MOD producciones vuelve a acertar y produce esta divertida comedia que versa sobre tres empollones que se convierten en narcotraficantes.
Nada como reírse de la realidad
A finales de la década de los 70 y principios de los 80, el prolífico realizador Mariano Ozores ironizaba sobre nuestra realidad social en largometrajes como “Los energéticos”, “¡Qué gozada de divorcio!”, “Todos al suelo” o “¡Que vienen los socialistas!”. De tal forma que nos ofertaba una visión de nuestra sociedad explorando temas de gran vigencia como la problemática nuclear, el golpe de estado o la caída de la derecha. Los guionistas Cristóbal Garrido y Adolfo Valor, responsables de series cómicas como “Cuerpo de élite”, escriben a cuatro manos el libreto de “Lo dejo cuando quiera”. Estos al igual que Ozores, ahondan en nuestra problemática social. Para ello se sirven de tres personajes tan singulares como Pedro, Arturo y Eligio. David Verdaguer, Ernesto Sevilla y Carlos Santos son los encargados de dar vida respectivamente a estos tres profesores universitarios a los que la crisis económica ha dejado sin trabajo. De tal forma que uno se refugia dando clases particulares a estudiantes de instituto, otro intenta conseguir cualquier trabajo y acaba en una gasolinera, y finalmente tenemos al típico caso de postdoc con jefe tirano que le racanea los euros de su línea de investigación.
Walter White, el carismático profesor de química de instituto a quien le diagnostican un cáncer de pulmón terminal y que cocina metanfetamina para superar sus problemas económicos, es el pilar maestro de este filme multireferencial. Los paralelismos entre Walter White y Pedro son múltiples y se convierten en el gancho perfecto para atrapar al espectador en esta divertida comedia. David lo sabe y le saca todo el partido. De esta manera se erige como uno de los mejores actores de su generación. Las situaciones cómicas poseen diversa naturaleza. Unas toman origen en la vergüenza ajena, otras en los efectos de MDMA, porque el producto vitamínico que crea posee los mismos efectos eufóricos que la famosa droga de gran éxito entre los más jóvenes de la casa. Tampoco faltarán los chistes sobre el mundo de la noche, los intentos de comercializar la turbia mercancía, la crisis económica o la brecha generacional.
Metiéndose en líos
Carlos Therón sabe dar un buen ritmo a la gran diversidad de situaciones cómicas. Se ayuda de una selección de temazos que van a 150 bits por minuto, como por ejemplo «Are You Gonna Be My Girl?» de los Jet. Como no puede ser de otra manera, estos llevan en volandas a la audiencia. Explota muy bien los distintos recursos del trío protagonista que están todos perfectos. Es más, las dos grandes sorpresas del largometraje son la bis cómica de David Verdaguer al que estamos acostumbrados a ver en papeles dramáticos, y Ernesto Alterio haciendo de Tacho, el personaje más turbio que demuestra a David que uno no lo deja cuando quiere. Y sería injusto si no reconociéramos la gran labor de Miren Ibarguren y Mero que dan vida, respectivamente, a la abogada reconvertida en empleada de gasolinera y esa díscola alumna más interesada en la juerga que en los estudios. Entre los aspectos negativos del filme destaca una vez más Amaia Salamanca, tras en la aburrida “¿Qué te juegas?”, nos vuelve a demostrar que sus dotes de actriz para la comedia son escasas, es más, se agradece que tenga un papel muy secundario.
Recomendamos acudir al cine a ver esta historia de tres versos que buscan salir de la crisis. Therón sigue la estela de Ozores como realizador. Sabe y conoce los gustos de los espectadores y no da gato por liebre. Es una comedia fresca, juvenil, muy divertida, que no dudamos que enganchará de manera transversal con la audiencia por la riqueza de recursos.
Frases destacadas:
- Mujer: “Has dado tu vida a la ciencia, pero ¿qué te ha dado la ciencia a ti?”
- Sevilla: “Se nos ha pasado los 20 sin corrernos una juerga, que no se nos pase los 30”
- Pedro: “Es que les gusta la química”
- Pedro: “Antes hacía lo que estaba bien y me salía todo mal y, ahora, hago lo que está mal y me sale todo bien”