El segundo trabajo del realizador francés David Oelhoffen se centra en el fin de la colonia francesa argelina para erigir un relato humanista y existencialista
Los límites de la libertad del individuo
Albert Camús fue un escritor que buceó en lo más profundo del ser humano, para intentar encontrar el sentido de la vida, sus personajes son libres y responsables de sus actos. Así son Darú y Mohamed, los protagonistas de “El husped”, uno de los seis cuentos que aparecen en el libro “El exilio y el reino” y que David Oelhoffen, director de la película, en colaboración con Antoine Lacomblez han adaptado libremente a la gran pantalla bajo el título “Lejos de los hombres”.
Daru es un profesor en una pequeña aldea de la Argelia profunda en plena Guerra de la Liberación, concretamente en 1954. Este es un hijo de colonos españoles que anhela una vida fácil para poder dedicarse a la enseñanza, tras haber sido comandante en la II Guerra Mundial. Ahora el Frente Nacional de Liberación trata de echar a los colonos franceses por la fuerza mediante guerra de guerrillas. Daru renuncia a ese pasado militar, lo quiere olvidar y solo da clases a los niños argelinos, pero eso no lo ven con buenos ojos desde el protectorado francés. Un día recibe la visita de Balducci, un gendarme que le encarga llevar a Mohammed hasta Tinguit para sea juzgado por haber asesinado a su primo. Los dos hombres se embarcan en una travesía por las montañas del Átlas, donde serán perseguidos tanto por las tropas del FNL como por la familia del primo fallecido que reclaman venganza.
David Oelhoffen nos ofrece un lírico relato sustentado en el savoir faire de Guillaume Deffontaines (director de fotografía) y Nick Cave, que en colaboración con Warren Ellis, son los responsables de esos increíbles acordes atmosféricos de la banda sonora. Oelhoffen no abusa de este recurso extradiegético y lo usa en secuencias muy concretas, de esta manera refuerza la austeridad del paisaje del Atlas con profundos y marcados silencios. Con estos dos elementos enfatiza el carácter poético de este magnífico relato que rebosa humanidad por cada fotograma. Esta bella historia versa sobre la carencia de sentido de la guerra, la irracionalidad de ciertos códigos religiosos, así como de determinados usos y costumbres, la fraternidad o la lucha por la libertad, tanto en el plano individual como colectivo, representado en ese pueblo argelino que busca su independencia de la madre patria aunque sea a golpe de fusil.
Más que un relato histórico
El espectador también podrá leer este “Lejos de los hombres” en clave de western, ayudado por la austeridad de las localizaciones, y sobre todo por la estructura de la narración. Daru no deja de ser una suerte de sheriff que tiene que llevar vivo a su reo ante el tribunal en contra de la banda de forajidos de turno y los caza recompensas, que obviamente se lo pondrán difícil. A ello ayudan los magistrales Viggo Mortensen y Reda Kateb, que todo sea dicho, se manejan con total soltura tanto con el francés como con el árabe, y que dotan a la narración de una gran naturalidad. Podemos sentir su angustia existencial, saben transmitir con gran economía gestual esa inquietud permanente en la que viven, se aprecia muy bien como las circunstancias les asfixian y acorralan constantemente, teniendo que luchar para poder decidir desde la libertad que tenemos todos por ser individuos. Maravilloso el plano en el que vemos a Mohamed ante la bifurcación del camino y la forma en la que Daru le observa.
Se explora el carácter de las relaciones en el marco de la guerra, su fugacidad, su intensidad, el sentimiento de existencia efímera o el valor de la vida. Ahí cobran especial relevancia el sexo como firme símbolo de la vida, y enfrente la muerte. Entre la vida y la muerte se debate constantemente el personaje de Mohamed. Hasta que al final comprenda el sentido de su existencia, más allá de las doctrinas morales y religiosas.
Frases destacadas de “Lejos de los hombres”
- Mohamed: “Si él roba mis granos yo muero”.
- Mohamed: “Mi familia no puede pagar ‘la diya’, la deuda de sangre”.
- Daru: “No se puede escapar de la ley”
- Slimane: “Es la guerra. Hay que elegir un bando”.
- Daru: “Mataron a hombres que se rendían. Es un crimen de guerra”.
- Daru: “Tenemos la suerte de estar vivos”