Tras algunos retrasos, al fin llega la cinta italiana de misterio a nuestras pantallas.
Puede que muchos piensen que “La maldición de Lake Manor” (2019, Roberto De Feo) es la típica película de mansión encantada con fantasmas recorriendo sus estancias. Si embargo, poco representa este título las intenciones de una cinta que nada tienen que ver con la serie de Netflix lanzada el año pasado. Y es que el debut del italiano De Feo apenas podría enmarcarse en el género de terror, lo que no quita que estemos ante una cinta de misterio oscura e inquietante por momentos, mucho más interesante de lo que se podría presagiar.
Buenos cimientos
Es cierto que hay una mansión de tenebrosa y personajes siniestros que habitan en ella. Sin embargo, a nivel argumental el referente más cercano podría ser “Canino” (2009, Yorgos Lanthimos), de otro maestro de lo inquietante sin necesidad de entrar en géneros determinados. Y aunque De Feo no tiene el talento artístico del griego, si es capaz de construir una narración que mantiene el interés, acompañándola de una estimable ambientación y de un reparto convincente, sobre todo en lo referente a los miembros más jóvenes del reparto, Justin Alexander Korovkin y Ginevra Francesconi, que son capaces de llevar todo el peso de la película.
Diseño mejorable
Sin embargo, la película se muestra más titubeante a la hora de ir desvelando el gran misterio que da sentido a todo. Las escenas y detalles a lo largo de la película se presentan deslavazadas hasta llegar al giro revelador final, que aunque curioso, no termina de convencer al no aportar realmente nada sobre la trama que hemos visto hasta ahora ni sobre los personajes. No estropea el resultado final pero limita las posibilidades de la obra.
Así, la llamada en versión original “The Nest (Il Nido)” es un filme encomiable y al que vale la pena acercarse a pesar de su engañoso título. No es un trabajo perfecto ni redondo, pero si posee las suficientes virtudes como para resultar recomendable. Con un trasfondo algo más sólido podríamos haber estado ante un gran trabajo. Habrá que seguir los pasos del director a ver si es capaz de llevar a cabo una carrera digna de interés. Y mención especial al uso del “Where Is My Mind” de The Pixies, canción que automáticamente mejora cualquier obra audiovisual.