«Life» de Anton Corbijn no es un biopic del mítico James Dean. Es un paseo un tanto anodino e insulso, por las anécdotas e instantaneas que forjaron su leyenda.
Dennis Stock es un fotógrafo obsesionado con hacerse un nombre. Tras varios años trabajando para la revista «Life» considera que aún no ha hecho ni un reportaje que pase a la historia. Un noche, en la fiesta de Nicholas Ray, conoce a James Dean, un actor desconocido, retraído y solitario, pero a la vez, ingenioso, caradura y atractivo. Stock queda tan fascinado por su figura que intentará conseguir, por todos los medios, hacerle una sesión de fotos en exclusiva para su magazine. Dean, sin embargo, no se lo pondrá nada fácil.
Resucitando a la leyenda
El malogrado James Dean es una de las figuras más icónicas del Hollywood de los 50, una época de convulsión y cambios para la industria. La aparición de la televisión forzó al cine a adoptar una puesta en escena exagerada y manierista y nuevas caras y métodos salieron a la palestra intentando salvar los últimos resquicios de un sistema que se iba a pique. James Dean estuvo en medio de la oleada y aunque sólo participó en tres grandes proyectos: «Al este del Edén«(Elia Kazan, 1955), «Rebelde sin causa«(Nicholas Ray, 1955) y «Gigante» (George Stevens, 1956), se convirtió en una pieza clave de la década. Su muerte lo convirtió en leyenda y el actor fue etiquetado para los jamás de los jamases como «ese joven rebelde que vivió deprisa y según sus propias reglas«.
Esta no es la primera vez que el personaje de James Dean se traslada a la pantalla. Anteriormente, ha habido alguna que otra intentona fallida, como la TV-movie «James Dean» (Mark Rydell, 2001), con James Franco al frente. Sin embargo, el valiente realizador Anton Corbijn no se ha dejado amedrentar y ha querido rescatar de nuevo al mito coincidiendo con el 60 aniversario de su muerte. Y lo ha hecho de una forma un tanto novedosa. Se ha alejado del biopic y ha asemejado su cinta a un making off de un reportaje fotográfico para una revista de moda. Su película no es narrativa, sentimental o pasional. Es más bien anecdótica, instantánea, expositiva y a veces, bastante insípida.
Poner el foco en la sesión fotográfica
En «Life» no encontrareis los grandes dramas de la vida de James Dean ni los últimos esfuerzos de los estudios hollywoodenses por preservar sus monopolios. La cinta de Corbijn se centra exclusivamente en el reportaje fotógrafico que Dennis Stock realizó al jovencísimo intérprete a principios del 55 para la revista «Life«. Bien es cierto que esas instantáneas capturadas por Stock son las imágenes más icónicas de Dean y por lo tanto, ver su reconstrucción en la gran pantalla tiene su miga. Sin embargo, os aseguramos que la cinta no tiene nada más. El guionista Luke Davies ha puesto toda la carne en el asador para elaborar un hilo argumental que nos lleve a través de todas y cada una de las fotografías que fueron tomadas, pero por el camino ha sacrificado demasiadas cosas: La historia no tiene conflictos ni giros relevantes, las relaciones entre personajes no evolucionan en ningún momento y echamos en falta diálogos creíbles, sentimientos a flor de piel y empatizar con los protagonistas. La sesión fotográfica será veraz y 100% fiel a la verdad, pero en una película de este calibre debemos sentir algo por los personajes. Ver sufrir (o alegrarse) a Stock y Dean debería hacernos reaccionar. Y sin embargo no lo hacemos. No hacemos nada, sólo seguimos mirando. Desgraciadamente, el guión de Davies está despojado de emoción ya que ésta ha sido sacrificada en pos de la precisión. Y esa meticulosidad fría nos resulta, muy a nuestro pesar, aburrida.
Dane al revés es Dean
Luke Davies sabe que las instantáneas en sí son tan icónicas como el modelo que aparece en ellas, y por ese motivo, reserva unos momentos especiales para el actor. Entre foto y foto, entre posado y posado, Davies deja un huequecito para que podamos introducirnos en la mente de James Dean y descubrir lo oculto en él, su pasado y presente, su cara amable y a la vez, su reverso inquietante. Dejando completamente de lado la figura de Stock, que parece ser un mero espectador en esta película, Davies escribe largos monólogos para su estrella. Resultan algo monótonos y soporíferos, pero gracias al trabajo de mimetización de Dane DeHaan salen a flote. Su James Dean arrastra las palabras y no vocaliza, pero todo lo que dice sale de lo más profundo de su ser. Lejos del esnobismo y la pretensión de James Franco, DeHaan construye a James Dean desde un rincón personal, honesto e íntimo, y además, su peculiar aspecto confiere al personaje un aura muy misteriosa. ¡Un bravo por él, pues aprueba con nota y demuestra que interpretar a la leyenda no le va nada grande!
