Nueva incursión en el género de Julianne Moore, esta vez se adentra en el mundo de las posesiones; en este particular caso poniéndose la bata de psiquiatra forense que quiere explicar los trastornos de personalidad múltiple de un enfermo mental. La doctora Cara Jessup investiga a un misterioso paciente y descubre un siniestro misterio con décadas de antigüedad que pone en peligro su propia vida y las de todos los que la rodean.
La carencia de imaginación en los guionistas de Hollywood es patente y se manifiesta en productos como este. Michael Cooney ha creado un relato tan poco original como carente de tensión. Esta trama está más que vista, tanto que no deja de ser una versión encubierta de “Fallen”, película dirigida por Gregory Hoblit a mayor gloria de Denzel Washington. Pero para darle unos toques de originalidad enreda la trama de tal manera que acaba convirtiéndose en un galimatías importante. Que sea un híbrido de géneros o que sea una trama manida no lo veo mal si está bien hecho, y sobre todo, si el guionista se ha pensado dos veces las cosas. Entre los aspectos positivos de su labor cabe destacar la huida de los estereotipos, hablo de mezclar heavy metal y satanismo. Pero el resultado final es que el espectador acabará bostezando sin poderlo remediar nadie.
Los primeros que podrían haberlo conseguido son el tandem Måns Mårlind y Björn Stein que hacen una realización que podemos catalogarla de extraña. Por ejemplo, la cinta arranca con una panorámica de 360 grados, debemos suponer que posee un cariz informativo pero a la postre la información aportada no tiene nada que ver con el resto del filme, quedando artificial. En eso podemos resumir la labor de esta pareja de realizadores, puro artificio, que encima se le va de las manos en el momento cumbre del largometraje, dotándole de mayor inverosimilitud cuando el respetable busca un mínimo de coherencia. Para colmo de males, abusan de los efectos de sonido y de imagen, sobre todo en los momentos de cambio de personalidad. El primero te puede provocar alguna sensación pero el resto aburren.
Los que salvan un poco la función con su gran labor son los actores secundarios como Frances Conroy, actriz a la que todos recordaréis por la mítica serie de “Dos metros bajo tierra” o Jeffrey DeMunn, que su rostro se identifica con grandes películas del género como “Carretera al infierno” o “La niebla de Stephen King”. Julianne Moore, por su parte, está muy desdibujada, y los directores consiguen que la doctora Cara Jessup parezca una parodia barata de Clarice Starling. En cuanto a Jonathan Rhys Meyers, personaje central del filme, sólo decir que ha desaprovechado un caramelo de personaje, y que nadie volverá a ofrecérselo. Y ya que estamos, decir no se entiende el cambio de título porque el original “Shelter” hace mención específica a un objeto que tiene que ver con él, y que en el filme se traduce adecuadamente como “refugio”.
Frases destacadas:
Cara Harding: “Papá, no puedes esperar que reorganice mi vida cada vez que descubres una rareza médica”
Dr. Harding: “Esta es tu novedad, disfrútala”
Cara Harding: “No voy a demostrarlo, voy a curarlo”
Dr. Harding: «Has creado un sistema fijo de creencias.»
Adam: “Hierro de la tierra para espantar el mal”
Wesley: “Tengo todo el tiempo del mundo, doctora”
Mrs. Bernburg: “Vaya hasta el final de la hondonada y pregunte por la anciana”
Anciana: “Este es un refugio”
Calificación: 2