Pagaréis por ver Las sesiones, os sentaréis en la butaca, os dejaréis llevar por esta aventura iniciativa de un hombre afectado por la polio y saldréis del cine sintiendo que Ben Lewin y Mark O’Brien os habrán tocado el alma por un instante, así de potente es este pequeño gran largometraje, al que sólo le encuentro un pero, su abrupto final, pero me da igual, se lo perdono. El núcleo central de esta conmovedora y divertida historia se basa en su artículo de “On Seeing a Sex Surrogate” que apareció publicado en el diario “The Sun”. Sus avatares arrancan en California, en Berkeley para más señas, en 1988. Mark O’Brien es un periodista aquejado de polio desde los seis años. Vive la mayor parte del día conectado a un pulmón de acero, que lo mantiene con vida. Sólo tiene una independencia de tres horas al día. Se gana la vida haciendo artículos como freelance. Su redactora jefe le encarga un reportaje sobre la sexualidad y la invalidez. Eso le generará la necesidad de perder su virginidad sexual embarcándose de esta manera en un inusitado viaje donde lo carnal y lo espiritual se mezclaran, y donde cobrarán especial relevancia los sentimientos, religión y filosofía de vida. Por ese motivo son muy importantes los tres personajes centrales: la terapeuta sexual, el paciente y el cura. Entre ellos se establece un trío un tanto curioso donde las relaciones profesionales traspasan la barrera de lo personal.
Tras el visionado no deja de fascinarme como los grandes psicólogos siempre tienen la pregunta adecuada en el momento oportuno para hacerte reflexionar sobre tu vida. Eso es lo que le pasa al protagonista de esta humana historia, que pone sobre el tapete la pirámide de Maslow y la cobertura de las necesidades, y como las sexuales en algunos momentos de la vida son tan primarias como el comer. Además, el guión no sólo os atrapará sino que describe muy bien los fenómenos de transferencia en la terapia, y a pesar de que exista el imprescindible intercambio monetario, a veces la vida se abre camino y supera las barreras que la profesión impone para poder ayudar con corrección. Llegados a este punto de la reseña quiero destacar la interesantísima aportación del cura, ese confesor que acaba siendo cómplice, y donde los fenómenos de identificación están perfectamente explicados. Desde “Gente corriente” de Robert Redford no veía una película donde la base psicológica estuviera tan cuidada y elaborada.
En la pasada edición del Festival de Cine Sundance se alzó con el codiciado Premio del Público y el Premio del Jurado al mejor elenco para Helen Hunt, John Hawkes y William H. Macy. Es muy merecido porque es enorme el trabajo de los tres actores porque sustentan el film, decir que están geniales es poco. Consiguen que sus personajes sean tridimensionales, de carne y hueso, y sobre todo que te emocionen. Lo que es cierto es que de esta película hablaremos bastante en los meses venideros porque tiene todos los ingredientes para estar dentro de la carrera de los Oscars. La razón fundamental de nuestra recomendación es porque Las sesiones posee un guión inteligente e ingenioso, se trata de una historia que posee varios niveles, versa sobre la aceptación de los hechos, de la evolución personal, o de cómo tres mujeres amaron y se sintieron atraídas por este singular hombre con las que mantuvo distintas relaciones a diferentes niveles, y en donde brilla con especial luz la ironía, el particular sentido del humor de Mark O’Brien. Pero lo mejor de todo es que acaba con un bello poema suyo llamado “Love poem for no one particular” que podríamos traducir como “Poema de amor dirigido a nadie en particular”.
Frases destacadas:
Mark O’Brien: Pero el Díos en el que creo tiene un extraño sentido del humor.
Padre Brendan: Hay personas a las que les asusta mostrar sus emociones.
Padre Brendan: Bienvenido al género humano, donde cada día unos les rompen el corazón a otros.
Mark O’Brien: Padre, creo que necesito un abrazo.
Vera: Pene suena a verdura insípida y polla suena a lo que es.
Padre Brendan: Déjate de perorata psicológica. Sé romántico.
Marck O’Brien: La verdad es que el sexo vende.
Cheryl: Ok Mark. Este es tu cuerpo.
Susan: Creo que la vida tiene una lógica misteriosa, una poesía.
Padre Brendan: El amor es un viaje. Eso es todo.
Calificación: 8