Las pocas secuencias familiares, cotidianas y recreativas que el guionista nos «regala» con el fin de redescubrir la figura del mítico James Dean podrían resultar hasta mágicas gracias a la entrega del expresivo DeHaan. Sin embargo, pierden fuerza al acoger en su seno constantemente a Robert Pattinson, un actor que se pasa la cinta con la boca cerrada (excepto en una escena dónde se convierte en un charlatán insufrible debido al alcohol) y cara de pasmado.
El fotógrafo que no ve más allá de su objetivo
Debemos matizar esa última frase. Robert Pattinson no es un mal actor. Después de «Crepúsculo» (Catherine Hardwicke, 2008), David Cronenberg lo rescató y bajo su sabia tutela hizo dos de sus mejores interpretaciones: «Cosmopolis» (David Cronenberg, 2012) y «Map to the stars» (David Cronenberg, 2014). ¿Qué era lo mejor de ellas? Su inexpresividad y frialdad, su falta de emoción y su muy aparente desdén por su trabajo anterior. En «Life«, Pattinson nos ofrece más de lo mismo aunque esta vez nos sabe poco. Su personaje se dedica a mirar a James Dean, a escuchar sus monólogos y a seguirlo de aquí para allá. El guionista quiere conferir al personaje una vida a parte de la sesión de fotos, pero a los espectadores poco nos importa, porque parece que ni a él mismo le interese. Stock es un simple espectador más del show de Dean, como nosotros y su única misión en la cinta es hacerle las fotografías. Nada más.
Sabemos que hacer un biopic de James Dean es un paso arriesgado para cualquiera. Sin embargo, confiábamos ciegamente en Anton Corbijn, experimentado director de videoclips que nos dejó a todos con la boca abierta cuando realizó «Control» (Anton Corbijn, 2007). El biopic de Ian Curtis era una maravilla estética y narrativa. Corbijn nos descubría con tanta verdad la trágica vida del cantante de Joy Division que caímos rendidos a sus pies. Su manera de gravar las actuaciones del grupo, los ataques de epilepsia y de adentrarnos en la mente retorcida del protagonista nos hicieron creer que con «Life» Corbijn daria a luz otra pieza estéticamente cuidada y brillantemente narrada. Desgraciadamente no ha sido así, pero el director nos ha mostrado una nueva perspectiva de realizar biopics. En vez de repasar la vida del personaje, ha elaborado una especie de «Making off» de dos horas de una sesión fotográfica de revista de moda del estilo de Vogue. Un documento gráfico, estético y cuidado al detalle visualmente que nos expone un personaje mediático y nos lo presenta en varias mini-cápsulas y declaraciones anecdóticas entre photo-shooting y photo-shooting.
Frases destacadas:
- Dennis Stock: «Hay un chico que tiene algo especial. Quiero pillarlo temprano. Quiero hacerle un reportaje.»
- John Morris: «¿Qué ves en él?»
- Dennis Stock: «Hay una incomodidad… algo muy puro, que no se puede fingir. Su nombre es James Dean.»
- Dennis Stock: «¿Haremos esas fotos o no?»
- James Dean: «¿Vas a hacerme famoso?»
- Dennis Stock: «Te lo garantizo.»
- James Dean: «No quiero jugar a ningún maldito juego. Solo quiero hacer buenas interpretaciones.»
- Dennis Stock: «Y yo te puedo ayudar. Hay muchisima gente que lee la revista «Life». Si hacemos unas buenas fotos…»
- James Dean: «¿Crees que puedes darme algo que no tenga ya?»
- Dennis Stock: «Mira, lo único que te digo es que tengo algunas ideas y que cuando veas las fotos, cambiarás de opinión sobre mí.»
- James Dean: «Vale, dime alguna de tus ideas.»
- Dennis Stock: «Em… ¿en que lugar de Nueva York te sientes más feliz?»
- James Dean: «Está bien, pero no te va a gustar…»
- Dennis Stock: «Las manos en los bolsillos.»
- James Dean: «»Ven aquí», «Quédate quieto»… he trabajado con algunos directores como tú.»
- Dennis Stock: «Mira al objetivo y sigue frunciendo el ceño.»
- Dennis Stock: «Aquí hay algo en el aire, algo que está cambiando, la música, el arte, la fotografia, todo… y Jimmy es parte de ello.»
- Dennis Stock: «La fotografia es una buena manera de decir: Yo he estado aquí y tu has estado aquí.»
- James Dean: «Todo cambia tan rápido.»