Terry George vuelve a abordar un genocidio 13 años después de “Hotel Ruanda” y lo hace con una interesante representación de otro caso similar, el armenio.
A lo largo de la historia del cine ha habido muchos ejemplos de genocidios de todo tipo. Los más representados hasta ahora han sido el nazi, que tiene como máximo exponente a “La lista de Schindler” (Steven Spielberg, 1993), o el armenio. De los hechos cometidos en este país hay que destacar a “Ararat” (Atom Egoyan, 2002) o “El Padre (The Cut)” (Fatih Akin, 2014). Ahora nos llega “La promesa”, la nueva película escrita y dirigida por Terry George. El director irlandés repite experiencia en este tipo de historias después de “Hotel Ruanda” (2004), que trataba otro genocidio como el que hubo a finales del siglo pasado en Ruanda por parte de los hutus contra los tutsis. Por este trabajo George fue nominado al Oscar al mejor guion junto con Keir Pearson.
Cuando lo que importa es sobrevivir
“La promesa” nos sitúa a principios del S.XX, durante la Primera Guerra Mundial. Michael Boghosian (Oscar Isaac) es un farmacéutico armenio que consigue plaza de estudiante de medicina en la universidad de Constantinopla. Allí conoce a Chris Myers (Christian Bale), quien es periodista de guerra estadounidense, y a su acompañante Ana (Charlotte Le Bon). Pero de pronto sus vidas sufren un cambio a ver como el Imperio Otomano decide terminar con las minorías étnicas que hay dentro del mismo, y deberán luchar por salvar la vida.
Formas diferentes de mostrar un conflicto
Si comparamos el trabajo de George con “El Padre (The Cut)”, se puede apreciar que son similares en muchos aspectos. Ambas no solo tratan el mismo tema, sino que reflejan la impunidad de las acciones de los turcos y la forma en que trataban a los armenios. Pero las diferencias entre ambos largometrajes también salen a la luz. Mientras que la obra de Akin tiene un carácter más emocional y se centra más en el asunto personal, el trabajo de George representa mejor y con más detalle los horrores de la guerra y de un genocidio que aún no es reconocido por los turcos en la actualidad.
Una virtud inesperada
Del trío protagonista el que mejor sale parado es Óscar Isaac. Deja atrás las naves espaciales y los superhéroes por las que ha orientado su carrera en los últimos tiempos y se mete en la piel de un personaje mucho más “terrenal”. El actor guatemalteco sobresale por encima del resto del reparto y en varios momentos el nivel de su interpretación llega al alcanzado en “A propósito de Llewyn Davis” (Joel y Ethan Coen, 2013), el cual es su mejor trabajo hasta la fecha. Un aspecto que sorprendentemente llama la atención de su interpretación es la dicción que logra en su voz, a la que dota de un toque típico de la zona donde se desarrolla “La promesa”. Da la impresión en muchos momentos de que estamos ante un hombre que nació de verdad en ese lugar. Obviamente, esto se notará si veis la película solo en su versión original. Demuestra también una buena interacción con Bale y Le Bon, pero la historia que se desarrolla entre los tres se desarrolla de forma poco atractiva y profunda.
A la buena representación del genocidio armenio que hace “La promesa” hay que añadirle la buena fotografía que presenta de los paisajes de la zona. Sin embargo, al problema con la trama entre los protagonistas hay que sumarle un metraje algo más largo de lo ideal, y hace que una cinta que “prometía” tanto obtenga un resultado peor de lo esperado.
Frases destacadas de “La promesa”:
- Michael: “Traeré algo más que medicinas a Siroun”
- Ana: “Si no fuera por Chris, me habría vuelto loca”
- Michael: “Hice una promesa. No puedo retractarme, tío”
- Lena: “Verte vivo me da esperanzas de que Mesrob sobrevivirá”
- Embajador: “Si el señor Myers sufre algún daño será considerado como una agresión a los Estados Unidos de América”
- Michael: “Que Dios nos asista, quiero vengarme”
- Ana: “La venganza es sobrevivir”