Enrique Gato ama a su criatura y se nota en cada fotograma. La forma en la que ha mimado a sus personajes en cada corto y el nerviosismo oculto entre las imágenes de este primer largo nos ha manipulado hasta el punto de llegar a pensar que esta pueda ser la mejor película de animación de nuestro país hasta la fecha. No es así, ni mucho menos, ahora veremos porqué, pero probablemente la travesía de Tadeo Jones sea la que los animadores españoles deberán seguir para que empecemos a significar algo fuera de aquí y lo más importante, para que vayamos a ver nuestro propio cine.
El espectador que busque una proeza artística de la animación puede irse a otra sala, a esa en la que estén echando la de la pelirroja con arco, pero oye como entretenimiento simplón y simpático homenaje a las películas de aventuras de los ochenta, Tadeo Jones funciona. Su personaje principal es despistado, bravucón, honesto, todo menos heroico. Un antihéroe que necesita la ayuda de la chica, una clase de Tom Raider pelirroja, para salvar su pellejo. Hay secundarios muy bien perfilados como el loro que se comunica a través de carteles -algunos más graciosos que otros-, la asustadiza y raquítica momia y si dejamos a un lado los tópicos rancios sobre los latinoamericanos podríamos meter en este grupo a ese vendedor peruano doblado por el fantástico José Mota. Sin embargo a los malos les falta gancho y entre ellos hay algún que otro personaje idiotizado que apesta bastante.
Pero lo que falla de esta película es un argumento donde la tensión es inexistente, donde cada lugar por el que pasan sus personajes ya lo han pisado cientos de personajes años antes y mejor y donde el sentido del humor es demasiado blandito. Colocar a un protagonista de cualidades tan castizas en una ciudad como Nueva York (o similar) es un error, si se querían asemejar a los éxitos de Pixar (a quién va querer uno emular si no) hubiera sido suficiente con añadir algo de ritmo a la película.
Es duro comenzar a ver cualquier producción sabiendo que está producida por Intereconomía. Huele mal que la Flor de Lis tenga tanta importancia durante todo el metraje (ahí cada uno con sus interpretaciones). Pero a pesar de todo, el amor del autor por su obra prevalece.
Los cortos que Enrique Gato ha realizado con Tadeo son maravillosos, bastante mejores que el largo. Cada anuncio, cada irrupción de sus personajes en la televisión y cada campaña para que conozcamos este estreno están realizados con una sutil perseverancia que te empuja a querer ir al cine. Que el resultado final emocione más o menos dependerá de los ojos que lo miren pero desde luego en cuanto a la comercialidad del producto este es el camino a seguir. Y sinceramente y a pesar de que no entusiasme su factura, sería una alegría que esta película rompiera las taquillas con subida de IVA incluida. Será que me he dejado embaucar por el cariño de Enrique a sus criaturas.
Calificación: 5,5
Es duro ver una película producida por Intereconomia? Huele mal que la flor de lis tenga tanta importancia? Lo que es duro y huele mal es tener que soportar que críticos como el que escribe la crónica introduzcan un sesgo político a lo que no lo tiene. En fin… una película estupenda, que ha envejecido bien, con guiños al país (entre ellos la flor de lis) que la vio nacer