Tras cuatro años, la productora Aardman regresa con este segundo largometraje de la franquicia protagonizada por la tierna ovejita Shaun.
Encuentros en la tercera fase
Allá por 1995, Nick Park creó un personaje secundario en las delirantes aventuras protagonizadas por Wallace y Gromit, se trata de la oveja Shaun. Con el paso de los años, este personaje ha ido cobrando una gran entidad, tono e identidad, hasta el punto que ya tiene una saga propia. Por eso, una vez se apaguen las luces de la sala, el espectador regresará al apacible pueblo de Mossingham donde está situada la granja Mossy Bottom. Allí vive este lanudo personaje en compañía de sus amigos. Sus vidas se verán alteradas por el avistamiento de un platillo volante pilotado por una traviesa y adorable extraterrestre llamada LU-LA. Así dan comienzo las desternillantes aventuras intergalácticas de nuestra amiga lanuda. Obviamente, con la ayuda de Shaun, LU-LA conseguirá regresar a su hogar. Hasta que esto ocurra les esperan a los espectadores noventa minutos repletos de acción, risas y ternura. Esto es así porque una misteriosa agencia gubernamental, capitaneada por la extraordinaria agente Red, quiere demostrar que hay vida extraterrestre. Por ese motivo, LU-LA se convierte en su principal objetivo.
Coloridas aventuras siderales
Esta es una película muy disfrutable tanto por el público adulto e infantil. Los mayores de la casa disfrutarán del inteligente e irónico humor que destila esta productora de animación. Juegan en todo momento con lo que espera el espectador, también lo hacen con el fondo y la forma de los objetos, casando todo el rendimiento posible a la Gestalt. Además, como viene siendo habitual en los largometrajes de animación hacen homenajes a clásicos de la ciencia ficción y fantasía. Así pues, hay situaciones cómicas basadas en títulos tan famosos como “E.T.”, “Wall-E”, “Robocop”, “Encuentros en la tercera fase”, “Contact” o la mítica serie de televisión “Dr. Who”, entre otros. Pero también nos demuestran su pasión por el séptimo arte al hacer referencia a la comedia clásica, nos referimos a “Tiempos modernos” de Chaplin. Las situaciones cómicas dirigidas al público más infantil surgen de la comedia más física, sus incontrolables travesuras o de sus increíbles eructos galácticos. Los niños se sentirán totalmente identificados con LU-LA. El principal motivo es que representa el lado más golfo que todos llevamos dentro. Ni que decir tiene que cada plano rebosa una gran y variada paleta de colores que atraerán toda la atención de los más pequeños de la casa.
Desde el punto de vista narrativo, sus directores no dan tregua al espectador, es imposible aburrirse. Usan canciones repletas de ritmo como el temazo de los Chemical Brothers «Out of control» para realzar uno de las secuencias más locas de la película. Es maravillosa la expresividad física de los personajes, porque hay que recordar que el filme carece de diálogos. La riqueza de matices es impresionante, y nos da una idea de inmenso trabajo que hay detrás de esta producción británica. “La oveja Shaun: Grajaguedon” es perfecta para crear cinefilia. Es puro disfrute para todos, y lo mejor es que uno sale de la sala oscura reconciliado con el niño o niña que todos llevamos dentro y con una sonrisa en la cara. Más no le podemos pedir a este magnífico espectáculo cinematográfico.