Enésima cinta de zombis que se apoya en los estereotipos del género para hacer un sugerente ejercicio de estilo.
Este viernes llega a nuestras salas una propuesta de género zombi avalada por premios como el de mejor película canadiense en la última edición del Festival de Toronto. Dirigida por el actor y director Robin Aubert (“Saints-Martyrs-des-Damnés” (2005),“El origen de un grito” (2010)), “Los hambrientos” no destaca por lo que cuenta, sino por como lo cuenta y por presentarnos unos zombis ligeramente diferentes al canon. Aubert nos narra el día a día de diferentes supervivientes de un pequeño pueblo de Quebec aislados en un mundo infestado de zombis. Siempre en movimiento para evitar ser atacados, estos personajes se irán encontrando poco a poco hasta formar un grupo que luchará contra las hordas de muertos vivientes.
Aunque parezca una sinopsis bastante genérica, la película no cuenta mucho más realmente. Sin embargo, Aubert se sirve de esta premisa tan sencilla y trillada como si fuese una libreta en blanco sobre el que poder plasmar todas aquellas ideas, más visuales que narrativas, que una cacería zombi le sugiere para convertirlas en impecables pequeños ejercicios cinematográficos de suspense y terror dotados de un humor negro finísimo. Una vez llenada la libreta, el realizador canadiense intenta hilar estos pequeños sketches como si de un juego de unir los puntos se tratase con el fin de poder dibujar algo que tenga sentido. Esta peculiar forma de construir la película tiene sus pros y sus contras. Mientras las escenas aisladas son potentes y maravillosas, la historia en su conjunto es simplona y carece de interés. El ritmo lento perfecto tanto para el suspense como para la subyacente comicidad de estos momentos, se torna tedioso y exacerbante en las transiciones. Además, este tono también sugiere que Aubert va a aprovechar la coyuntura para tratar otros temas muy explotados en el género como son las relaciones interpersonales en circunstancia extremas, pero no es el caso. Por ello, las obligadas interacciones entre los protagonistas se tornan innecesarias, vacías y aburridas. Así, mientras que el principio, donde cada protagonista intenta sobrevivir por separado, es muy potente y altamente disfrutable, conforme van encontrándose, la cinta decae.
Aubert demuestra tener una habilidad especial para componer escenas de suspense con muy pocos elementos, en espacios limitados y con un tempo mantenido. Sin embargo, aunque los grandes escenarios con muchos elementos sigue fotografiándolos con un gusto destacable, añadirle acción trepidante se le atraganta. Los planos son ilegibles, el montaje errático y, el bajo presupuesto con el que cuenta, se torna demasiado evidente tanto en la elección de ciertas composiciones que sacan de plano acciones que serían caras de realizar, como en el maquillaje. Podrá parecer un homenaje a los primeros zombis de George A. Romero en “La noche de los muertos vivientes” (1968), pero es sospechoso que el único parecido entre los infectados de “Los hambientos” y el clásico del cine de terror sea solo ese.
La película evoluciona más que la historia que cuenta
A pesar de mantener un estilo reconocible y constante y de no salirse de los dogmas que el género ha marcado con los años, el realizador canadiense nos ofrece una película muy cambiante. El filme empieza siendo una cinta coral de personajes que se van conectando poco a poco al estilo del cine de Robert Altman, costumbrista y muy ligera. Conforme avanza el film, se va tornando más denso y oscuro, deja la ciudad y se convierte en cine naturalista y coquetea visualemnte con el cine bélico o el western. Finalmente, cuando pensábamos que “Los hambrientos” no podría virar más, se acaba yendo por otros derroteros más extremos. De lo terrenal asciende a lo onírico y alegórico con un tono que recuerda mucho a “Swiss army man” (Dan Kwan y Daniel Scheinert, 2016). Aunque el filme vaya mutando tanto, el mantener siempre un centro de unión demuestra que esta era la intención de Aubert y que no se le ha ido de las manos. Más bien todo lo contrario, es una proeza por su parte.
“Los hambrientos” no redescubre el género zombi ni intenta aportar nada nuevo, como intentan hacer muchos otros productos sin éxito. Al contrario, Aubert aprovecha esta hermeticidad para dar rienda suelta a su imaginería y ofrecernos algunos momentos brillantes dentro del género, si bien en conjunto la película no merece tantos halagos.
Frases destacadas:
- Vézina: “Si lo hubiese sabido, hubiese vaciado mi cuenta bancaria y hubiese llevado a mi hijo a ver a Mickey Mouse, como le prometí.”
- Céline: “Sois las primeras supervivientes que me encuentro en días.”
- Bonin: “Tienes suerte, eres misteriosa. Yo soy un gracioso de pacotilla.”
- Tania: “No se lo digas al resto, pero tu eres la mas fuerte.”