Sofia Coppola adapta la novela The Beguiled de una manera muy distinta a como lo hizo Don Siegel en 1971
Sofia Coppola inauguró su filmografía en 1999 recluyendo a cinco adolescentes en una casa con «Las vírgenes suicidas». Tras despuntar en la excelencia con la delicadeza, humanidad y sutileza de «Lost in Translation» (2003), pareció perderse en sus tres últimos trabajos. Una especie de trilogía sobre el aburrimiento y el vacío de las clases adineradas acompañadas siempre de una más que discutible selección musical plagada de temas pop de letra tan hueca como la personalidad de sus personajes. Es un acierto pues que con «La seducción», Coppola no solo regrese al eje temático iniciado en su primer filme, sino que se desligue del subrayado, la ridiculización y la moralina de sus anteriores trabajos para volver a deambular con inteligencia por la ambigüedad moral de sus protagonistas como ya hizo en su segundo largometraje.
Adaptación
Basada en la novela de Thomas Cullinan, en 1971, el cineasta Don Siegel, nos regaló una cinta que irradia auténtica modernidad. Nos presentó una escuela de señoritas del Sur durante la Guerra Civil Estadounidense y cómo la directora del centro, la maestra y la alumna mayor, se dejan seducir por la labia y mentiras de un soldado yanqui herido en combate y recogido por una de las pequeñas internas. Protagonizada por Clint Eastwood, «El seductor», mediante su uso vivo del color y su dirección frenética y violenta, nos muestra sin tapujos los deseos ocultos de sus personajes. El uso de flashbacks intercalados nos deja entrever la mentira sobre la que se encumbran sus ambiciones, protagonizando un tour de force entre las tres mujeres que pretenden al hombre apuesto que representa un brutal estímulo en sus vidas. La apuesta formal de Coppola resulta en comparación muy distinta. Si bien el argumento fluye de la misma manera, su dirección, premiada en el último Festival de Cannes, difiere en muchos aspectos de la cinta de Siegel, dotando de sentido al hecho de realizar un remake de una película tan completa, fresca y recomendable.
Prescindiendo de la visceralidad visual y la dureza narrativa, la cineasta nos presenta una historia de lo más reposada. El color de las imágenes y su uso de la iluminación nos regala auténticas estampas campestres que se estrelazan con el cáracter retaído y ambiguo de sus personajes. El uso del sonido fuera de campo origina una dualidad tan potente como sutil, intercalando la naturaleza del campo con las explosiones y disparos lejanos de una guerra que se disputa a poca distancia de donde se encuentran. Y es esta sutileza la que dota de gran fuerza al filme, desnudando la virulencia, como el episodio de la llegada de los soldados confederados, o el perverso pasado del hombre y la directora omitido en la narración. También presentando la seducción sin la obviedad de Siegel. Mientras que la primera entra de lleno en las pasiones terrenales más salvajes de sus personajes, siempre ayudado de una dirección acorde a lo mostrado, en esta nueva versión el vaciado emocional y el progreso reposado de las distintas acciones nos demuestra que es posible reelaborar una historia narrada de distinta manera sin estar muy alejada de la genialidad de Siegel. Un tono calmado que tan solo se acelera en sus secuencias finales, acorde con el clímax trágico de la historia, pero que casa a la perfección con el desarrollo del inicio y nudo del filme. Es de agradecer también la delicadeza con la que Coppola dibuja la actitud de sus personajes, huyendo de subrayados y juicios ridículos como los vistos en su penúltimo trabajo «The Bling Ring» (2013).
Frases destacadas de «La seducción»:
- John: «Te quiero. Si no he dicho nada hasta ahora es porque tenía miedo a que me rechazaras. Pero ahora que se acaba del tiempo…»
- Miss Martha: «El alcohol no es para su placer, sino para su confort»
- Alicia: «Me dijo que me callara»