Dirigida al público infantil, los adultos también disfrutarán con «Lifi, una gallina tocada del ala», ya que recupera el espíritu de los clásicos de animación.
Lifi es una gallina ponedora de huevos que vive encerrada en una granja, ansiosa por vivir aventuras y de conocer la libertad. Un día logra escapar del corral donde está enclaustrada, sin saber lo que le espera fuera. Ahí, Lifi se topará con todo tipo de dificultades y enemigos, como la violenta comadreja One Eye. Aunque es el encuentro con un pequeño pato salvaje huérfano, Perejil, lo que le marcará para el resto de su vida. Lifi y Perejil, una gallina y un pato, lucharán para llevar una vida normal como madre e hijo pese a pertenecer a especies diferentes, lo que provoca el rechazo de la sociedad animal en la que viven.
Más adulta de lo que aparenta
Adaptación del bestseller “The Hen who Dreamed She Could Fly” y ganadora del premio a la mejor película de animación en el Festival de Sitges de 2011, esta película coreana llega a España con varios años de retraso después de conseguir ser el film de animación más taquillero en su país de origen: Corea del Sur. Y cuesta entender este retraso, ya que “Lifi, una gallina tocada del ala” no tiene nada que envidiar a las innumerables propuestas animadas que llegan a nuestra cartelera. Su llamativa y preciosista animación, muy “orientalizada” llena de simbolismos, y la claridad de exposición en los valores que quiere transmitir hacen de Lifi una película muy recomendable tanto para niños como para adultos, que recuerda a los grandes clásicos de Disney como “Bambi”, por mencionar el ejemplo más claro a nivel temático.
“Lifi, una gallina tocada del ala” (desafortunado título en castellano que puede inducir al error, ya que la traducción más acertada sería “una gallina en la jungla o en lo salvaje”) se trata de una propuesta más seria de lo que aparenta en un principio, con unos giros dramáticos muy marcados que el espectador de este tipo de películas infantiles no está muy acostumbrado a ver. Esos giros convierten a esta película en imprevisible, e inducen al público a ponerse alerta y a pensar que cualquier acontecimiento puede suceder por muy dramático que sea. Por supuesto que ese dramatismo tan solo se da en determinados momentos, ya que en la mayor parte del metraje abundan los chistes típicos de películas infantiles, algunos más afortunados que otros.
Recuperando la moraleja
Pero donde también destaca esta película es en la recuperación de la moraleja, muy presente en las películas clásicas de animación. “Lifi, una gallina tocada del ala” trata temas como la maternidad adoptiva, la consecución de los sueños, la madurez y la aceptación del individuo, así como la eterna conclusión de “sigue a tu corazón” por encima de lo que piensen los demás. Su exposición de los temas siempre es claro y preciso, consciente del público al que se dirigen. Y quizá esa nitidez, además de ser su principal arma, también sea su mayor punto negativo; y es que el actual espectador de cine de animación no está habituado a que le den todo tan masticado, ni tampoco al tono amable e infantil de esta propuesta coreana que, pese a sus inesperados giros trágicos, no deja de ser una película infantil donde las intensas escenas de acción y chistes con doble sentido brillan por su ausencia. Sin embargo, “Lifi, una gallina tocada del ala” merece una oportunidad para quienes quieran ver una propuesta diferente en el panorama del cine de animación actual, recuperando parte del espíritu de aquellas películas clásicas con las que tanto aprendimos.
Frases destacadas de «Lifi, una gallina tocada del ala»:
- Lifi (a Perejil): «Sí, somos diferentes. ¿Y qué importa eso? Podemos ser diferentes y querernos de todas formas»
- Lifi (a Perejil): «Vuela todo lo que sabes, mamá te estará observando»
- Perejil (a Lifi): «¡Mira, mamá! ¡Estoy volando»
- Lifi (a la comadreja): «¡Ni se te ocurra tocar a mi hijo!»