Mar. Mar 19th, 2024

Llega por fin a los cines españoles el musical de Damien Chazelle que ha hecho historia en los Globos de Oro, ganando los 7 galardones a los que optaba.

Homenaje al género

Cuando uno ve el comienzo de “La La Land”, piensa que se va a encontrar ante algo nunca visto dentro del musical cinematográfico. La apertura con Another day of sun, con un atasco en la carretera transformado en escenario teatral, evidencia la habilidad del director Damien Chazelle que ya había demostrado en “Whiplash” (2014) para los números musicales, a través de un plano-secuencia deslumbrante. Y aunque esos jóvenes aspirantes a estrellas, con sus coreografías recuerdan los alegres movimientos de Stanley Donen o la recreación hippie que realizó Norman Jewison en “Jesuscristo Superstar” (1973), se aprecia un carácter propio y pone el listón muy alto para el resto del filme. Quizás demasiado. No obstante, en la siguiente hora la película continúa manteniendo un nivel sobresaliente en lo que al género se refiere: Chazelle coge los inspiradísimos temas de Justin Hurwitz (destacando la premiada balada City of Stars) y los lleva a su máxima expresión visual, de una manera que no se veía desde “Moulin Rouge” (2001). Pero lejos del barroquismo de Baz Luhrmann, la estética de “La La Land” se inclinaría más por el pop de inspiración Demyniana en “Los paraguas de Cherburgo” (1964). Un espectáculo colorido en Cinemascope, que da lugar al lucimiento de la cuidada fotografía de Linus Sandgren y el diseño de vestuario de Mary Zophres, habitual de los hermanos Coen.

Sin embargo, poco a poco la película se va manifestando como un homenaje más que una producción con la personalidad de Chazelle, que solo se aprecia cuando emula su exitoso trabajo anterior en las escenas jazzísticas. Sus referencias son los clásicos que van desde “Cantando bajo la lluvia” (1952) hasta “West Side Story” (1961), e incluso primeros planos que recuerdan a un ya indispensable contemporáneo como “Los Miserables” (Tom Hooper, 2012), especialmente el de Emma Stone en Audition (The Fools Who Dream), secuencia que bien podría valerle el Oscar a la actriz. Tanto ella como Ryan Gosling están encantadores y muy eficaces pese a no ser cantantes ni bailarines profesionales.

Melodrama romántico

Pero, ¿de qué trata “La La Land”? Situada en una Los Ángeles casi como de otro tiempo, o más bien atemporal, una ciudad soleada sea la estación que sea y de permanente apariencia optimista, en la que parece obligatorio ser feliz, la historia nos mostrará de manera paralela las vidas de Mia, una camarera que aspira a ser actriz cansada de ir durante años a infructuosas audiciones, y Seb, un pianista de jazz que quiere abrir su propio local pero apenas tiene para pagar el alquiler. Dos seres perdidos entre la multitud que no son conscientes de su desencanto, pero que cuando se conozcan, comenzarán a brillar de nuevo. Sin embargo, cuando sus respectivas carreras se encaminen por cauces inesperados, éstas se volverán incompatibles con su relación.

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Nos encontramos ante el conflicto típico de un melodrama clásico. La misma trama la veíamos dentro del propio musical en obras como la ya mencionada de Jacques Demy “Los paraguas de Cherburgo” (probablemente su referente argumental más directo) o en la más reciente “The last five years”, que adaptó para el cine en 2014 John LaGravenese. La principal diferencia con aquellas y “La La Land” es fundamentalmente estructural: si en las dos mencionadas toda la acción es cantada, la cinta de Chazelle se estanca en su narración cuando se luce en lo musical; mientras que cuando el relato comienza a profundizar en cuestiones tan importantes como la conservación de los sueños, la madurez, o anteponer la profesión al amor y viceversa, se olvida de las canciones y los números para centrarse en el tragedia que supone la resignación de la vida.

Epílogo

Sorprende así que, entre los muchos merecidos Globos de Oro que la película obtuvo el pasado día 8 de Enero, figure el de mejor guion. Quizás lo que nos hace enamorarnos de “La La Land” es el epílogo con el concluye Chazelle, en el que realiza una representación de los sueños que cumplimos, pero también de aquellos a los que renunciamos. Para ello, nos muestra una realidad alternativa a través de todo tipo de técnicas, de una manera tan arriesgada e imaginativa que uno no solo desearía que toda la segunda parte de la cinta fuese así, sino que también pudiera pasar en la vida real. Se trata por tanto de una obra impecable a nivel técnico, y rabiosamente romántica, dejando un poso melancólico. Pero es una pena que esta estrella solo resplandezca en momentos determinados.

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Frases destacadas

  • Seb: Samba o tapas… ¡Elige una y hazlo bien!
  • Mia: Debería haber sido abogada. 
  • Seb: Porque el mundo necesita más abogados.
  • Mia: Tampoco necesita más actrices.
  • Mia: Odio el jazz.
  • Keith: Te aferras al pasado, pero el jazz es sobre el futuro.

Trailer de «La ciudad de las estrellas (La La Land)»

2 comentarios en ««La ciudad de las estrellas (La La Land)»: Amor, sueños y canciones»
  1. Menuda pinta de tostón tiene la película.
    Es la típica película que para los críticos es increíblemente buena y para el gran público en general es infumable.
    No la veré ni descargada.

  2. Pues es una pena porque es muy disfrutable, y no solo por la crítica. Rescata el espectsculo tal y como se veía en la época dorada del Hollywood de los 50, por eso mismo está destinada al gran público. Ahora, si no te gustan los musicales, esta tampoco va a hace que cambies de parecer por la misma razón de antes.

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