Mar. Mar 19th, 2024
documental firmado por carlos agulló

Recomendamos fervientemente dejar aparcados los prejuicios y acudir a las salas de cine a ver este documental imprescindible que se estrena de manera limitada.

Vivir bien hasta el último momento

Se tienen que dar muchas condiciones para la creación de una pequeña joya cinematográfica que sea merecedora de recibir un Goya en su campo. En primer lugar, necesitas de un director valiente, tenaz y que tenga una visión clara del producto que desea obtener. Ese es el caso de Carlos Agulló. Este joven realizador, guionista y montador se ha forjado en el campo del cortometraje y el cine informativo. Es valiente porque tomando como partida una unidad de cuidados paliativos de Madrid para realiza un auténtico canto a la vida. Para ello se adentra en la vida de cinco pacientes que se hayan en el tramo final de su vida, y su relación con el equipo que le brinda cuidados. Obviamente, esta trama a priori resulta poco o nada comercial porque nadie quiere ir al cine a escuchar las penas de nadie. Su tenacidad queda implícita porque ha tenido que luchar con la administración sanitaria para conseguir los mil y un permisos que le abrieran las puertas a los verdaderos protagonistas de la acción, y finalmente, ha tendido que bregar con los mil y un problemas derivados de su relación con los pacientes y personal sanitario para brindar al espectador una visión clara, limpia y sencilla de un tema tan complejo.

El doctor Pablo Iglesias y la enfermera Gema Vizcaya son los miembros del equipo del ESAD

Pablo, Gema y sus pastillas

Otro elemento imprescindible es tener protagonistas que tengan un mensaje necesario, relevante y pertinente. Agulló ha contado con ocho personajes que integran las dos caras de la misma moneda. Por un lado, tenemos a Pablo, Celia y Gema, que integran uno de los dos equipos de cuidados paliativos del ESAD de Goya. Ellos hacen una labor imprescindible, hacen algo más que dar pastillas o inyectar fármacos. Ayudan en la recta final de sus vidas a los que se sitúan en el lado opuesto. Ángela, Fátima, Carmela, José María y Juan reciben sus cuidados y acaban siendo autosuficientes en su vida diaria. El realizador madrileño trasciende el tema de los cuidados paliativos para brindar al espectador una lección de vida. Disfrutar de la vida y ser feliz hasta el último momento. Exprimir cada minuto. El hombre moderno se ha olvidado de vivir cada momento, centrándose en nimiedades. Para ello bucea en sus vidas cotidianas, mostrándonos de una manera sintética toda la problemática que les rodea. La razón es que desde ahí, de ese sufrimiento cotidiano, surge el sentido de la vida para cada uno.

Toda joya precisa de tener personajes carismáticos, y este largometraje los tiene. Pablo y Gema poseen una personalidad arrolladora, se mueven con soltura en el encuadre y rebosan naturalidad en la pantalla. Parecen actores salidos de una película de los hermanos Dardenne o Ken Loach.  Agulló es astuto y les exprime hasta la saciedad, porque sabe que son su gran baza. Llegados a este punto sería sumamente injusto no hablar del resto de personajes. Son sumamente generosos al abrir sus casas y corazones para hablarnos de su problemática cotidiana de una forma tan simple y directa. Nos demuestra su profesionalidad al hacer que el equipo de rodaje se vuelva invisible, y esto le ha brindado la posibilidad de rodar mucho material lleno de frescura que ha sabido sintetizar en los 95 minutos que dura el metraje, gracias a un excelente ejercicio de montaje, a través del cual nos va exponiendo las distintas líneas argumentales, para llevarnos sutilmente al mensaje central “Los demás días”, sin recalcar o sobreescribir ningún argumento.

También se precisa de un productor generoso, paciente, que crea en lo que tiene que decir su director y, sobre todo, que no busque la rentabilidad a corto plazo. Ese es el caso de Fernando Bovaira, que ha financiado grandes películas del cine español como “Los otros”, “Mar Adentro”, “La Gran Familia Española”, “Caníbal” o “Zipi y Zape y el Club de la Canica”.

Finalmente, “Los demás días” es un largometraje necesario porque viene a corregir la visión politizada y negativa del mundo de los cuidados paliativos. Me refiero al penoso caso del pobre doctor Montes, al que le sometieron a un juicio paralelo en los medios de comunicación, le erigieron en cabeza de turco, y echó por tierra la gran labor que hacen a diario todos los profesionales que integran las unidades de cuidados paliativos. Toda esta larga lista de motivos hace que este largometraje sea merecedor de ganar un Premio Feroz o un Goya en la categoría de mejor documental.

Frases destacadas:

  • Pablo: “Si tomas la vida como una lucha contra la muerte, estás perdido
  • José María: “La vida es una lucha y hay que tirar para adelante
  • Gema: “¡Jo! Pablo. Mañana está petao
  • Gema: “Yo enfermera, y estoy encantada de la vida
  • Pablo: “Yo creo que hay que ser flexible con la aplicación de las normas
  • Gema: “Es que la vida es una putada a veces
  • Ángela: “Hasta que me muera, yo quiero estar viva
  • Gema: “El papel del cuidador quema mucho
  • Pablo: “Todos mis pacientes se mueren
  • Ángela: “Me gustaría que se acordaran de mí
  • Gema: “El coche da para mucho
  • José María: “Sabes que te vas, pero no cómo te vas
  • Ángela: “Siento que mi vida tiene un sentido

Trailer oficial de “Los demás días”

Por Alfredo Manteca

Periodismo UCM. Cinéfilo y cinefago compulsivo. Crecí con Kubrick, Hitchcock y Cronenberg.

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