Diez años después del estreno de «Los extraños«, los asesinos enmascarados regresan para desatar el caos en esta suerte de soft reboot que cumple con lo que promete.
En un mundo en el que es más fácil capitalizar una franquicia que impulsar proyectos originales, no debe sorprendernos que un título como «Los extraños: Cacería nocturna» haya conseguido llegar a nuestra cartelera. Un proyecto que llevaba anunciándose prácticamente desde el estreno de su predecesora y que ahora llega con aires renovados y un tono que dista mucho de lo que pudimos ver hace una década.
Cindy (Christina Hendricks) y Mike (Martin Henderson) se embarcan en un viaje por carretera y planean pasar una temporada en un campamento de remolques antes de dejar a su problemática hija Kinsey (Bailee Madison) en un internado. Pero el viaje se ve interrumpido por la llegada de tres psicópatas enmascarados que atacan y matan sin piedad.
Puñaladas al ritmo de Bonnie Tyler
Johannes Roberts («A 47 metros«) firma esta cinta de terror de corte slasher que, aunque mantiene una premisa similar y los mismos antagonistas que la película de Bryan Bertino, el tono y estilo formal se alejan bastante de ésta. «Los extraños: Cacería nocturna» sigue la estela de otras tantas cintas del mismo género que han encontrado un filón en esa glorificada época que son los años ochenta, ya sea escogiéndola como fecha en la que situar los acontecimientos («It«, «La casa del diablo«) o simplemente para darle un tratamiento cercano a los films que marcaron al público de la época («It Follows«). Es por ello que Roberts recurre a zooms agresivos, técnicas poco sofisticadas y una planificación que intenta alejarse de los jump scares siempre que le sea posible. Aunque estas decisiones de dirección no siempre sean las más acertadas, sí que consiguen mantenernos pegados al asiento gracias a un puñado de momentos impagables (ojo a la escena que transcurre en la piscina comunitaria) y una puesta en escena tan poco convencional como es un camping de caravanas.
Este tratamiento ochentero también se ha trasladado a su banda sonora. Los temas compuestos por Adrian Johnston cubren con éxito las carencias narrativas de algunas de las escenas, inundando con sintetizadores cada enfrentamiento y persecución que veremos en pantalla. Por otra parte, la película recurre de forma diegética a temas pop de sobra conocidos para alertar a los protagonistas de la proximidad de los psicópatas que los acechan. Por ello los primeros minutos de la cinta se aderezan con los acordes de «Kids in America» de Kim Wilde, dándonos un toque de atención sobre lo que está por venir.
Adolescentes repelentes
Lo que provoca que «Los extraños: Cacería nocturna» sea una cinta que apenas supere el aprobado es su tratamiento arquetípico de sus personajes. Aunque parece que Ben Ketai (guionista) tiene bastante claro el arco que deben seguir sus personajes, éste no resulta especialmente interesante. Las figuras paternas de la película únicamente se aprovechan durante el primer acto para ponernos en contexto de la situación familiar con diálogos y situaciones de sobra conocidas. Es una lástima ver cómo se desaprovecha el papel al que da vida Christina Hendricks, quien durante el primer acto parece que va a convertirse en una madre coraje de las que hacen historia.
Los que salen peor parados de toda esta situación son sus dos protagonistas más jóvenes: Kinsey (Bailee Madison) y Luke (Lewis Pullman). No despiertan suficiente química con el espectador y sus personajes no pasan de ser los típicos adolescentes repelentes que tantas veces hemos visto. Esto no es enteramente culpa de los dos intérpretes, ya que ambos hacen lo que pueden con los papeles que se les han otorgado, pero siempre resulta una lástima que parezca tan complicado hacer que unos personajes jóvenes causen empatía en una película de terror.
«Los extraños: Cacería nocturna» es una secuela muy tardía que no consigue que nos olvidemos de su predecesora, la cual consiguió llamar la atención del público gracias a su sobriedad y crudeza a la hora de narrar las desavenencias de sus protagonistas. Es otro ejemplo que se suma a la lista de «menos es más» en lo que respecta a franquicias cinematográficas.
Frases destacadas de «Los extraños: Cacería nocturna«:
- Luke: «I killed one of your’s… how’s that feel huh? How does that fucking feel?»
- Dollface: «Why not?»
- Dollface: «Is Tamara home?»
- Cindy: «Leave us alone!»