El director de «El Rey León» y «Stuart Little» nos presenta a Peabody, un perro superdotado; su hijo adoptivo Sherman y sus estrambóticos viajes en el tiempo.
La nueva película de Dreamworks, «Las aventuras de Peabody y Sherman«, da prioridad a uno de los valores morales que habitualmente queda relegado a un último plano en el cine de animación: la inteligencia.
Peabody es un perro parlanchín que desde su más tierna infancia ha sentido devoción por el conocimiento, que prefería leer un buen libro a jugar con la pelota como sus compañeros canes. Por este motivo, en la perrera ningún humano le acogía. Sus éxitos académicos y profesionales crecieron imparablemente, y su curriculum carecía de fallo alguno. Pero el descubrimiento de un bebé abandonado en la calle, al que decidió llamar Sherman, cambió su mundo por completo y padre e hijo adoptivo se refugiaron en su relación para vivir una vida apasionante a lo largo de la Historia.
Un cambio de valores en el cine de animación
«Las aventuras de Peabody y Sherman» es una película dirigida por Rob Minkoff que cambia radicalmente los valores morales que refleja habitualmente el cine de animación.
Leticia Porto Pedrosa, doctora e investigadora de la Universidad Complutense de Madrid, ha constatado en un estudio que en las películas infantiles de Pixar y Disney los temas más repetidos son la amistad (21,4%) y la violencia (16,6%). Entre los valores positivos también aparecen en los doce largometrajes analizados por la experta el amor, la bondad, el compromiso, la fidelidad, la humildad, la igualdad, el respeto, la responsabilidad, la solidaridad, la superación personal, la valentía y la verdad. Sin embargo, falta uno de los más destacados del tándem formado por Mr.Peabody y Sherman: la inteligencia. El elogio al conocimiento aparece en el film desde el comienzo, cuando Peabody sale con un libro en sus manos, y continúa a lo largo de la película con los viajes en el tiempo que el perro organiza para enseñar Historia a su hijo.
Como bien explica la profesora Porto, las tramas de las películas suelen desencadenarse a raíz de «conflictos emocionales». El primero que nos encontramos al comienzo de nuestro film es el rechazo que Peabody y Sherman han sufrido en sus vidas por el hecho de ser más cultos que los demás. Al perro nadie le adopta por no ser lo suficiente gracioso y juguetón, mientras que al pequeño Sherman le trata de hacer la vida imposible Penny, una niña estudiosa que ve en nuestro protagonista a un competidor al que destruir.
El segundo valor más repetido en el mencionado estudio es la violencia, con un 16,6%, porcentaje que aumenta en otra investigación de la doctora Porto que analiza las conductas de los personajes de Dreamworks. En este caso, el dato sube hasta el 28,8%. No obstante, este valor es rechazado por Mr. Peabody en la escena que desencana la acción en el largometraje. En ella, Penny envidia la inteligencia de Sherman y decide ridiculizarle ante el resto de sus compañeros recordándole que su padre en un perro. Ambos se pelean y Sherman termina mordiendo el brazo a la pequeña. Esta acción trae consecuencias para el niño, regañado por su Peabody, y para el perro protagonista, que es amenazado por la señora Grunion con quitarle la custodia de Sherman.
La educación, un pilar clave la película
Otra de las diferencias de «Las aventuras de Peabody y Sherman» con respecto al resto del cine de animación es el modo de enfocar la historia. Mientras que otros largometrajes utilizan un lenguaje muy simple, Minkoff y su equipo recoge el estilo del cortometraje homónimo al que homenajean y se sirven de un modo de expresión más adulto.
Con ello consiguen que esta película no sólo se dirija a los más pequeños de la casa, sino también a sus padres. A ellos también van dirigidos dos de los temas claves de la película: la educación y la relación padre-hijo.
La educación del pequeño Sherman pasa a ser prioritaria en la vida de Peabody, hasta el punto de que le construye una máquina del tiempo, el Vueltatrás, con el que viajarán a la Revolución Francesa, al Antiguo Egipto, al Renacimiento y a la Guerra de Troya. Allí, el padre de familia le descubrirá a algunos de los personajes más importantes de la Historia de la Humanidad, como María Antonieta, Tutankamon, Leonardo da Vinci o Agamenón. De este modo, le irá enseñando al niño lo sucedido en dichos períodos y cómo la Historia contribuye a construir el mundo actual. Todo ello aderezado con un toque de humor y altas dosis de acción que hacen mucho más atractivo el conocimiento a los más pequeños.
Pero los niños no serán los únicos que aprenderán con esta película. A diferencia de otros largometrajes de Dreamworks como «Turbo», «Las aventuras de Peabody y Sherman» es una película de animación más adulta, con moralejas para los padres como lo perjudicial que resulta para los hijos un control parental excesivo y el hecho de que la espontaneidad de los pequeños y sus juegos son un modo más para su formación como personas.
El humor, la Historia, la relación padre-hijo y las múltiples peripecias de esta peculiar familia hacen de «Las aventuras de Peabody y Sherman» un largometraje de animación imprescindible.
Trailer
Frases destacadas de «Las aventuras de Peabody y Sherman»:
Peabody: «La Revolución Francesa se podría haber evitado si María Antonieta hubiera hecho una ley de distribución de pan entre los pobres».
Peabody: «Por muchos obstáculos que haya y por muy lejos que parezca que esté, estaré a tu lado».
Agamenon: «Todos los hijos tienen que demostrarle su valía a sus padres».
Agamenon: «Todos los genios tienen problemas con sus padres».
Sherman: «No puede hablarme así. No soy un perro».
Peabody: «Cierto, no lo eres. Sólo eres un niño desobediente».
Peabody: «Por esto debes obedecerme, porque soy tu padre y mi trabajo es mantenerte a salvo».
En España esta película la anuncia como la mejor comedia animada de la decada o algo asi, sera cierto?
No he visto todas las películas animadas de los últimos diez años. Pero sí le puedo decir que, dentro de las que he visionado, esta es de las mejores, sin duda alguna.
Saludos,
Cristina del Gallego.