferirías la vida anterior?
-Gala: Me ves como un monstruo, ¿verdad? Deja de filmarme ya.
-Voz en off: Juan huye a la jungla cada vez que cierra los ojos.
-Voz en off: La jungla le permite imaginar cómo era el mundo antes de la llegada del hombre.
-Voz en off: Gala sueña que vuelve a la casa de Enriqueta. Recorre la casa habitación por habitación pero no sabe qué busca.
-Voz en off: Quizá busca un amuleto que le devuelva la parte de Juan que se quedó en la isla.
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