Mar. Mar 19th, 2024

Para su ópera prima, Just Philippot se decanta por un drama familiar con toques de fantástico.

Con el prestigio que otorga el sello de la Semana de la Crítica de la pasada edición de Cannes –que pese a no poder celebrarse, decidió hacer pública la lista de películas que habían sido seleccionadas para el certamen- y el doble galardón en el Festival Internacional de cine Fantástico de Sitges por Mejor Actriz y el Premio Especial del Jurado, llega a la cartelera española “La nube”, ópera prima del realizador francés Just Philippot. La cinta esta protagonizada por una increíble Suliane Brahim –a quien también podéis ver en la serie “Zona blanca” disponible en Netflix- que da vida a Virginie, una mujer que, al enviudar, decide cambiar la ganadería caprina por la cría de saltamontes como fabricación de harina con alto contenido proteico para alimentación ovípara. Virginie tendrá que enfrentarse a un negocio arcaico y machista incapaz de abrirse a nuevas tendencias, y menos si vienen abanderadas por una mujer, para poder salir adelante económicamente a la vez que ejerce como madre de 2 hijos marcados por la muerte de su padre.

La etiqueta de cine fantástico que lleva “La nube” y los premios del Festival de Sitges que lleva bajo el brazo pueden llevarnos a tener unas expectativas erróneas del filme. Ante todo, la propuesta de Philippot es un drama familiar. Un relato de desesperación. Una bajada a los infiernos donde el elemento fantástico es mínimo y completamente dispensable, aunque completa la historia y hace que “La nube” pase de ser un drama convencional a ser mucho más. Muy en la línea de cintas de género reciente como “Babadook” (Jennifer Kent, 2014), “Hereditary” (Ari Aster, 2018), “La habitación” (Christian Volckman, 2019), o “Relic” (Natalie Erika James, 2020), en cuanto al contenido y la utilización del fantástico para ahondar en las relaciones familiares desde un punto de vista diferente, pero con la máxima economía del componente fantástico.

Madre y emprendedora

Los dos primeros actos de “La nube” están cocinados a fuego muy lento. Philippot para a reflexionar sobre el papel de la madre y la dificultad que conlleva compaginarlo con una vida laboral independientemente de la presencia o no de la figura paterna. Como el vinculo sentimental con los hijos y la dependencia a todos los niveles que tienen con su madre lastran el progreso laboral de la mujer en nuestra sociedad. Como el egoísmo natural de los niños pueden convertir la vida de una madre en pura agonía. El galo también mete el dedo en la llaga del machismo y el racismo todavía imperante en muchos sectores laborales a la vez que critica el conservadurismo de la agricultura y el arcaísmo general de la cultura rural francesa. Son muchos los temas que quiere tratar y logra hablar de todos ellos a base de embelesarse y de apenas avanzar la trama. De hecho, la única diferencia entre el primer minuto y el final de la primera hora a nivel argumental solo es el tamaño de la colonia de saltamontes. Mientras, Virginie sigue estancada tanto económica como sentimentalmente. Sin embargo, el espectador, que va acompañando a la protagonista y siente como sufre esa opresión constante, ve crecer, dentro de si mismo, ese sentimiento de agonía y frustración del mismo modo que crece esa colonia de saltamontes horripilantes.

Por desgracia, este ejemplar ejercicio narrativo y de dirección acaba irremediablemente con la necesidad de dar una conclusión a la historia. La aparente quietud da paso pues a una avalancha desmedida de acontecimientos no del todo bien hilados ni justificados, con unos cambios de ritmo que te sacan de la película y un final poco inspirado.

La nube” es una cinta irregular con una primera hora casi impecable. Philippot sabe sacar jugo al material de partida filmando a los saltamontes con una limpieza caso documental dejándonos imágenes muy poderosas. Tan potentes como la alegoría que entabla con el drama principal. Y si bien no es demasiado violenta o sangrienta, el estilo visual de la película entronca directamente con el Nuevo Extremismo Francés. Que si bien esto difumina el sello autoral del filme, por otro lado hace que pertenezca a este maravilloso estilo que nos ha dejado grandes cintas como “Martires” (Pascal Laugier, 2008) o “Alta tensión” (Alexander Aja, 2003) o la más reciente “Crudo” (Julia Ducournau, 2017).

Frases destacadas:

  • Laura:“Esta casa es un manicomio. Apesta y ni siquiera puedo ducharme.”
  • Virginie:¿No puedes confiar en mi solo por esta vez?”
  • Virginie:¿Has rajado tu el invernadero?”

Trailer de “La nube”:

 

Por Pablo Lujan

Doctor en Biología Celular por la Universidad de Heidelberg. Compagino la ciencia con mi otra gran pasión: el Cine.

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