Dani de la Torre estrena su nuevo trabajo en el incomparable marco del Festival Internacional de Sitges, que viene precedido del gran éxito de su anterior filme «El desconocido«.
Fin de semana sangriento en Barcelona
Dani de la Torre firma lo que podemos considerar toda una superproducción en toda regla, visualmente apabullante, donde nos vuelve a demostrar que es un gran profesional planificando y editando, hasta el punto que nos regala un plano secuencia con número musical incluido. Tiene clara la película que nos quiere contar, y ha contado con unos grandes productores que han invertido una cuantiosa suma de dinero que se aprecia en cada fotograma. Lo mejor es el trabajo de Patxi Amezcua que a pesar de que nos lleva a los años de la Belle Epoque no deja de estar hablando de un conflicto presente. El guion refleja un Estado que antepone sus intereses a los de los ciudadanos, donde quien maneja la información posee el poder real.
1921, Barcelona. El policía Aníbal Uriarte acaba de llegar a la Ciudad Condal procedente del desastre de Annual por lo que dejan entrever sus palabras. La monarquía liberal de Alfonso XIII se derrumba por momentos. Célebres cupletistas como Raquel Meller triunfaban en cantando «La pulga Sabla». Eran tiempos de políticos corruptos y mercado negro. El movimiento obrero lucha por los derechos de los trabajadores y estamos ante el nacimiento del movimiento de las sufragistas en España. La corrupción ha llegado incluso a la Brigada de Información, que no hace más que extorsionar a los comerciantes. Los Anarquistas, por su parte, deciden que es hora de levantarse en armas, y acuden al mercado negro para adquirirlas. En este complejo ambiente tiene lugar el robo de material militar. Aníbal ha sido enviado para descubrir quién ha sido, y tendrá 48 horas para descubrir que el robo forma parte de un oscuro plan que podría cambiar el rumbo del país.
Érase una vez en Barcelona
Desde su brillante inicio con ese robo al tren en medio de la noche, Dani de la Torre deja claro que es un director que es capaz de medirse con las grandes producciones hollywoodienses. La narrativa del realizador posee ecos de “Muertes entre las flores”, “Los intocables de Elliot Ness”, “Érase una vez en América” o “Cotton Club”. La inquieta cámara del director no da tregua al espectador siguiendo de cerca a los personajes. Los elaborados y vistosos planos nos muestran una Barcelona convulsa, nos hace un fenomenal retrato histórico y social. Ahí es donde brilla el trabajo del director de fotografía Josu Inchaustegui, que exprime los rincones más bonitos de Barcelona. El espectador sentirá que la ciudad es como una olla a presión a punto de estallar. En los diálogos se deja entrever que el conflicto vasco y catalán viene de lejos, que no es algo actual. Ahí es donde el subtexto de esta historia ya vista se apodera de la atención del público y adquiere su interés. Nos demuestra su gran labor al dirigir actores tan magníficos como Paula del Río, Fernando Cayo o Luís Tosar, y se incorporan otros como Manolo Solo, Vicente Romero o Ernesto Alterio.
Ha vuelto a contar en el apartado musical con Manuel Riveiro y Xavier Font. Firman una banda sonora que tiene la virtud de realzar la narrativa del joven realizador y no molestar al espectador. Por todos estos motivos, consideramos que estamos ante una gran superproducción, que se verá las caras con “El Reino” en las próximas galas de premios, donde asistiremos a una lucha titánica por alzarse con el mayor número de galardones.
Frases destacadas:
- Inspector Rediú: “Anibal Uriarte. Yo creía que los vascos erais cabrones y narigudos”
- El Barón: “Ya sé Inspector que sus gustos son de fruta madura, pero hay otros clientes que buscan cosas más éxoticas”
- Inspector Rediú: “Aquí en Barcelona tenemos récord de huelgas”
- León: “Hasta la victoria”
- Sara: “No me fío de los hombres que no tienen ideales”
- Aníbal Uriarte: “Me gusta la gente con ideales”
- El Barón: “La vida es todo menos justa”