No es ninguna sorpresa a estas alturas que Ang Lee es uno de los realizadores más laureados, respetados y reconocidos a nivel internacional de la actualidad. Con un bagaje que incluye obras como ‘Sentido y sensibilidad’, ‘Tigre y Dragón’, ‘Comer, beber, amar’ o ‘Brokeback Mountain’ su talento está fuera de toda duda. Aún así, siempre supone un reto complicado adaptar para la gran pantalla una obra como La vida de Pi, basada en la novela homónima de Yann Martel (Premio Booker 2002) y que cosechó unas increíbles cifras de venta de más de siete millones de ejemplares.
El director taiwanés ha decidido apostar por el 3D para llevar a cabo esta empresa. Avalado por un espectacular cuidado de los planos, hace uso de dicha tecnología con gran acierto, creando algunas secuencias de absoluta belleza. En La vida de Pi hay un buen puñado de imágenes primorosas e inolvidables. Hacía mucho tiempo (quizá desde ‘Avatar’) que la técnica del 3D no tenía un sentido tan grande en una película. Aquí dicho formato no solo no molesta, sino que potencia algunas secuencias, como la del naufragio. Además, la recreación del personaje del tigre de bengala (llamado Richard Parker) es sensacional: su ferocidad, sus movimientos, el pelaje… La tridimensionalidad lo hacen aún más vivo y creíble, al igual que a otros animales como el orangután, la cebra o la hiena.
Estamos, por tanto, ante un filme que basa buena parte de su fuerza en el impacto visual, aunque su apartado narrativo se adentre demasiado en terrenos complejos y pantanosos. Ang Lee mezcla superficialmente aspectos como la fe, la religión, la filosofía o la salvación del alma humana. Aunar con éxito todo eso en una película de aventuras donde el protagonista es una especie de Robinson Crusoe rodeado de animales no es sencillo. Existen 3 partes claramente diferenciadas, no del todo igual de consistentes.
Pi es un joven que se traslada con su familia de la India a Canadá junto a los animales de su padre (encargado de un zoo). En medio de la travesía, su barco sufre un naufragio. Ahí comienza la segunda parte del filme, la más larga e interesante. Descubrimos toda la capacidad de supervivencia de Pi en medio del océano, en un bote salvavidas y algunos animales. En ese momento, la relación entre ser humano y animal trasciende dicho ámbito para convertirse en algo más poderoso. Referencias al arca de Noé incluidas, apenas hay diálogos pero es donde existe mayor intriga. Ang Lee transmite sensibilidad y apego por ese personaje desvalido que queda a merced de las olas y la tempestad con un apego especial hacia un tigre de bengala, animal feroz y peligroso, cuya ayuda es fundamental de modo indirecto.
En otro nivel quedan el tramo final del filme, más condescendiente, y la presentación inicial con la infancia de Pi. Como curiosidad, el elenco está formado por actores poco conocidos de modo premeditado (el protagonista es el debutante Suraj Sharma) y solo la figura de Gerard Depardieu en un papel secundario es reconocible. Incluso Ang Lee llegó a eliminar las escenas que había rodado con Tobey Maguire, sacándole de la película y volvió a repetirlas con Rafe Spall.
En conjunto, La vida de Pi se disfruta porque la épica y la aventura están muy presentes, a la vez que pretende dar algunos valores morales. El énfasis de Ang Lee parece basarse en demostrar que lo más valioso del ser humano es no rendirse nunca y buscar el instinto de supervivencia aún en las peores circunstancias posibles. No es perfecta pero desprende emotividad y cuenta con algunos momentos asombrosos.
Frases destacadas:
Tío de Pi: «Un trago de agua en la piscina no te hará daño pero el pánico sí».
Padre de Pi: «Te falta convertirte a tres religiones más y te pasarás la vida de vacaciones».
Pi: «Los animales tienen alma. Lo he visto en sus ojos».
Padre de Pi: «Sobre todo, no pierdas la esperanza».
Pi: «Lo peor de la vida es que a veces no te deja tiempo para despedirte».
Calificación: 7,5
Demasiado preciosista y artificiosa. Por lo que a mi respecta es una película totalmente vacía.
Sentimos que no te haya gustado Felix, a nosotros nos gustó mucho y consideramos que es una buena adaptación del libro.