Mar. Mar 19th, 2024

Intenso festín de poderosas pasiones humanas en la Inglaterra rural de mediados del siglo XIX

Basada en la novela rusa de Nikolai Leskov publicada en 1865 Lady Macbeth de Mtsensk, que a su vez se inspira en el personaje shakespeariano al que apela el título, nos llega la versión cinematográfica trasladada a la Inglaterra rural del mismo año dirigida por William Oldroyd. Cabe destacar que ya en 1961 el prestigioso cineasta Andrezj Wadja lo hizo en «Lady Macbeth en Siberia», lo cual supone todo un reto del cual el director británico sale victorioso con este filme presente en la sección oficial del pasado Festival de San Sebastián.

Claro y conciso

La primera secuencia del filme se abre con un primer plano de Katherine, a quien da vida una estupenda Florence Pugh, viéndose sucumbida en un canto de misa de su propia boda por la imponente voz de un marido que ni aparece en pantalla. De esta corta escena apreciamos el la intención del hombre por aprisionar a la mujer y el hastío que ésta siente hacia su cónyuge. En segunda instancia, Katherine está siendo preparada para visitar el dormitorio del señor de la casa y demuestra su sangre fría y su ausencia de nervios o dudas ante el caracter temeroso y servicial de su doncella. En tan solo dos brevísimas escenas, la inteligencia y la fuerza de la dirección de la cinta congeniendo a la perfección con su guion nos evidencia la esencia que recorre las venas de tres de sus principales protagonistas. Y esta pericia a la hora de saber llevar el filme no se corresponde tan solo a un inicio deslumbrante, sino que se mantiene a lo largo y tendido de todas las distintas secuencias de la película. Decía Godard en 1965 «que el mayor problema de la filmación consiste en revolver por dónde y por qué empezar una toma y por qué terminarla«. Y ese sin duda es el mayor logro del Oldroyd con «Lady Macbeth».

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Un Shakespeare hitchcockiano

«Lady Macbeth» nos ofrece un estudio de los estamentos sociales británicos del 1865 pero también una radiografía de las pasiones humanas más salvajes que desafían los protocolos establecidos. Resulta interesante observar como el poder y el desprecio se estipulan desde el nivel económico, siendo este aspecto mucho más resolutivo que el racial. Porque observar como el personaje más maltratado y humillado de la cinta sea una sirvienta negra no quita el poder táctico que guardan otros personajes también de color que juegan un papel mucho más respetado por los demás tan solo debido a su posición. El rol de la mujer por su lado se evidencia como objeto de decoración cuya única finalidad es la de mantener una vida ordenada sin escándalos y engendrar hijos, lo cual se manifiesta de forma material en el enclaustrado vestido azul que se ve obligada todos los días a lucir Katherine. Algo intolerable en el seno de una protagonista cuyas pasiones internas no se dejarán amedrentar por un panorama desolador que impregna el espacio en el que se desarrolla el relato. La irrupción del mal se aprecia desde sus primeros compases en la figura del marido y del padre de éste, tratando con desprecio a Katherine así como al resto de sus sirvientes. La impotencia sexual o la frustración a la hora de tener descendencia impulsan un temperamento agresivo que embrutece el ambiente del hogar. Y es en el resquicio que se abre ante la censura de unos y el ansia de libertad de otros donde se origina la aparición del mal en las carnes de la propia Katherine. Dejándose llevar por la debilidad de la carne y el odio, el filme se torna en un drama shakespeariano con aires de thriller donde la muerte y la mentira desentrañan un festival de emociones humanas llevadas al extremo que nos muestran la cara inveitablemente más mezquina del ser humano.

Frases destacadas:

  • Lord Lester: «Date la vuelta contra la pared»
  • Katherine: «Contra la pared»
  • Lord Lester: «Todo el condado sabe que te has abierto de piernas»
  • Katherine: «Miente»

Tráiler de «Lady Macbeth»:

Por Luis Suñer

Graduado en Humanidades, crítico de cine y muerto de hambre en general.

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